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Antiguo 06-ago-2006  

Cita:
Iniciado por alicantino
Cita:
Iniciado por isaver
no olvidemos que la pulsión puede tener un impacto traumático más fuerte que el de un acontecimiento exterior
Hola Isaber, son muy interesantes los articulos que has enviado. Gracias por haberlo hecho. Los acabo de leer muy rapido pero estos textos requieren leerlos lentamente y despues pasarse un tiempo reflexionando sobre ellos, asi que los he guardado en mi ordenador para releerlos.
Ahora tan sólo queria comentar esas lineas que he extraido. Siempre me ha llamado mucho la poca trascendencia que da el psicoanalisis ( y otras corrientes que no tienen nada que ver con el, como la psicologia cognitiva ) a los acontecimientos exteriores. Mi opinión es que esos acontecimientos sí que pueden tener una gran capacidad traumática. El mismo Freud me parece recordar que admitia que algunas neurosis podian tener un origen exclusivamente traumático.
Un saludo.

_________________________________
Grupo Alicantino de Ayuda Mutua
http://www.mioforo.com/ansiedad
Ese es el límite del psicoanálisis clásico y que este analista está solucionando. Resulta que el paso al acto (suicidio), el sintoma, la alucinación en realidad son formaciones no del inconsciente ( no se pueden verbalizar como una sucesión de hechos vividos en el pasado pero reprimidos y que hay que recordar) sino que son formaciones por el objeto a. Estas suceden cuando hay una alucinación, angustia etc..por un exceso de energía no ligada a ningun significante inconsciente (como debidos a un trauma). Este exceso de energía no puede ser elaborado por el aparato psiquico. Entonces dice que el paciente más que desreprimir lo que tiene que hacer es crear una fantasia que muestre esa energía. Sepuede hacer con una obra de arte o en un sueño. Y al percibir cómo estan elaboradas estas imagenes, mas que su sentido o por elmero hecho de construirlas ya se liga la energía.

Por cierto yo me analicé según la teoria clásica, me curó los sintomas de somatizaciones (dolor de cabeza), ansiedad pero al tener una estructura con rasgos límite sigo teniendo lo que llama forclusiones parciales por exceso de soñar despierta, impulsos irrefrenables etc... De todos modos la teoria en si me sirve como cuadro explicativo (a falta de algo mejor) y situandome en ella paro el exceso de percepción de cosas exteriores como identicas a procesos pulsionales internos que es lo que provoca la angustia y el dolor psquico.

Por esto este autor con el tema de las formaciones del objeto a (que otro dia colgare si interesa aunque se puede encontrar en la red) me parece muy esperanzador para nosotros.

Esta claro que no digo que sea bueno analizarse pero si creo que lo es conocer la dinamica psiquica para entender el problema. Se que es largo de leer, pero preferia poner las propias palabras de Nasio. Y bueno es cuestion de ir asimilandolo poco a poco, pero ahora la red esta muy bien en estos temas.

Saludos alicantino, te sigo en nuestro foro.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Cita:
Iniciado por Fugitiva
Exacto.

La última psicóloga solo se proponía superarme y dejarme en ridículo. Es verdad que puedo ser algo narcisista, pero tampoco son formas. Por cierto no os pasa que os habeis encontrado con psicologAs cognitivas-conductuales que son muy "creidas" y cortantes: Yoen todo mi itinerario ya llevo 3, me llevo mucho mejor con los psicologOs. Por la cuenta que me trae y mal que me pese por ser mujer, me he dado cuenta que son mucho más concretos y efectivos y que no hacen daño a posta (haciendote quedar mal, o no parando de señalarte tus defectos) como hacen las psicologAS. Lo siento las encuentro muy mandonas. No las aguanto, con su aire de superioridad. Y precisamente por eso pq me tocaría una psicologA paso de hacer terapias.A la tercera va la vencida. PsicologAs no gracias.

Para aprender habilidades sociales y que se te quite la ansiedad lo mejor es tirarte a la piscina y trabajar en grupo. Cuando vivia en la capital lo hice y la verdad es que fue hasta divertido. Ayudabas y eras ayudado. Y tb mostrabas tu limites e intentabas que te respetaran tu espacio. Yo creo que la velocidad se demuestra andando, no es cosa de sermones sino de observarse en la práctica.

