Siento romper con toda esta verbena de llantos, pañuelos y, por ende, mocos (aunque esta es la parte que nadie quiere reconocer). Las loas a la mediocridad son un fenómeno tan normal en nuestro tiempo, pero no por ello hay que saludarlas como algo benévolo sino más bien una muestra más de como podemos ir degenerándonos un poco más.
Primero, la canción de
la Oreja de Van Gogh es un auténtico pestiño. Bueno, a fuer de ser sinceros, ¿hay alguna letra de este grupo que no sea una sucesión estomagante de lo más cursi y ridículo del género
romántico-fashion "made in Spain"? Quizás aquí ya se les fue la pinza. Lo de "iluminarse las pupilas con un bostezo" es ya pasarse de la raya...de cocaína, porque es que tiene bemoles la cosa.
La pobre chica desamparada, que no es guapa ni lista (¡vaya manera de relacionar la velocidad con el tocino!), suspirando por su príncipe azul, un tunante que, vago como él solo, no va directo a sus quehaceres sino prefiere utilizar el tren que hace más paradas porque él es así de romántico, de bondadoso, de guay...Ella se pone su faldita para que el tipejo se fije en ella (machismo casposo, al canto). Cuando, por fin, se deciden, en una escena harto improbable, el tío con toda la cara del mundo le suelta aquello de
"te quiero". ¡Toma canela para la natilla!, ¡Pregúntale el nombre, primero, zascandil!
La escenografía es patética. Caras de gentes que no tienen ni idea de cómo posar ante la cámara. De hecho, por el rollo multicultural supongo, pusieron a un hombre negro que pone cara de no saber muy bien de qué va todo el rollo. Las chicas de un pijo de
telojuroqueesasí, un chico que sale con cara de haberse levantado unos segundos antes, la mujer contenta (¿por qué?, ¿por los 192 muertos?)....con todo lo más desternillante es cuando un viejo con cara de pocos amigos dice la estrofa de la falda. ¡Impresionante!
Ni una mención (¿para qué ese engorroso trabajo de tomar partido?) a las causas de la masacre, ni a los responsables de la misma no sea que los discípulos de Mahoma se cabreen y declaren la fatua al hijo de
Tkiki Benegas (al padre creo que, por razones de que no se come cerdo, pues nada). Ya puestos, hubiera sido deseable que, al final del vídeo, apareciera un retrato del culpable de aquél atentado y de que la nueva vida de los tortolitos no llegará a Atocha. ¿
Bin Laden? ¡Y un cuerno!, un enano bigotudo con ansias imperiales, un pequeño bastardillo que, de manera incomprensible, llegó a presidir por dos ocasiones el gobierno de este país. Lo escrito, normal que se elogie este tipo de canciones.
Segundo,
La Pasión de Cristo. Llorar lo que se dice llorar, pues la verdad es que no. Es un auténtico egendro digno de lo peor del cine gore y, encima publicitado por la religión de los buenistas. Nada, que es muy bonito todo eso de reventar las arterias, arrancar la piel, romper el cartílago y el tabique nasal...durante dos horas (y en arameo, es que me meo) no paran de pegar, golpear y destrozar a una persona. ¿Y eso es arte?, ¿eso es bonito? Luego, en la vida real, cuando suceden cosas así nos parece deleznable y horroroso. Por mi parte, ¿qué quieren que les escriba?,
Mel Gibson es un fascista, un personaje siniestro, un actor de segunda y director de tercera, un capullo pretencioso que no tiene escrúpulos con tal de sacar tajada. No sé cuando van a beatificar a
Millán-Astray, ya que nos ponemos....:rolleyes: