¿Cuántas veces he contado ya lo niño que me siento y hasta que me comporto a veces? Mi terapeuta dice que en mí conviven el niño y el adulto. Que soy un niño en lo que hace a lo afectivo, que recién empiezo a gatear la vida, y que recuerde entonces en mis "berrinches" que, cuando se gatea, las cosas no están tan al alcance de la mano; que lleva su tiempo aprender a dominar los movimientos, dominar el propio "cuerpo" (la propia vida, el propio ser). Debo aprender a caminar la vida, a transitarla, y eso requiero tiempo y paciencia.
Y bueno, tal vez en esto se resuma lo mío: el ser un niño en cuanto al manejo de lo afectivo.