Saludos
Cita:
Iniciado por mentegato
Fugitiva, es curioso: yo tengo una experiencia exactamente igual a la tuya con una psicóloga cognitiva-conductista. Todo calcado.

Hasta ahora, me había quedado la creencia de que todo era cosa mía (la culpa, siempre la culpa), con esa habilidad que tienen muchos (aterra cuando son psicólogos quienes lo hacen) de echar balones fuera, y cargarlo todo en el otro.

Pero al haber más experincias parecidas, algo debe haber, ¿no?
Es que parece que estés describiendo a la misma psicóloga que yo tuve. Podría contar muchas de las cosas que hacía y decía, pero no me quiero ensañar, porque me hizo bastante daño.

Por eso, estoy de acuerdo con lo que ha dicho Pikmin: elegid bien. No confiéis vuestra salud mental y vuestra vida a cualquiera, sólo porque haya conseguido un título.
Resulta que nuestro problema es este exceso de goce que Nasio le llama "llevar el objeto a en el bolsillo". Entiendo que en la estructuración psiquica primero hay un momento de identificación con el objeto a (resto que cae cuando entramos en el mundo simbolico humano, porque al utilizar el significante siempre queda algo por significar)Este momento nos lo da la presencia real de la madre que nos alimenta (pecho = objeto a) pero luego tiene que actuar la madre simbolica que nos separa del objeto de goce.

Lo que hace la terapia cognitivo conductual y sobre todo las psicologAs estructuran haciendo esta función de separación, pero si lo hacen criticando nuestro " goce" y diciendo que no es normativo y no se ajusta a la ley .Sin darse cuenta que hay una energía no ligada que nos puede ocasionar mucho dolor. Y de ahí que nos ocasionen daño esta forma de ser tan cortante.

En cambio con los psicologOs ya nos aportan la solución normal a este Edipo materno. la función del padre, La madre no está porque busca en Otro lugar, nos aportan una metáfora del significante fálico (el significante del goce) y de ahí que sus intervenciones las veamos quizá cómo una salida a nuestra frustración, convirtiendose en una deuda simbólica con la función del padre (si funciona bien la transferencia claro...) Con esta presencia nos ahorramos a una madre en falta como un Otro todopoderoso capaz de devorarnos.
Esto se basa en :

El matemade Lacan: el deseo es deseo del Otro... la pulsión es reversible:
Pulsión oral: comer es igual a ser devorado, de donde surgen las fobias por no haber actuado bien la funcion paterna que nos deja en presencia de un Otro devorante. El sintoma es lo que lo sustituye y nos estructura, sino la energia no estaría ligada y apareceria una disociación (percepcion de la pulsion interna en el exterior sin defensa--> psicosis parcial
Pulsión escópica:ver igual a ser visto ....(por cierto de ahí surge la inhibición a mirar a los ojos Para quien quiera leer sobre esto, "La mirada en psicoanálisis de J.D. Nasio.

En fin todo esto es mi interpretacíón, a ver si nos lee un analista y nos corrige.

Saludos, Isaver.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Desde luego que la vida de un chicoanalista no debe ser nada aburrida.
Todo el dia haciendo intercambio de inconscientes.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Cita:
Iniciado por Richa
Desde luego que la vida de un chicoanalista no debe ser nada aburrida.
Todo el dia haciendo intercambio de inconscientes.
Pos si y encima estan forraos pero a proposito de eso más

