Mis gustos casi no han variado desde la pubertad, por lo que me atraen fuertemente rasgos tan banales como ser cariñosa conmigo, inspirarme gran confianza y la posibilidad aparente de compartir conmigo muchos intereses. La timidez no tiene por qué ser un inconveniente, pero me suele gustar más que sean atrevidas y me empujen, siempre que me respeten. Vamos, que pido lo que no hay, ¿eh?
Hasta que, hace un año, leí datos y opiniones profundas sobre el sexo (entre ellos la carroñera página del señor Torbe), yo no era consciente de que, de hecho, para un simple polvo, a nosotros nos valdría --¿casi?-- cualquier mujer, por lo que tienden a ser ellas quienes nos escogen, y, salvo en las relaciones estables, nosotros apenas si tenemos voto. Estas circunstancias me mantuvieron al margen de la tendencia general de mis coetáneos, a partir de la adolescencia, de hacer toda clase de gilipolleces para llamar la atención de las convencionalmente consideradas tías buenas, porque, como rara vez veía en ellas asomo de empatía, no me detenía a admirar el acuerdo de su cuerpo con unos cánones que me importaban un comino.
Ahora me costará más ser tan impasible, porque he descubierto la deprimente tiranía femenina del sexo, y he visto desmentida mi ridícula creencia de adolescente de que ellas, por naturaleza, tendían a llevarse muy bien con
todos nosotros, incluso con los
pringaos como yo. Tendré que hacer un esfuerzo porque, a pesar de la desigualdad en nuestros impulsos, no creo que una cateta malcriada que me desprecie se merezca el mínimo esfuerzo por mi parte para agradarle, así que prefiero seguir la sencilla regla que leí en alguna parte de ver a cualquier mujer como una posible amiga, y tan pronto como su actitud se revele indiferente u hostil, pasar de ella. No espero que aparezca esa ilusoria amiga de la adolescencia, medio mujer, medio hada, por lo que me quedaré como un ermitaño, pero al menos no me arrastraré por el fango detrás de cualquier estúpida sin provecho.
Es sintomática esa orgullosa exigencia de...
Cita:
Iniciado por Klarisa
Y me refiero a como os gustan realmente no a con que os conformariais ni a que aspirais. Así que no vale eso de " me gustan tímidas pq así me siento más seguro......"
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... que, como todos sabéis, rara vez os plantearíamos a vosotras en una indagación como la de este hilo. De hecho, me gustaría saber cómo distinguís la "conformidad" y la "aspiración" del interés que consideréis legítimo, porque me suena a esa peregrina excusa para denigrar al que se os acerca, afirmando que recurre a vosotras porque no tiene agallas para dirigirse a quien de veras desea.