Que sirva de orientación a todos aquellos que se sienten confundidos, pero sobretodo no dejen de ir a un médico que les oriente.
El Trastorno de Personalidad por Evitación coincide con la fobia social generalizada e intensa, cuando esta se ha padecido desde la niñez o la adolescencia.
Son personas inseguras, con baja autoestima, que se adhieren a otros para que dirijan, organicen y guíen su vida.
No son capaces de tomar decisiones por ellos mismos, y pueden llegar a la subordinación con tal de encontrar a alguien que le ayude, le estime y no le deje sólo.
Debido a todo lo anterior, son personas que se relacionan, tan sólo, en el ámbito familiar y sus interacciones fuera de este núcleo son casi nulas.
Practica el repliegue activo (separación, miedo, desconfianza).
Ha pesar de su deseo de relacionarse está persuadido de que lo mejor en negar esos sentimientos y mantener la distancia interpersonal.
La crítica y la desaprobación le hieren fácilmente.
Pocos amigos (uno o ninguno).
No se involucra hasta que comprueba que le quieren.
Evita el contacto social y es reticente a exponerse a participar por miedo al ridículo.
Exagera las dificultades que comportaría salir de su protectora rutina.
Autocrítica ("soy aburrido", "soy patético", "no encajo").
Fácilmente interpretan una reacción neutra o positiva de los demás como negativa.
Rehuyen de la posibilidad de ser evaluados.
Se juzgan desde los ojos de los demás.
Excluye los datos positivos sobre sí mismo y los aprecios que suscita.
A este trastorno lo caracterizan una extrema sensibilidad al rechazo, que los conduce a una vida social de abandono y unos sentimientos de adecuación.
Son tímidos, no asóciales, ya que poseen un gran deseo de estar acompañados pero necesitan de garantías inusuales de aceptación sin críticas por parte de los demás.
Presentan un alto nivel de ansiedad frente a la posibilidad de rechazo por lo que evitan contactos interpersonales. Suelen malinterpretar las respuestas de los demás, percibiendo críticas en donde no las hay recurriendo a un mayor retraimiento para evitarlas.
Se ocupan en actividades marginales, con poco interés por el avance personal y el ejercicio de la autoridad.
Se ven a sí mismos como socialmente ineptos, personalmente poco interesantes o inferiores a los demás. Se muestran con incertidumbre y pérdida de confianza en sí mismos.
Si se mueven en un ambiente protegido, son personas capaces de desenvolverse funcionalmente. Se pueden casar, tener hijos, pero si este apoyo falla, deprimen, se tornan ansiosos e iracundos.
Es muy común la evitación fóbica y la presencia de fobia social, en estas personas.
Criterios diagnósticos del DSM-IV:
Patrón generalizado de evitación social, sentimientos de inadecuación e hipersensibilidad
a la valoración negativa, desde la edad adulta y en diversos contextos. Indicado por 4 o más signos:
1. Evita las ocupaciones que impliquen relaciones interpersonales por miedo a la crítica.
2. No desea relaciones con otros, a menos que está seguro de agradar.
3. Limitación en las relaciones íntimas por temor a ser avergonzado o ridiculizado.
4. Inquietud a ser rechazado en situaciones sociales.
5. Se inhibe en situaciones personales nuevas.
6. Se considera a sí mismo socialmente inepto, sin atractivo personal o inferior a los demás.
7. Reticente a correr riesgos personales o participar en cualquier actividad nueva,
porque puede resultar embarazoso.
Evolución:
Variable. Estable o empeora. Algunos mejoran.
Tratamiento difícil por la escasa colaboración del individuo y del medio a pesar de su gran deseo por cambiar.
No siempre hay una conciencia permanente de anomalía caracterial.
Los psicofármacos son un recurso para normalizar la psicopatología del sujeto y potenciar su estabilidad emocional.
La presencia del terapeuta atenúa los perfiles psicopatológicos del paciente y reduce su conflictividad con el medio.
Múltiples modalidades: psicoanálisis, psicoterapia psicoanalítica, psicoterapia de apoyo, terapia grupal, terapia familiar, terapia ambiental, hospitalización y farmacoterapia.
UN ABRAZO
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