JUAN D. NASIO
Hay varias hipótesis importantes que yo considero que
son nuevas, innovadoras en mí teoría , y que han contribuido, o me parece que
intentan contribuir al psicoanálisis.
La primera, la más importante, surgió en los años 1977, 1978,
y fue a partir de la tesis de Lacan de que el inconciente está
estructurado como un lenguaje. Mi tesis era que el inconciente era
único, no había un inconciente propio del analizante y un inconciente
propio del analista, sino que había un inconciente con tres características:
es único entre analista y analizante; es producido en el
acto de una palabra, de un fantasma, en el surgimiento espontáneo
de una manifestación de este inconciente y es exclusivo de la
relación analítica.
Este último aspecto de mi tesis es quizás el más polémico,
considerar que el inconciente no existe fuera del psicoanálisis.
Ahí habría una polémica muy importante porque todos pensamos,
con Freud, que el inconciente también está presente en la vida
cotidiana.
Este primer aporte de los años 1977, 1978, que sigo manteniendo
aún hoy, mejorándolo y desarrollándolo cada vez, es una
posición lógica y coherente con la definición del inconciente
lacaniano, estructurado como un lenguaje. Si somos consecuentes
con esta posición del inconciente como estructura no podemos
sostener que Juan, Pedro o Martín tienen cada uno su inconciente.
Si el inconciente es una estructura, no podemos estar diciendo que
el analista tiene su inconciente y el paciente el suyo. Además el
inconciente se despliega, se abre en el acto de la relación
analítica, acto que puede ser una formación del inconciente del
paciente, o una formación fantasmática en el paciente, o una
interpretación del analista... Entonces, el inconciente engloba a la
pareja analítica, es único y es inherente al acto: no hay inconciente
antes del acto, sino que hay inconciente después del acto. Ustedes
me pueden decir “¿cómo, en este momento que estamos hablando
no hay inconciente?”. Y... no, en este momento no hay inconciente.
Para que haya inconciente tengo que cometer un acto.
¿Qué es un acto? Llamamos así a toda incidencia real –venga
de afuera o de adentro– que sorprende, un acontecimiento que
cambia al ser a quien concierne, que supera la intención o
voluntad.
Esta definición del acto corresponde a los momentos en una
cura analítica, en los cuales o el paciente o el analista son
sorprendidos por un acto, sea la interpretación, sea un chiste, un
sueño, un acting out, o cualquier otro tipo de manifestaciones de
diferentes calidades que vienen a sorprender a uno de los dos, o
a veces a los dos, superan su entender, su querer y su saber, y le
enseñan. Porque cuando una persona comete un lapsus, un
analista en su vida cotidiana, por ejemplo, que va más allá de su
saber y su querer, el sujeto aprende porque se escucha decir el
lapsus, y entonces cambia. El inconciente es un saber, ésta es una
posición lacaniana. Entonces esta es la primer tesis –si ustedes
quieren– de un inconciente único en la relación transferencial, en
la relación analítica, y diríamos más, un inconciente homeomorfo,
idéntico a la transferencia. Quiero decir que transferencia e
inconciente son idénticos.
Enrique Alba: En el ejemplo del lapsus, ocurre algo que tiene
que ver con el inconciente, y aunque no es interpretado o desarrollado,
es escuchado. ¿Puede escucharlo como un acto alguien que
no tiene ningún tipo de transferencia con el psicoanálisis?
Nasio: Podemos ampliar el marco del surgimiento del inconciente
y decir que el inconciente surgiría en la relación analítica o en
todo marco en donde esté un analista. Retomo una frase de Lacan
muy linda y muy difícil de comprender si no la pasamos por esta
vía, que dice que el analista forma parte del concepto de inconciente.
Y yo diría que el concepto de inconciente forma parte del
analista, y el analista forma parte del concepto de inconciente. A
tal punto –y esto no lo dice Lacan, lo digo yo– que probablemente
no podamos hablar del inconciente si no hablamos del analista.
Esto es un llamado a la polémica, un llamado a la discusión, no
es una afirmación perentoria
Andrés Fractman: En mi experiencia como docente, en los
momentos en que se producen actos fallidos, lapsus, cuando
después de la clase alguien se olvida la agenda, por ejemplo, me
da la impresión que se está produciendo un fenómeno de aprendizaje,
que algo se está viendo.
Nasio: Claro, es la idea del inconciente como un saber, porque
es algo que nos aprehende.
El inconciente es un saber, cuando se exterioriza y vuelve a la
conciencia. No hay que tener miedo de pronunciar la palabra
“conciencia”. Ese es el trabajo que hacemos en análisis además,
porque la interpretación cumple esa función. ¿Qué es el trabajo de
la interpretación? Un analista interpreta cuando le nombra a la
conciencia de su paciente la percepción del inconciente de ese
