Los vínculos son complicados, nadie está libre de hacer daño a quién se aprecia; ya sea por accidente (malentendidos) o por un estado de ánimo alterado en circunstancias específicas ("perdón, es que hoy tuve un mal día").
Yo últimamente estoy teniendo bastantes problemas a la hora de tolerar esos deslices cuando me afectan personalmente. En esas ocasiones es cuando se manifiesta mi carácter impulsivo y violento, no puedo (o en realidad no deseo) tomar el control. En mi corta existencia ya tuve suficientes descalificaciones y suficiente actitud pasiva ante ellas, no hay forma de que tolere agresiones cuando vienen de aquellos con los que supuestamente existe un afecto recíproco. Racionalmente no lo soporto, es una traición. Emocionalmente... bueno, es furia, y como no hay freno racional... No tengo verdaderos motivos para contenerme. Para colmo detesto el "hacer como si nada", queda algo sin resolver: ¿A qué viene esa agresión?, ¿cómo pudo tener lugar?, ¿no implica que ese aprecio supuesto no es tan verdadero como debería?
Por suerte el enojo se me pasa rápido, no porque consienta y "deje pasar" sino porque el rencor se me hizo siempre un esfuerzo tan agotador como inútil. Lo normal es lo contrario; que tenga que concentrarme en no olvidar para tener presente que esos vínculos puede que no valgan tanto como yo creía.
Ayer mi papá me suelta que "no sea miserable" porque supuso que no quería pagar algo que, previamente, manifesté a otra persona que estaría dispuesto a pagar. ¿A qué viene ese ataque?, porque más allá de lo que piense de mí, cosa que me importa realmente bastante poco, ¿a qué viene el decírmelo si es algo así de ofensivo? Le contesté, bastante mal aparentemente ya que recibí un insulto...
Y otra familiar, que es la encarnación de la "persona tóxica" de la que se hablaba en aquél hilo... ¿Cómo se puede entender que te quieran cuando en cualquier momento se te critica mordazmente a tus espaldas (mientras uno escucha, encima)?
Y la otra vez, un "amigo" que tiene la costumbre de hacer caras de fastidio cuando alguien le pregunta algo un par de veces, como atribuyéndolo a la ineptitud de uno en vez de a la suya propia por confundirse en las palabras y no saber explicarse correctamente. Terminé mandándolo literalmente a la concha (coño) de su madre. Al instante, adoptó la actitud conciliadora de "hacer como si nada". Y claro que era lo mejor, es incómodo lo que sigue al reaccionar así, odio estar enemistado con nadie, pero tampoco había intención de disculparse.
Conciliar, eso nada más me es posible cuando entiendo que fui yo el atacante y provoqué una proporcional y justificada reacción violenta en el otro. Pero cuando es a mí a quien se ataca no hay manera en que pueda conciliar nada, sino solamente reaccionar con violencia. No puedo decir que admiro a quienes actúan de forma tan pacífica, pero sí es cierto que así se vuelven más agradables y simpáticos, siendo más fácil tratar con ellos.
Del lado del autoexamen, me preocupa siempre no estar escupiendo mierda a las personas que se supone aprecio, y estoy completamente abierto a que se me llame la atención sobre eso, a reconocerlo, disculparme y ocuparme en arreglarlo. Pero claro, alguien con un carácter similar al mío no va a llamarme la atención sino a directamente reaccionar mal, y una mala reacción de la que se desconoce su origen como legítima represalia y que se interpreta como agresión gratuita, va a generar una respuesta agresiva como -según cree esa parte- legítima represalia. Y por eso son tan peligrosos los malos entendidos entre personas que tienen un carácter de mierda
Y no pedos, no se maltrata a propósito por el puro placer de ejercer dominio sobre quién sabés que lo sufrirá con paciencia porque te quiere lo bastante como para hacerlo. Yo diría que eso es propio de psicópatas, aunque no deja de ser elogiable tu sinceridad para con vos misma.