En mi caso hay mucha gente que me ha ayudado mostrandose comprensiba en situaciones francamente surrealistas... Mi antiguo jefe, mis compañeros de la universidad, mis hermanas, la cajera del super... Para mi todas esas personas son esenciales en mi abance; porque cuando estás mal cualquier pequeño detalle positivo puede hacerte abrir los ojos ante lo deformada que percibes la realidad.
Una sonrisa, una mirada, un coqueteo, el beso inocente de un niño... son cosas que podrían llegar a cambiar tu vida, solo tienes que estar dispuesto a dejar que ocurra.