paciente. Por eso digo que el analista es un intermediario, es un
auxiliar, es un nombrador. El analista nombra la percepción, lo que
percibe del inconciente de su paciente, lo nombra y se lo dice a la
conciencia del paciente. Hay polémicas sobre esta primera tesis,
la del inconciente producido en el acto, único o exclusivo a la
relación analítica y la del inconciente impersonal.
Enrique Alba: Querría preguntarle cómo se incluiría la problemática
de la contratransferencia en este tema.
Nasio: Hay muchas acepciones de contratransferencia, Freud
utiliza ese término una o dos veces nada más.Yo tengo una
acepción que me ha convenido luego de un estudio del tema. En
mi último libro “Cómo trabaja un psicoanalista”, hay dos capítulos
dedicados al tema. Para mí la contratransferencia son las manifestaciones
del yo del analista, todas las percepciones de sí
mismo, los recuerdos, las preocupaciones, las identificaciones
con su paciente... Cada vez que el analista piensa en él, eso es
contratransferencia a mi entender.
A todas las manifestaciones del yo del analista las llamo
contratransferencia. A las manifestaciones del inconciente del
analista las llamamos el deseo del analista. El analista no trabaja
con su yo, sino con su inconciente. O mejor dicho, el analista
trabaja con diferentes órganos, inclusive el yo, pero el analista
está en la posición más adecuada, más cercana a su rol cuando
trabaja con ese órgano tan singular, ese instrumento tan peculiar
que se llama inconciente. El instrumento del analista es su
inconciente o el inconciente.
Ustedes podrían objetarme “Cómo, ahora nos habla de que el
instrumento del analista es su inconciente y recién nos decía que
el inconciente es único”. Digo que el instrumento del analista es
su inconciente para hacerme entender, para expresar cuándo, en
qué manifestaciones está más cercano a su rol de analista.
Susana Bidolsky: ¿Interviene en esto la idea de comunicación
de inconciente a inconciente?
Nasio: Freud no hablaba de comunicación de inconciente a
inconciente. Es una expresión de Paula Heimann de los años 1953,
1954, en los primeros congresos sobre el tema de contratransferencia.
Creo que Money Kyrle, discípulo medio heterogéneo de
Melanie Klein, formulaba esta idea de comunicación de inconciente
a inconciente. Es una idea con la que no estoy de acuerdo, porque
volvemos a caer en la idea de que hay dos instancias que se
comunican entre sí. Yo prefiero decir que hay un solo inconciente,
pero para poder llegar a esta conclusión de un único inconciente,
que yo considero verdadera, tenemos que partir de una base falsa.
La base falsa es partir de la idea habitual de que el analista tiene
un inconciente que se manifiesta, y que en estas manifestaciones
del inconciente del analista, él está más cercano a su rol. Justamente
parto del principio de que cuando el analista escucha, está
concentrado realmente en su paciente, en la palabra y presencia
de su paciente, no solamente en su palabra. Allí el analista hace
lo que yo llamo un silencio en sí. Es decir que se desembaraza de
todos los ruidos de su yo. Concentrado, está en un alto nivel de
lucidez y al mismo tiempo en un alto nivel de vacío. Hay una
situación paradojal de vacío y extrañeza: vacío porque él hace un
silencio en él, y extrañeza porque ya casi no es él. Hay un vacío
a nivel de este yo definido como preocupaciones cotidianas,
recuerdos, presentimientos que lo conciernen... sus prejuicios.
Todo aquello que forma parte del universo del yo. Trabajamos con
eso también, yo no lo quiero excluir, pero en los momentos más
intensos, donde estamos más cerca de nuestro rol de analista,
producimos ese silencio. Inclusive hay un aspecto voluntario de
vaciarnos de ese yo y dejar abierta una extrema permeabilidad a
las manifestaciones de nuestro inconciente. Es allí, en ese punto,
donde nosotros hacemos realmente análisis. Yo pienso que un
analista cumple muchas funciones. Hay momentos que son propiamente,
específicamente analíticos en la cura. Hay otros que no
lo son, si asumo un rol de maestro, de educador –como decía
Freud– de director, de gobernador, de gobierno. Freud decía en
Análisis terminable e interminable, que había tres tareas imposibles:
educar, gobernar y analizar. Pero si ustedes lo leen bien
van a ver que dice eso para definir tres funciones del analista.
Dice que el analista tiene que educar, tiene que gobernar y tiene
que analizar. Y yo estoy muy de acuerdo, porque a veces me pasa
con ciertos pacientes que estoy altamente concentrado, en un
momento de un silencio en sí, de ese vacío y extrañeza paradojales,
donde estoy realmente en la posición más íntima, más intrínsecamente
analítica. Y hay otros momentos en los cuales le digo al
paciente: “yo prefiero que venga mañana”; “no puedo doctor”;
“yo prefiero que venga mañana”, insisto.
Esa posición de amo, de autoridad, es una posición de
