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Antiguo 30-jul-2012  

Bueno amigos y amigas tal como lo dice el titulo este hilo es para compartir vuestros cuentos zen, textos budistas, hindues, sufies o cualquier tipo de cuento con alguna moraleja o enseñanza. Empiezo con este que se llama el circulo del 99.

59.- Había una vez un rey muy triste que tenia un sirviente, que como todo sirviente de rey triste, era muy feliz. Todas las mañanas llegaba a traer el desayuno y despertaba al rey, cantando y tarareando alegres canciones juglares. Una sonrisa se dibujaba en su distendida cara y su actitud para con la vida era siempre serena y alegre. Un día el rey lo mando a llamar,
- Paje- le dijo- ¿Cual es el secreto?
- ¿Que secreto, Majestad?
-¿Cual es el secreto de tu alegría?
- No hay ningún secreto, Alteza.
- No me mientas, paje. He mandado a cortar cabezas por ofensas menores que una mentira.
- No le miento, Alteza, no guardo ningún secreto.
- Porque esta siempre alegre. Y feliz?
- Majestad, no tengo razones para estar triste. Su alteza me honra permitiendo atenderlo. Tengo mi esposa y mis hijos viviendo en la casa que la Corte nos ha asignado, somos vestidos y alimentados y ademas su Alteza me premia de vez en cuando con algunas monedas para darnos algunos gustos, ¿Como no estar feliz?
- Si no me dices ya mismo el secreto, te haré decapitar - dijo el rey-. Nadie puede ser feliz por esas razones que has dado.
- Pero Majestad, no hay secreto. Nada me gustaría mas que complacerlo, pero no hay nada que yo este ocultando..
- Vete, ¡Antes de que llame al verdugo!
El sirviente sonrió, hizo una reverencia y salió de la habitación.

