A veces uno se repliegue, pero uno no se confía porque sabe que va a volver. El enemigo tiene la fortaleza misma de uno . Uno se compromete con su lucha, porque sabe que hay cosas que proteger. Uno sabe que debe temer más al enemigo que no se ve.
Uno vive en estado de alerta porque sabe que en cada error, en cada fisura de su alma, puede colarse el adversario.
Toda guerra es interna, aún cuando se enfrenta a otro, uno lucha contra ese aspecto de sí mismo que ve en el otro.
La lucha es por sobrevivir, por prevalecer, por ganarse un lugar en el mundo. Uno lucha, aún, cuando parece reposar. Y la lucha no muere con uno , la lucha prevalece.
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