No podía aguantar más las ganas de subir otro poema; lo siento si suena pedante, pero es este el estilo que me gusta:
De cómo habló un caballero en un castillo junto al mar:
Del Leviatán cuna y de Ícaro tumba,
a la selénica fuerza ora
y a la marmoleña memoria llora.
Jugaba el receloso Poseidón
en el levitar de las olas
y ante un radiante Sol
brindaba Píndaro mil odas.
Mar, desde esta vieja cámara,
tu perfume me inundaba,
desde los muros de este castillo
de la era de los Trastámara.
Al cielo alcé mi espada
cual victorioso Áyax o Jenofón
al recordar lo que ya olvidaron
los mármoles del Partenón.