prescriptor. La tercera función, de educador, puede surgir con un
adolescente o un hombre en una relación con una mujer. Puede
ocurrir que venga un paciente y me diga: “estoy enfermo, me
siento mal”, y surge mi corazón de médico y le respondo: “mire,
yo preferiría que vaya a lo del cardiólogo, por favor”; “¿le
parece?”; “¿es tan grave doctor?”. “Mire, no es grave, pero
vaya”... Estoy educando, le estoy diciendo: “cuídese”.
Ahora bien, ¿soy analista allí? Soy analista, pero en un rol de
educador; cuando hago de autoridad, ¿soy analista? Sí, soy
analista en un rol de autoridad; y cuando estoy en este vacío, en
esta extrañeza, ¿soy analista? Sí, soy analista en un rol de
analista, en un momento analítico.
Quisiera que constara en esta entrevista que a medida que lo
voy diciendo otra voz habla en mí y me dice: “cuidado”.
Cuando hablo así me preocupa la gente joven, porque si hay
colegas jóvenes que ven esta diversidad de posiciones del analista,
y yo legitimo aquí acciones que no son estrictamente analíticas,
la gente joven puede mal comprender y decir: “¡ah!, entonces se
trata de hacer lo que uno quiera”. Mi preocupación constante,
permanente –cada vez que transmito–, es que uno está en la
tenaza de decir aquello que está ligado a su práctica, que corresponde
a este hacer que queremos transmitir y que es imposible
transmitir. Al mismo tiempo uno debe tener cuidado en cómo
seremos escuchados.
Ayer a la noche cuando yo hablaba sobre el modo de trabajar
con chicos, ustedes no saben cuántas palabras borraba y no decía,
porque uno no puede decir todo... En primer lugar nadie puede
decir lo que hace realmente. Por ejemplo terminamos esta entrevista,
nos vamos a separar, y si le preguntan en la esquina al
doctor Urman o al doctor Alba: “¿y qué tal?, ¿cómo fue la
entrevista?” La versión de uno no va a ser la misma que la del otro,
ni que la mía. Es decir, cada uno tendrá del hecho una versión
diferente, dado que el hecho es invisible.
Aunque esta práctica es invisible, siempre intentamos –yo por
lo menos intento– acercarme lo más posible a lo fáctico, a lo que
es el hecho, sabiendo también que tengo que tener cuidado,
prestar atención, a quiénes son los lectores de la revista, o los
oyentes de un seminario, o de un curso. Es una dificultad permanente
de aquellos que enseñan. Por lo menos yo la tengo. Está mi
deseo vehemente, natural, de querer elaborar lo que hago y
respetarlo, no criticarlo, no dejar que la teoría domine a la
práctica, sino que la teoría sirva a la práctica, que nunca la
práctica esté supeditada a la teoría. Trato entonces de teorizar mi
práctica, pero al mismo tiempo que teorizo mi práctica trato de
estar muy atento a que ésta, que es el resultado de más de treinta
años de trabajo como analista, pueda ser bien transmitida.
Federico Urman: Una preocupación afín a la del Freud de
Consejos al médico, en el tratamiento psicoanalítico.
Nasio: Es que hay principios teóricos que guían nuestro trabajo
y hay también principios implícitos que están encarnados en
nuestra actitud frente a los pacientes. Y en general, no sólo frente
a los pacientes, sino frente a toda demanda que surja. Para mí uno
de los grandes maestros en esto es F. Dolto, pero es algo que
seguramente está presente en muchos de nosotros.
Esto hace que yo no esté en una posición cerrada, de marco
psicoanalítico estricto. ¿Qué quiero decir con esto? Por ejemplo:
hay personas que trabajan en diferentes terapias alternativas –
como se las llama aquí– como bioenergía, hipnosis (tiene mucho
auge en este momento en Francia), teoría cognitiva. Yo me
encuentro siempre muy bien dispuesto a recibir diferentes posiciones
y prácticas, no solamente porque pienso que puedo transmitir
algo de psicoanálisis, sino porque además aprendo mucho, y
lo digo con toda sinceridad. Eso no me impide, de ninguna manera,
dar una respuesta.
En esta misma perspectiva estamos trabajando en el Seminario
Psicoanalítico de París, con trabajadores sociales, enfermeros,
psicopedagogos, educadores, instructores (que son una especie
de educadores especializados), y hacemos trabajos clínicos con
ellos.
Tenemos una gran experiencia psicoanalítica y es muy importante
poder mantener dos planos: de intercambio riguroso con los
colegas en la propia comunidad analítica y, al mismo tiempo, una
apertura del psicoanálisis hacia otros sectores sociales y científicos.
Como las “conferencias de los amigos de la APA”, que
reconocidos analistas dictaban sobre problemas ligados a la
realidad práctica. Eso no lo hacemos más ahora. Yo hago esto en
mi institución, y cuando me preguntan de dónde viene, digo que es
una tradición de la Argentina. Es decir, yo voy abierto al modo de:
“que venga lo que tiene que venir”. A partir del discurso que se
presente, de la realidad que se ofrezca, mi rol es transformar eso
en algo que corresponda al objetivo de enseñar el psicoanálisis,
por ejemplo en una supervisión.
 
