Yo estoy en contra de cualquier camino "mental" que tenga como meta el autoperfeccionamiento y el seguir una creencia como verdad. Simplemente porque nuestros proyectos e intereses se alienan con algo que no deja de ser un modelo ideal exterior. Y vivir no consiste en llegar a ser un prototipo perfectamente estipulado desde el principio. Lo que si ocurre es que estos caminos son una buena ayuda en momentos de desmoramiento interior, pero hay que saber no fijarse en ellos, y trascenderlos tras un tiempo (que no te dominen). Creo que no hay nada más dañino para nuestras vivencias emocionales que racionalizarlas diciendo si son producto o no de nuestro "ego", pues claro que sí de qué van a ser producto si no. Lo que ocurre es que además de nuestra representación privada de nuestra situación en el mundo(nuestro ego) podemos percibir otras corrientes, y está bien llegar a ese nivel de conciencia. Pero lo que quiero decir que siempre lo que hace una creencia es aumentar tu ego, aumentar tu representación privada de tu realidad y no disminuirlo para percibir otras.
De todos modos unos códigos de conducta y normas sencillos si son necesarios para vivir con cierta tranqulidad, sin demasiadas montañas rusas emocionales, pero si estas estan hay que pasar por ellas fijo.
Si es cierto que el aplicarse en el esfuerzo de unas normas de vida crea habitos de autocontrol, que luego nos hacen ser menos impulsivos y más racionales, para planificar mejor lograr lo que nos gusta. Y a lo mejor entonces nuestros gustos son más espirituales, nos dejan más en paz y satisfechos, que cuando son compulsivos, entonces suelen producir depresión.
Tema complicado este ...