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22-ago-2010
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Lamentablemente no esta completo pero las hojas que leí me parecen las mas inspiradoras que he leido por mucho tiempo. Les dejo el link, y el que lo pueda comprar, que por favor lo escanee:
Trata de la los fundamentos de la meditacion con un lenguaje accesible y que me da mucho sentido:
http://books.google.cl/books?id=y_eo...page&q&f=false
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22-ago-2010
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Hola marquito. Cuando sigo el link me da error. ¿ te acordàs el nombre del libro ?
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22-ago-2010
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He vuelto a intentar lo de la meditación y nada...He encontrado un sitio muy silencioso en mi casa pero creo que necesito la disciplina de un grupo.
Realmente estoy muy interesado en ello, entrar en contacto con mi interior, relajarme etc...Lástima que no sea un poco más sencillo
Pero no me he rendido todavía!!
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22-ago-2010
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Cita:
Iniciado por solnaciente
Hola marquito. Cuando sigo el link me da error. ¿ te acordàs el nombre del libro ?
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El libro se llama "La senda sagrada del guerrero" de Chögyam Trungpa.
Lo puedes leer en google books. Lamentablemente no esta completo pero hay capitulos muy inspiradores.
http://books.google.cl/books?id=y_eo...page&q&f=false
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22-ago-2010
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Cita:
Iniciado por Gringo
He vuelto a intentar lo de la meditación y nada...He encontrado un sitio muy silencioso en mi casa pero creo que necesito la disciplina de un grupo.
Realmente estoy muy interesado en ello, entrar en contacto con mi interior, relajarme etc...Lástima que no sea un poco más sencillo
Pero no me he rendido todavía!!
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Practicar meditacion requiere una disciplina y una paciencia que es dificil de mantener de manera individual. Es un trabajo arduo que se aligera bastante si lo realizas en grupos que despues puedan conversar sobre la experiencia de meditar.
Por eso, tambien es necesario que haya un guia acreditado porque a veces meditar puede significar vivir experiencias un tanto extrañas, confusas. Es facil caer en la pereza, pero si tienes la ayuda de un grupo, esa dificultad se limita.
Te invito a que vayas a algun centro de meditacion para que haya un seguimiento y así no caigas en dificultades inherentes al mismo acto de meditar.
Ahora, si te resulta muy dificil ir a un centro de meditacion, te recomiendo un libro maravilloso en donde te explica de manera didactica y con mucho sentido, la tecnica basica y fundamental de la meditacion. El libro se llama "Convertir la mente en nuestra aliada":
http://www.agapea.com/libros/CONVERT...3301806X-i.htm
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22-ago-2010
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Muy interesante, gracias por compartirlo. En cuanto pueda y acabe los libros que me estoy leyendo lo buscaré para adquirirlo. Yo también estoy interesada en el tema de la meditación, el yoga... Sería genial tener un maestro que me enseñe sobre ese tipo de disciplinas. La gente me dice que soy una persona quieta, tranquila, relajada pero no saben el caos que hay dentro de mí jajaj
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22-ago-2010
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Cita:
Iniciado por marquito
Practicar meditacion requiere una disciplina y una paciencia que es dificil de mantener de manera individual. Es un trabajo arduo que se aligera bastante si lo realizas en grupos que despues puedan conversar sobre la experiencia de meditar.
Por eso, tambien es necesario que haya un guia acreditado porque a veces meditar puede significar vivir experiencias un tanto extrañas, confusas. Es facil caer en la pereza, pero si tienes la ayuda de un grupo, esa dificultad se limita.
Te invito a que vayas a algun centro de meditacion para que haya un seguimiento y así no caigas en dificultades inherentes al mismo acto de meditar.
Ahora, si te resulta muy dificil ir a un centro de meditacion, te recomiendo un libro maravilloso en donde te explica de manera didactica y con mucho sentido, la tecnica basica y fundamental de la meditacion. El libro se llama "Convertir la mente en nuestra aliada":
http://www.agapea.com/libros/CONVERT...3301806X-i.htm
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Muchas gracias Marquito, me ha llamado la atención lo que has dicho de las 'experiencias extrañas'.Eso es lo que más me interesa de la meditación, viajar a través de mi a ver que encuentro...Debe ser maravilloso! En fin encontrar al 'yo' no circunscrito...Intentaré lo del grupo, a ver si hago un espacio este otoño (se que me irá mucho mejor...)
Gracias por el libro!!.El nombre me gusta mucho, ahora mi mente no es precisamente mi aliada jejejej
Saludos
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22-ago-2010
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Gracias marquito por los links, lo iré leyendo de a poco. Por casualidad tienes el libro "Convertir la mente en nuestra aliada" en formato digital ? Es muy caro el libro ?
