Hola a tod@s,
¿Por qué me he registrado en este foro y por qué he decidido escribir en él? La razones son muchas pero el detonante es una mujer. No es mi pareja, ni hemos tenido ningún contacto sexual, es más, vamos a ser claros no me atrae sexualmente y tiene pareja. Y no, lo siento pero puedo asegurar que no se esconde nada "oscuro", ni Freud está detrás de todo esto, sencillamente hoy me ha mandado un mensaje echándome en cara que no le presto atención cuando habla, lo cual es bastante cierto y por otro que se está hartando de esta situación, lo cual me parece lógico.
Después de esta introducción debería repasar el porqué. Al menos tratar de hacerlo.
Más allá de mi infancia, mi adolescencia o mi juventud creo que el momento clave de todo este CAOS tiene su foco de atención en 2001. Sí, justo, cuando los atentados del World Trade Center. En aquel verano tuve que someterme a una operación, seria pero no grave y a partir de ahí mi vida ha sido un DESASTRE.
Lo primero que ocurrió, tras aquella operación fue que comencé a sufrir ataques de ansiedad. Bastante severos. Recuerdo días en los que estando en casa, sufría como "oleadas" en mi cabeza, unos ataques que me acompañaron durante bastante tiempo y tras los cuales, aparte de otras tantas cosas, no he vuelto a ser la misma persona. Ese mismo verano conocí a la que fue mi pareja durante 7 años, una persona que estando en una situación psicológica bastante mala decidió "estar", lo cual, visto tras el paso del tiempo y poniéndome en su lugar fue un ERROR.
A partir de ese año, como ya he comentado, todo fue a peor. Mis notas bajaron, aunque logré a duras penas acabar la carrera en los dos últimos años que me quedaban. Seguía teniendo problemas de ansiedad, se me iba la cabeza, tenía ideas extrañas, obsesiones, problemas de salud constante, sobre todo uno relacionado con mi aparato excretor que fue muy doloroso, aparte de humillante. Por otro lado la relación con mis compañeros de clase se deterioró, hasta el punto de dejar de hablarnos en 5º, también dejé de tener contacto con mis amigos del barrio y poco a poco, aunque mi ex pareja fue un apoyo importantísimo, también empecé a tener problemas con ella.
Tras terminar los estudios, tuve una especie de "liberación". Ya de por sí no me gustaba la carrera y los dos últimos años, se convirtió en un verdadero suplicio. Había perdido motivación, interés y sobre todo, capacidad de concentración. Mi cerebro en general, ya no era como antes. Si bien siempre había sido una persona bastante aplicada en los estudios, malo en ciencias pero con buena capacidad de memorización (la inteligencia de los tontos en definitiva) poco a poco notaba que la memoria me fallaba y aparte me estaba volviendo cada vez más “vago”.
Así que tras terminar me tiré un año “sabático”, sin hacer prácticamente nada, por no decir nada de nada, aparte de jugar al ordenador todo el puñetero día y tener broncas con mi ex porque físicamente no era “lo que yo esperaba”.
Pasó ese año y mis padres, como es natural, comenzaron a impacientarse porque no me veían moverme, ni ganas claro, para buscar trabajo. Tenía la “idea de bombero” que por el mero hecho de haber terminado una carrera, ya tenía derecho a un buen trabajo. Mundo piruletas y gominotas vamos. Seguía pasando el tiempo, y mi padre, que tiene una pequeña empresa comenzó a presionarme, al principio poco a poco, para que fuese a su oficina. Posibilidad que, por vaguería propia, falta de conocimientos en la materia y porque mi relación con mi padre es bastante mala, iba desechando “porque no me gustaba ese trabajo y yo quería otra cosa”.
Así pasó medio año más, con una situación más que tensa en casa, hasta que comencé a estudiar un par de cursillos para dedicarme a otra cosa que me llamaba más la atención. A todo esto, aunque eran cursos a media jornada, no quería ni oír hablar de trabajar en la oficina de mi padre, lo cual incrementó aún más la tensión hasta que un día, tras terminar el curso, unos dos meses después, se montó una bronca monumental en mi casa, con amenazas de por medio, gritos, etc.
Por suerte, un amigo de mi padre, me llamó esa misma semana para un puesto y comencé a estudiar en su empresa. De esto hace 5 años.
Podrías llegar a pensar, en este punto del relato, que “la cosa mejoró”. Pues no, no mejoró.
Cometí un error garrafal, poner demasiadas esperanzas en esa profesión. En la medida que me parecía más “mierda” trabajar con mi padre, más llamativo me parecía ese mundo. Y claro, cuando tienes muchos pájaros en la cabeza suele pasar que te pegas el tortazo.
