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Iniciado por Mikuru
No puedo más... Estoy harta de estar viviendo todos los días la misma cosa. Las mismas malas personas, el mismo sentimiento de odio.
Tengo 14 años y todos estos meses no he tenido otro pensamiento que el de suicidarme. Pero tengo miedo.
No tengo ni idea si lo que tenga es fobia social o no. Solamente me siento vacía.
Me dan muy a menudos ataques de impotencia, que necesito descargarme gritando o golpeando algo. Me siento identificada con el Trastorno Borderline.
Tal vez suene estúpido o muy gastado. Pero de verdad, no tengo ganas de vivir.
Cuando algunas personas me hablan, encuentro muy aburrido todo lo que dicen.
Evito a toda costa relacionarme con personas que no conozca bien. Siento que estoy atrapada. Odio a mis padres. Siento que ellos me pusieron en esta situación. No sé como explicarlo, pero de alguna forma u otra mi familia siempre me ha incomodado, no la soporto. Todos tienen problemas mentales, siento que ellos causaron esto.
Porfavor, no piensen que esto es lo que siente una típica adolescente.
Este aburrimiento y las ganas de morir que siento no son normales.
Mi madre no quiere llevarme al psicologo.
Siento que me ahogo.
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Querida Mikuru: nunca podrías adivinar cuánto te comprendo, porque yo mismo, a tu edad, odiaba la vida, todas las noches me acostaba deseando no despertar al día siguiente y, es más, intenté suicidarme varias veces. Con un poco de humor negro afirmo ahora que la gente a veces se suicida cuando fracasa en aquello que más anhela en la vida, pero que en mi caso, como lo que más anhelaba en la vida era morir y fracasé en eso, no me quedó más remedio que vivir. Pero hablando en serio, estás acertada en que ese aburrimiento y ganas de morir no son normales; en lo que no tenés razón es en culpar a otros. La falla está en uno, te lo aseguro, porque si bien el ambiente en que uno vive y desarrolla su actividad puede ser nefasto, lo cierto es que hay personas en situaciones infinitamente peores, y sin embargo están llenas de ganas de vivir. Necesitás salir de la pose de víctima en la que estás y adoptar una actitud un poco más guerrera, más combativa. ¿Cómo se hace eso? Bueno, por ejemplo: ¿tu madre no te quiere llevar al psicólogo? Seguí insistiendo, y si siguiera negándose, averiguá si tenés forma legal de obligarla a hacerlo. Aquí, en Argentina, si un asistente social determina que un menor de edad necesita asistencia psiquiátrica y/o psicológica, no hay peros que los padres puedan oponer. Suerte, y a ponerle un poco de ganas a esto.