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23-ago-2010
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Cita:
Iniciado por solnaciente
Gracias marquito por los links, lo iré leyendo de a poco. Por casualidad tienes el libro "Convertir la mente en nuestra aliada" en formato digital ? Es muy caro el libro ?
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Mira, yo me lo conseguí con un amigo y lo fotocopié. El libro no es de muy facil acceso y es un tanto caro, pero es tan simple en sus enseñanzas y tan inspirador, que si tienes los medios economicos, pues compratelo.
Tambien podrías visitar bibliotecas publicas o de universidades para ver la posibilidad de conseguirtelo. Si tuviera escanner ya lo hubiera subido pero lamentablemente no tengo esa tecnologia.
Del mismo autor del libro, aquí encontré un articulo muy interesante:
Cita:
Siete cualidades para cultivar a diario
por Sákyong Miphám Rínpoche
Siempre estamos meditando - constantemente colocamos nuestra mente en un objeto y nos familiarizamos con él. Pero ¿estamos también acostumbrándonos a las cosas que nos hacen avanzar en el camino. Nuestra cultura moderna no nos anima a despertar, y sin un sentido de fortaleza interior, nos dejamos fácilmente invadir por las dificultades que nos rodean. Si no orientamos nuestra jornada hacia el crecimiento espiritual, nos invaden las prisas de la vida, alimentadas por nuestros patrones habituales. Mientras que algunos patrones habituales son fuentes de inspiración, otros simplemente nos agotan. La meditación nos enseña a darnos cuenta de estos patrones, que crean un tejido, una entidad que llamamos "yo".
Cuando despertamos por la mañana, nuestra primera meditación a menudo es "¿Y yo qué?" Podemos aflojar este patrón estableciendo otro tipo de perspectiva. En vez de "¿Qué tengo que hacer hoy?", o "¿conseguiré algún día dormir lo suficiente?" podemos preguntarnos, "¿Cómo puedo usar este día para dejar que el dharma cambie mis pensamientos, palabras y acciones? ¿Qué cualidades positivas debo cultivar?"
Llevar esta perspectiva al cojín enriquecerá nuestra meditación de la mañana. Y no importa cómo de bien haya ido nuestra meditación, entrar en nuestra vida diaria nos supone un cisma: "He acabado mi práctica y ahora tengo que ir a trabajar" Es un dilema insidioso que baja nuestra energía y dificulta nuestro crecimiento. Pensar que la práctica termina cuando dejamos la casa debilita nuestra capacidad para involucrarnos de todo corazón con el mundo exterior.
Así que, ¿cómo podemos mantener una perspectiva dhármica a lo largo del día? Viendo el día como nuestra vida y la vida como nuestro camino, aprendemos a considerar todo lo que sale a nuestro encuentro como una oportunidad para practicar. Hay siete facetas de nuestra mente despierta que podemos cultivar de modo consciente para mejorar la cualidad de camino que tiene nuestra vida.
La primera es ausencia de ego. Para crecer, debemos estar dispuestos a ceder territorio. Podemos estar buscando fervientemente al maestro, a las enseñanzas o situaciones que encajan en nuestra zona de confort, pero el camino no se va a mostrar en nuestros propios términos. ¿Estamos preparados para abandonar nuestros patrones habituales -soltar el apoyo de conceptos, opiniones y comodidades? Para progresar debemos desear un cambio.
El gran santo tibetano Milarepa decía que para ceder el territorio, debemos entender la impermanencia. Si no entendemos la impermanencia, no tenemos un sentido de inmediatez. Y sin sentido de inmediatez permanecemos bajo la influencia de la ilusión prolongada de que somos eternos. En otras palabras, nos volvemos muy confortables con nuestros hábitos. Nuestra práctica es perezosa y nuestra mente se vuelve espesa. Así que cada día necesitamos cultivar el deseo de abandonar los patrones habituales que envuelven nuestra experiencia.
El segundo elemento para despertar es la fe. La palabra "fe" a menudo tiene un sentido de que aunque no estemos realmente seguros sobre algo, lo creemos igualmente. La fe de la que hablamos aquí se basa en saber lo que estamos haciendo, no en esperar algo magnífico. Es como si hemos comprobado nuestra barca buscando agujeros y no hemos encontrado ninguno, así que nos ponemos a navegar con anhelo de estar completamente involucrados en la práctica porque estamos seguros de que las enseñanzas van a funcionar. El ingrediente activo de nuestro anhelo se manifiesta como fortaleza y compasión.
