A los libros. Si no tengo un libro en el que centrarme cuando llega mi momento de ocio después de las clases me puedo empezar a dar de cabezazos contra lo que sea, y eso es bastante peligroso porque mi cabeza podría derribar un par de muros.
Lo malo es que mi psiquiatra me ha dicho que debo alejarme de los libros cuando estoy en un entorno social (no leer en el tranvía o en los espacios entre las clases). Intento hacerle caso pero...