El rey estaba como loco. No consiguió explicarse como el paje estaba feliz viviendo de prestado, usando ropa usada y alimentandose de las sobras de los cortesanos. Cuando se calmo, llamo
al mas sabio de sus asesores y le contó su conversación de la mañana.
- ¿ Porque el es feliz?
- Ah majestad, lo que sucede es que el esta fuera del circulo.
- ¿ Fuera del circulo ?
- Así es.
- ¿ Y eso es lo que lo hace feliz?
- No majestad, eso es lo que no lo hace infeliz.
- A ver si entiendo, estar en el circulo te hace infeliz.
- Así es.
- ¿ Y como salió?
- ! Nunca entro!
- ¿ Que circulo es ese?
- El circulo del 99.
- Verdaderamente, no te entiendo nada.
- La única manera para que entendieras, seria mostrartelo en los hechos.
- ¿Como?
- Haciendo entrar a tu paje en el circulo.
- Eso, obliguemoslo a entrar.
- No, alteza, nadie puede obligar a nadie a entrar en el circulo.
- Entonces habra que engañarlo.
- No hace falta, Su Majestad, si le damos la oportunidad, el entrara por si solo.
- ¿Por si solo? Pero el no se dará cuenta que eso es su infelicidad?
Por si solo? ?Pero el no se dará cuenta de que eso es su
infelicidad?
-Sí se dará cuenta.
-Entonces no entrara.
-No lo podrá evitar.
-?Dices que el se dará cuenta de la infelicidad que le causara
entrar en ese ridículo circulo, y de todos modos entrara en el
y no podrá salir?
-Tal cual. Majestad, ?estas dispuesto a perder un excelente
sirviente para poder entender la estructura del circulo?
-Si
-Bien, esta noche te pasare a buscar. Debes tener preparada una
bolsa de cuero con 99 monedas de oro, ni una mas ni una menos. !99!
-?Que mas? ?Llevo los guardias por si acaso?
-Nada mas que la bolsa de cuero. Majestad, hasta la noche.
-Hasta la noche.
Así fue. Esa noche, el sabio paso a buscar al rey. Juntos se
escurrieron hasta los patios del palacio y se ocultaron, junto a la
casa del paje.
Allí esperaron el alba. Cuando dentro de la casa se encendió la
primera vela, el hombre sabio agarro la bolsa y le pincho un papel que
decía: "Este tesoro es tuyo. Es el premio por ser un buen hombre.
Disfrútalo y no cuentes a nadie como lo encontraste". Luego amarro
la bolsa con el papel en la puerta del sirviente, golpeo y volvió a
esconderse. Cuando el paje salió, el sabio y el rey espiaban desde
tras de unas matas para ver lo que sucedía. El sirviente vio la bolsa,
leyó el papel, agito la bolsa y al escuchar sonido metálico se
estremeció, apretó la bolsa contra el pecho, miro hacia todos lados de la puerta y
entro, el rey y el sabio se arrimaron a la ventana para ver la escena.
El sirviente había tirado todo lo que había sobre la
mesa y dejado solo la vela. Se había sentado y había vaciado el
contenido en la mesa. Sus ojos no podían creer lo que veían.
!Era una montaña de monedas de oro! El, que nunca había tocado una
de estas monedas, tenia hoy una montaña de ellas para el. El paje las
tocaba y amontonaba, las acariciaba y hacia brillar la luz de la vela
sobre ellas. Las juntaba y desparramaba, hacia pilas de monedas.
Así, jugando y jugando empezó a hacer pilas de 10 monedas.
Una pila de diez, dos pilas de diez, tres pilas, cuatro, cinco, ....
y mientras sumaba 10, 20,30, 40, 50, 60....hasta que formo la ultima
pila: ??? 99 monedas !!!. Su mirada recorrió la mesa primero, buscando
una moneda mas. Luego el piso y finalmente la bolsa. "No puede ser",
pensó. Puso la ultima pila al lado de las otras y confirmo que era mas
baja.
-Me robaron- grito- me robaron, malditos!!
Una vez mas busco en la mesa, en el piso, en la bolsa, en sus ropas,
sus bolsillos, corrió los muebles, pero no encontró lo que buscaba.
Sobre la mesa, como burlándose de el, una montanita resplandeciente le
recordaba que había 99 monedas de oro "solo 99".
"99 monedas. Es mucho dinero", pensó. Pero me falta una moneda.
Noventa y nueve no es un numero completo -pensaba- Cien es un numero
completo pero noventa y nueve, no.
El rey y su asesor miraban por la venta. La cara del paje ya no era
la misma, estaba con el ceno fruncido y los rasgos tiesos, los ojos se
habían vuelto pequeños y arrugados y la boca mostraba un horrible
rictus, por el que se asomaban los dientes. El sirviente guardó las monedas en
la bolsa y mirando para todos lados para ver si álguien de la casa lo
veía, escondió la bolsa entre la leña. Tomo papel y pluma y se sentó a hacer
cálculos.?Cuanto tiempo tendría que ahorrar el sirviente para comprar
su moneda numero cien?. Todo el tiempo hablaba solo, en voz alta.
Estaba dispuesto a trabajar duro hasta conseguirla. Después quizás no
necesitara trabajar mas. Con cien monedas de oro, un hombre puede
dejar de trabajar.
Con cien monedas de oro un hombre es rico. Con cien monedas se puede
vivir tranquilo. Saco el calculo. Si trabajaba y ahorraba su salario y
algún dinero extra que recibía, en once o doce anos juntaría lo
necesario.
"Doce anos es mucho tiempo", pensó. Quizás pudiera pedirle
a su esposa que buscara trabajo en el pueblo por un tiempo. Y el
mismo, después de todo, el terminaba su tarea en palacio a las cinco
de la tarde, podría trabajar hasta la noche y recibir alguna paga extra
por ello. Saco las cuentas: sumando su trabajo en el pueblo y el de su
esposa, en siete años reuniría el dinero. Era demasiado tiempo!!!
Quizás pudiera llevar al pueblo lo que quedaba
de comidas todas las noches y venderlo por unas monedas. De hecho,
cuanto menos comieran, mas comida habría para
vender...Vender...Vender..
Estaba haciendo calor. ?Para que tanta ropa de invierno? ?Para que
mas de un par de zapatos? Era un sacrificio, pero en cuatro anos de
sacrificios llegaría a su moneda cien.
El rey y el sabio, volvieron al palacio. El paje había entrado en el
circulo del 99...
...Durante los siguientes meses, el sirviente siguió sus planes tal
como se le ocurrieron aquella noche. Una mañana, el paje entro a la
alcoba real golpeando las puertas, refunfuñando de pocas pulgas.
-?Que te pasa?- pregunto el rey de buen modo.
-Nada me pasa, nada me pasa.
-Antes, no hace mucho, reías y cantabas todo el tiempo.
-Hago mi trabajo, no? ?Que querría su Alteza, que fuera su bufón y
su**juglar también?
No paso mucho tiempo antes de que el rey despidiera al sirviente. No
era agradable tener un paje que estuviera siempre de mal humor.

Ustedes y yo y todos alrededor hemos sido educados en esta tonta
psicología: Siempre nos falta algo para estar completos, y solo
completos se puede gozar de lo que se tiene. Por lo tanto,
nos enseñaron, que la felicidad deberá esperar a completar lo que
falta....
Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y nunca
se puede gozar de la vida, pero ?que pasaría si la iluminación llegara
a nuestras vidas? y nos diéramos cuenta, así, de golpe, que nuestras
99 monedas son el cien por ciento del tesoro, que no nos falta nada,
que nadie se quedo con lo nuestro, que nada tiene de mas redondo
cien que noventa y nueve, que todo es solo una trampa, una zanahoria
puesta frente a nosotros para que seamos tontos, para que jalemos
del carro, cansados, malhumorados, infelices o resignados. Una trampa
para que nunca dejemos de empujar y que todo siga igual.........
eternamente igual!
..Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros
tesoros tal como están.
" Valor es hacer lo que tienes que hacer, aun cuando tengas miedo. "

Última edición por dadodebaja29145; 15-ago-2012 a las 07:36.
 
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“La iluminación no es esencialmente un árbol



Ni tampoco hay espejo alguno que resplandezca.



Desde el mismo comienzo no existe nada.



¿donde podría, pues, acumularse el polvo?”





 
Antiguo 30-jul-2012  

Fue un poco largo pero me gustó Gran enseñanza y buen hilo.
Acá va otro:

EN TIEMPOS DE BUDA, murió el único hijo de una mujer llamada Kisagotami. Incapaz de aceptar aquello, la mujer
corrió de una persona a otra en busca de una medicina que devolviera la vida a su hijo. Le dijeron que Buda la tenía.
Kisagotami fue a ver a Buda, le rindió homenaje y preguntó: -¿Puedes preparar una medicina que resucite a mi hijo? -
Conozco esa medicina -contestó Buda-. Pero para prepararla necesito ciertos ingredientes.
-¿Qué ingredientes? -preguntó la mujer, aliviada.
- Tráeme un puñado de semillas de mostaza -le dijo Buda. La mujer le prometió que se las procuraría, pero antes de
que se marchase, Buda añadió: -Necesito que las semillas de mostaza procedan de un hogar donde no haya muerto
ningún niño, cónyuge, padre o sirviente. La mujer asintió y empezó a ir de casa en casa, en busca de las semillas. En
todas las casas que visitó, la gente se mostró dispuesta a darle las semillas, pero al preguntar ella si en la casa había
muerto alguien, se encontró con que todas las casas habían sido visitadas por la muerte; en una había muerto una
hija, en otra un sirviente, en otras el marido, o uno de los padres. Kisagotami no pudo hallar un hogar donde no se
hubiera experimentado el sufrimiento de la muerte. Al darse cuenta de que no estaba sola en su dolor, la madre se
desprendió del cuerpo sin vida de su hijo y fue a ver a Buda, quien le dijo con gran compasión:

-Creíste que sólo tú habías perdido un hijo; la ley de la muerte es que no hay permanencia entre las criaturas vivas.

La búsqueda de Kisagotami le enseñó que nadie se libra del sufrimiento y la pérdida. Ella no era una excepción. Esa
comprensión no eliminó el sufrimiento inevitable que comporta toda pérdida, pero redujo el que deriva de luchar contra
ese triste hecho.
 
Antiguo 30-jul-2012  

Cuento Zen : ¿Es eso asi?


Una hermosa muchacha de la aldea estaba embarazada. Sus padres enojados, exigieron saber quién era el padre. Al principio resistente a confesar, la ansiosa y desconcertada muchacha finalmente señaló a Hakuin, el maestro de Zen a quien todos antes reverenciaban por vivir una vida tan pura. Cuando los ultrajados padres enfrentaron a Hakuin con la acusación de su hija, él contestó simplemente "¿Es eso así?".

Cuando el niño nació, los padres se lo trajeron a Hakuin, quien ahora era visto como un paria por la aldea entera. Exigieron que tomara el cuidado del niño, puesto que era su responsabilidad. "¿Es eso así?", dijo Hakuin tranquilamente mientras aceptaba al niño.

Por muchos meses cuidó muy bien del niño, hasta que la hija no pudo resistir más la mentira que había dicho. Confesó que el padre verdadero era un joven de la aldea que había intentado proteger. Los padres fueron de inmediato donde Hakuin para ver si devolvería al bebé. Con abundantes disculpas explicaron lo qué había sucedido. "¿Es eso así?", dijo Hakuin mientras les entregaba al niño.
 
Antiguo 30-jul-2012  

Os dejo esta página (http://www.acharia.org/downloads/par...stas_final.pdf) es un libro de relatos y parábolas budistas de 144 páginas. Espero k os guste. Os pongo una de ejemplo:

En un tiempo lejano, había un viejo monje que, a través de la práctica concienzuda, había alcanzado un cierto grado de discernimiento espiritual.

“Tenía un joven novicio de unos ocho años de edad. Un día el monje miró a la cara del niño y ahí vio que iba a morir en los próximos meses. Entristecido por esto, le dijo al niño que se tomase unas largas vacaciones y fuese a visitar a sus padres. ‘Tómate tu tiempo’, dijo el monje. ‘No tengas prisa por volver.’ Porque sentía que el niño debía estar con su familia cuando muriera. Tres meses después, ante su asombro, el monje vio al niño volviendo montaña arriba. Cuando llegó le miró intensamente a la cara y vio que el niño ahora viviría hasta una avanzada edad madura. ‘Cuéntame todo lo que pasó mientras estuviste fuera’, dijo el monje. Así que el niño empezó a contarle sobre su viaje fuera de la montaña. Le contó sobre pueblos y ciudades por las que había pasado, sobre ríos vadeados y montañas trepadas. Después le contó cómo un día llegó hasta un arroyo desbordándose. Se dio cuenta, mientras intentaba pasar con cuidado a través del arroyo que fluía, que una colonia de hormigas había quedado atrapada en una pequeña isla formada por el arroyo que se desbordaba. Movido por la compasión por estas pobres criaturas, cogió una rama de un árbol y la puso atravesando una corriente del arroyo hasta tocar la islita. A medida que las hormigas conseguían atravesar, el niño sujetaba la rama firmemente, hasta que estuvo seguro de que todas las hormigas habían escapado a tierra firme. Entonces continuó su camino. ‘Conque esa es la razón por la que los dioses han alargado sus días’, pensó el viejo monje para sí mismo',

Los actos compasivos pueden cambiar tu destino. A la inversa, los actos depravados pueden incidir en tu destino desfavorablemente."
 
Antiguo 30-jul-2012  

Hola, me ha encantado este hilo, son muy interesantes la enseñanzas budistas, yo os dejo un cuento que en un principio es de Jorge Bucay, fijo que os suena, pero que realmente muchos de los cuentos que publica el solo los recopila, pero son al final cuentos budistas, alguno de los que habéis puesto de echo lo he leido en alguno de sus libros, bueno dejo de enrollarme que soy lo peor, resumiendo os dejo con un cuento, que sea de quien sea, es bonito.


“Había una vez... un estanque maravilloso.
Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente...
Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber por qué- se baño rápidamente y más rápidamente aún, salió del agua...
Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró...
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza...
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.
Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.
Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.
Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es sólo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad... está escondida la tristeza.”
 
Antiguo 31-jul-2012  

Bueno esto lo copié de un diálogo de la película Stalker de Tarkovsky pero como Tarkovsky gustaba de la filosofía oriental fácilmente se podría interpretar como una enseñanza budista. Ahí va:

Permitales ser desvalidos como niños, porque su debilidad es una gran cosa y la fuerza no es nada.
Cuando un hombre nace, es débil y flexible.
Cuando muere, es rígido e insensible.
Cuando un árbol crece, es tierno y dúctil, pero cuando está seco y rígido, muere.
Rigidez y fuerza son compañeros de la muerte.
Ductilidad y vulnerabilidad son las expresiones de la frescura de ser. Porque lo que se ha endurecido nunca ganará.
 
Antiguo 31-jul-2012  

Esto lo saqué del capítulo IV del Arte de la Guerra de Sun Tzu

Prever una victoria que un hombre ordinario puede prever, no es espíritu de excelencia. No importa si triunfas en la batalla y eres aclamado universalmente como "experto", pues levantar una hoja caída no requiere tener gran fuerza, distinguir entre el día y la noche no es prueba de gran visión ni oír un trueno no es muestra de oído agudo.
 
Antiguo 31-jul-2012  

Bueno el último y ya me voy a dormir

Los ciegos y el elefante

Se hallaba el Buda en el bosque de Jeta cuando llegaron un buen número de ascetas de diferentes escuelas metafísicas y tendencias filosóficas.
Algunos sostenían que el mundo es eterno, y otros, que no lo es; unos que el mundo es finito, y otros, infinito; unos que el cuerpo y el alma son lo mismo, y otros, que son diferentes; unos, que el Buda tiene existencia tras la muerte, y otros, que no. Y así cada uno sostenía sus puntos de vista, entregándose a prolongadas polémicas. Todo ello fue oído por un grupo de monjes del Buda, que relataron luego el incidente al maestro y le pidieron aclaración. El Buda les pidió que se sentaran tranquilamente a su lado, y habló así:

-Monjes, esos disidentes son ciegos que no ven, que desconocen tanto la verdad como la no verdad, tanto lo real como lo no real. Ignorantes, polemizan y se enzarzan como me han relatado. Ahora les contaré un suceso de los tiempos antiguos. Había un maharajá que mandó reunir a todos los ciegos que había en Sabathi y pidió que los pusieran ante un elefante y que contasen, al ir tocando al elefante, qué les parecía. Unos dijeron, tras tocar la cabeza: “Un elefante se parece a un cacharro”; los que tocaron la oreja, aseguraron: “Se parece a un cesto de aventar”; los que tocaron el colmillo: “Es como una reja de arado”; los que palparon el cuerpo: “Es un granero”. Y así, cada uno convencido de lo que declaraba, comenzaron a querellarse entre ellos.

El Buda hizo una pausa y rompió el silencio para concluir:

-Monjes, así son esos ascetas disidentes: ciegos, desconocedores de la verdad, que, sin embargo, sostienen sus creencias.



http://es.wikipedia.org/wiki/Los_ciegos_y_el_elefante
 
Antiguo 31-jul-2012  

Cita:
Iniciado por diegofernando_78 Ver Mensaje



“La iluminación no es esencialmente un árbol



Ni tampoco hay espejo alguno que resplandezca.



Desde el mismo comienzo no existe nada.



¿donde podría, pues, acumularse el polvo?”





En mi habitación (y debería limpiarlo)
 
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