Hay tres tipos de fe. La primera es la fe de la inspiración. Al ver un maestro, oír el dharma, o visitar un centro de meditación, nos sentimos inmediatamente inspirados. La fe surge de repente como un impacto muy poderoso. Engancha nuestra mente y nos entusiasmamos con ella. Simplemente sabemos que ha ocurrido.
Pero este tipo de fe no es sostenible. Debemos acompañar nuestra inspiración con curiosidad, de la que surge el segundo tipo de fe, el entendimiento. Nos preguntamos: "¿Qué es lo que ha hecho a esta persona ser como es? ¿Porqué este lugar es tan poderoso?" A no ser que investiguemos nuestra inspiración, perderemos nuestra motivación para practicar. Así que nos entra la curiosidad -leyendo, estudiando y oyendo el dharma. Así es como aumentamos nuestro entendimiento, que nos lleva a un tipo de fe más profundo porque sabemos por qué nos sentimos inspirados en el primer instante.
El tercer tipo de fe es el continuar. Nos hemos impresionado, luego hemos sentido curiosidad, y luego pensamos: "Yo también quiero ser así, voy a continuar ese camino" Los tres tipos de fe producen de modo natural una potente fuerza impulsora, combinando fuerza interior y compasión.
Deseando ceder, teniendo confianza, y anhelando avanzar, ahora necesitamos atrevernos. ¿Atrevernos a qué? Nos atrevemos a saltar de nuestras tendencias habituales samsáricas hacia otras más dhármicas. Cuando nos vemos caer en la meditación del "yo", salimos de esta alucinación y con valor saltamos a un espacio más abierto. Esto puede ser algo tan sencillo como ceder nuestro puesto en una cola a alguien con prisas.
Si nos atrevemos a salir de la pereza de un salto, nos podemos volver ligeramente agresivos, así que también cultivamos la amabilidad. Esto significa disminuir la velocidad de manera que sincronicemos la intención con la palabra y la acción. La intención es usar cada día como camino espiritual. ¿Qué es el camino? Es un lugar para crecer. Con amabilidad, damos espacio y calidez para crecer, pero no forzamos el progreso -ni el nuestro ni el de nadie. Si no tenemos prisas con la mente, tenemos la paciencia de que las cosas de desplieguen de un modo natural.
Si nos volvemos demasiado amables, podemos hacernos flojos, débiles. Así que la siguiente es la valentía, la intrepidez. En cuanto a cómo nos involucramos con la vida, hemos dejado de dudar de nosotros mismos porque ya no tenemos miedo de nuestra mente.
Lo podemos mirar al revés. Aunque encontremos obstáculos, nos movemos hacia delante con firmeza: no tenemos miedo de ceder territorio o dar el salto. La valentía tiene un elemento decisivo, además: en algún momento podemos responder a las situaciones con un simple "sí" o "no" -los "quizás" los dejamos aparte.
Con la valentía viene la conciencia del darse cuenta. No seguimos atados a nuestros patrones habituales, no usamos la esperanza y el miedo para manipular el entorno. Nos damos cuenta de lo que pasa en nuestra vida. Tenemos más energía porque no nos preocupa intentar mantener el concepto del "yo" y su polaridad. Nuestra práctica se vuelve más tridimensional.
La última de la lista es el sentido del humor. No he conocido ningún gran practicante que no tenga un gran sentido del humor. Es un signo de flexibilidad e inteligencia. ¿Alguien quiere ser un practicante machacón, frunciendo el ceño mientras trata de empujar la realización? Con una mirada dhármica podemos ver las cosas con ligereza porque estamos conectados con nuestra integridad, con nuestro ser.
Cada mañana podemos escoger uno de estos elementos como contemplación y practicar. A lo largo del día, nos podemos entrenar en traer nuestra mente a la ‘ausencia de ego', a la ‘fe' o a la ‘amabilidad' -primero como palabras, luego como acciones. A la noche, podemos dedicar un momento antes de irnos a dormir y reflexionar sobre lo que ha ocurrido "¿Cómo empleé mi día para nutrir mi mente y mi corazón?"
Entrenarnos para incrementar nuestras tendencias habituales dhármicas es una fuerte perpetua de inspiración y fortaleza que proporciona un marco para la toma de decisiones a cualquier nivel. Es de esta manera que conseguimos pensar siempre hacia delante, nos volvemos gente visionaria que usa cada situación como una oportunidad para enlazar lo trascendente con lo práctico y viceversa.
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¿Qué piensan de que dice?
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