Ese es el destino de los que dejamos de sentir fobia social debido a los medicamentos.
Se deja de tener baja autoestima, y por tanto, ya no se teme a los demás.
Pero a cambio, se genera un gran odio y desprecio a la mayor parte de la sociedad.
Pero no es duradero, se suele alternar el odio con etapas en las que la gente te resulta totalmente indiferente, como si fueran máquinas que se mueven de un lado a otro, sin capacidad de pensar.