Según el profesor de psiquiatría David Servan-Schreiber, hay tres criterios para saber si una persona que nos interesa puede llegar a convertirse en alguien que vamos a amar. No es ni un método infalible ni garantiza que vayamos a envejecer juntos, pero hay signos que indican que podemos vivir una vida en común.
Al principio, no hay que mentirse sobre la
ATRACCIÓN que sentimos por el otro. ¿Nos resulta atractivo? ¿Sentimos ganas de tocarle, de estar a su lado? O bien, ¿tiene un defecto que nos molesta? Una sonrisa que nos parece falsa, gestos bruscos... La atracción no es lo mismo que el amor, pero representa un sólido comienzo que otorga una oportunidad a la historia que se inicia. El siguiente paso es subir el nivel de exigencia. ¿Nos gusta el contacto con su piel, el sabor de su cuerpo y, sobretodo, su
OLOR? Es esencial, porque ¡no va a cambiar nunca! El olor de nuestra pareja nos atrapa, aunque tratemos de engañarnos ante la reacción física que nos produce.
Un estudio demuestra que entre ciertos ácaros el olfato es tan potente que pueden llegar a reparar en la presencia de su compañero a larga distancia. Aunque sólo fuera por el vestigio que pudiera quedarnos de esto, no hay que tomarse el olor de la pareja a la ligera.
Y también está el
INTERCAMBIO. El intercambio emocional tiene importancia. La alimentaciónn afectiva de los primates consiste en el contacto íntimo con los demás. Al despiojarse, los monos manifiestan su interés y comparten su intimidad. En los humanos, este impulso se manifiesta de forma diferente: cuando se produce el encuentro con un posible candidato, hay que prestar especial atención a dos cosas. ¿Te pregunta sobre tu vida? Y cuando le respondes, ¿escucha tus respuestas? ¿Se toma la molestia de comprenderte?. Me gustaría creer que esta cuestión viene a ser la llave que abre el amor, pero supongo que lo antes expuesto es cierto y no hay que pasar por alto los instintos más profundos de nuestro cerebro animal...
CONCLUSIÓN (mía): el messenger no basta para saber si el otro puede convertirse en alguien a quien amar. Por tanto, los ligues de internet tienen bastante probabilidad de convertirse en fracaso una vez pasan a la realidad ya que no podemos constatar esos tres factores, como mucho el último y también sería discutible.