Lo siento, pero al ver la fotografía en que el muchacho aparece postrado en la cama y abrazando a su novia con la bandera norteamericana de fondo, me han estado a punto de dar arcadas. No me parece ni hermoso ni emocionante ni digno que un país, sea el que sea, utilice a una persona en plena juventud como carne de cañón y que ésta vuelva convertida en un pingajo sanguinolento y mutilado, para defender oscuros intereses políticos, económicos y estratégicos.
No quisiera parecer ni hiriente si sarcástico, pero solo espero que estas prótesis tan avanzadas que le permiten hacer vida casi normal le hayan sido costeadas en su totalidad por el gobierno del país al que tanto le ha dado -las extremidades superiores e inferiores, ahí es nada-. Qué menos que eso, ¿no?