Comencé a trabajar, y al principio bien. Hasta que lo que eran promesas iniciales, se volvieron lágrimas en la lluvia, como en Blade Runner. Presiones, horarios infernales, compañeros déspotas, más presiones, prisas, más presiones…
Lo irónico es que todo lo que había querido evitar, años atrás, terminó explotándome en la cara y además ¡habiéndolo elegido yo!
Mis problemas de ansiedad se agravaron, hubo días que lloraba en la oficina encerrado en el baño y llegaba por la noche medio zombie a mi casa. Lo de mi ex pareja ya fue insostenible, por lo INSOPORTABLE que me había vuelto, y terminó como el rosario de la aurora algo que ya de por sí no era sostenible. Volví a tener problemas de salud, volví a sufrir obsesiones y para completar el puzzle, todo terminó estallando en una depresión, tomando Cipralex y convirtiendo mi vida en un binomio: casa, trabajo – trabajo casa. No salía los fines de semana, no hablaba con nadie, cuando me hablaban no me enteraba de nada, de hecho llegué a pensar que era idiota, sufría mareos al andar…
En fin, así me tiré 3 años, hasta que me despidieron. Momento en el cual, irónicamente empecé a “recobrar la conciencia”. Fue un golpe durísimo, digamos que el trabajo se había convertido casi en mi “tabla de salvación”, lo único que me conectaba a la realidad y aunque me hacía daño, por la gente o por el trabajo en sí, me agarraba a él como si fuese lo último en la Tierra. Al comprobar que todo eso, en un momento determinado, se pude perder me hundí y al mismo tiempo reflexioné.
Comencé a preguntarme por qué había llegado a ese punto, por qué me comportaba como me comportaba y sobre todo por qué no podía ser como los demás. Alguien “normal”.
Pasados unos meses encontré trabajo en el mismo sector pero ya nada fue como antes. Ya no me ilusionaba lo que hacía, y el agobio que siempre sentí, se incrementó. Comencé a no soportar todas las desventajas de esa profesión y comencé a ver TODO lo que había perdido por querer hacerlo costase lo que costase.
Así que un buen día, pasados unos meses, pensé “Ya no tiene sentido que siga aquí”. Acto seguido lo dejé. Es como si de algún modo hubiese recobrado “el alma”, pues aunque suene cursi me pasé 4 años sin saber en ocasiones hablar.
Sin embargo, todo ha sido una especie de “espejismo”. Ahora sin trabajo, siento que he vuelto al punto de origen. Vuelvo a recibir las presiones de mi padre, en esta ocasión con más insistencia pues ya es más mayor. Y en general, tras todo esto, me he dado cuenta que no he avanzado prácticamente en nada. Sigo siendo una especie de “niño grande”, al que literalmente le enloquecen las responsabilidades o los retos y cada vez más “viejo”, más cansado y más HARTO.
Todo en mi vida es un FRACASO TRAS FRACASO. Relaciones, parejas, trabajos, TODO. Si bien antes me era sencillo culpar a los demás, ahora veo con mucha facilidad mis faltas pero SOY INCAPAZ DE SOLUCIONARLAS.
Soy incapaz de adaptarme a este sistema de vida en el que tienes que tener un trabajo que ODIAS, ya sea por sus condiciones o por la naturaleza del trabajo en sí, y eso partiendo de la base de que tengas un trabajo.
No soporto a la gente, me molesta tener que tratar con los demás, especialmente si me caen como una patada en los huevos. Odio tener que ponerme caretas, poner buena cara porque “así son las cosas” (asco de frase por cierto) Y en general, por más que lo he intentado, a la vista está que no he logrado “ponerme en vereda”.
Sé lo que estás pensando, porque yo mismo lo pienso. Quejas, quejas y más quejas. Autocompasión. Síndrome de Peter Pan. Infantilismo. Sí, lo sé, ya lo he escuchado muchas veces, me sé todos los razonamientos y en general sé que soy yo el problema. Sin embargo, con ya más de 30 años, después de todos los palos, las decepciones, el hecho de estar solo, los problemas, los problemas y los más problemas NO he logrado madurar. No logro saber ni qué quiero en la vida, ni en qué soy “bueno” y lo peor de todo realmente lo poco que me conozco me parece deprimente.
Necesito ayuda, AYUDA. No palabras huecas, libros de autoayuda, frases hechas o pastillas. NO SIRVEN. Solo sirve que ACEPTES de una **** VEZ que la vida es así, que debo trabajar con mi padre porque NO HAY OTRA COSA, y que uno debe ser feliz con lo que le ha tocado pero no, yo por H o por B NO LO CONSIGO. Y sinceramente, ya no sé qué hacer pero lo peor es que empieza a no importarme.
En fin, eso es todo. Así son las cosas y así se las hemos contado.