Antiguo 06-ago-2006  

La verdad es que vaya timadores, porque no se hacen escritores en lugar de psicólogos, al menos no tomaran el pelo a la gente y como me acuerdo a uno que tuve que tenía varios títulos de masters ,etc en psicoanalisis o no sé que y le pregunté que si le habían servido , él me dijo que mucho y después le dije: pero si no me dices nada en terapia, sólo hablo yo, de que te sirve estudiar?
Conclusión: auténticos timadores que sólo piensan en si mismos y en su dinero , no se plantean pensar en que el paciente no quiere estar años mal quiere estar bien lo antes posible y juegan a saber, uffff, la verdad es que les tengo mucha manía , espero que no timen a nadie más
 
Antiguo 07-ago-2006  

Una cosa,sobre esto de la pulsion(aunque este en el inconciente)...
¿Puede ser algo heredado y que a su vez se pueda transmitir?
 
Antiguo 07-ago-2006  

Cita:
Iniciado por Richa
Una cosa,sobre esto de la pulsion(aunque este en el inconciente)...
¿Puede ser algo heredado y que a su vez se pueda transmitir?
Las Pulsiónes la tenemos todos los humanos, pero al ser de diferentes clases las tenemos en proporciones diferentes .

Me preguntas, por ejemplo, si el hecho de tener una pulsión oral excesiva (característica de las adicciones es genética?)

Creo que la controversia Nature (genetica)-Nuture (crianza) está ya superada en el sentido de que lo genetico no es algo determinado sólo por el potencial genetico puesto que su expresión a lo largo del desarrollo es también función del ambiente y hábitos a lo largo de la trayectoria biografica de la persona.

Ya que estamos saco del la winkipedia el concepto de pulsión, sus distintos tipos y sus destinos.

Pulsión (del latín pulsio y pulsun y estos del verbo pulsāre: pujar, impeler), en psicoanálisis impulso psíquico característico de los sujetos de la especie humana(1).

Richa, es que muchos "traductores" al inglés, traduce la palabra por "instinto", aunque por lo general se trata de cosas distintas.

La pulsión es algo dinámico, en la que influye la propia experiencia del sujeto, y su historia ontogenética, la referida al desarrollo de éste. En cambio, el instinto es nétamente congénito, heredado genéticamente.
El instinto es típico de los animales no racionales (aunque existen instintos también en el ser humano). Mientras que el instinto responde al circuito "estímulo-respuesta" y posee objetos precisos e inamovibles, las pulsiones carecen de objetos fijos, predeterminados.
Se denominan así pulsiones a las fuerzas derivadas de las tensiones somáticas en el ser humano, y las necesidades del ello; en este sentido las pulsiones se ubican entre el nivel somático y el nivel psíquico. Así como las pulsiones carecen de objetos predeterminados y definitivos; también tienen diferentes fuentes y por ello formas de manifestación, entre ellas: Pulsión de vida,pulsión de muerte, pulsiones sexuales, pulsión de saber, etc.

El descubrimiento de las pulsiones
A fines de s. XIX Sigmund Freud observa que en el ser humano existen motivaciones perentorias que escapan a lo instintivo, es más: pueden ir contra lo instintivo; de hecho, la "conducta" humana es un conjunto de "conductas" extremadamente variables que superan a la definición característica del instinto. Con todo, durante algunos años mantiene la denominación de "instinto" ("Instinkt" escribe en alemán). Aún sin una designación definitiva, en 1905, en los "Tres ensayos para una teoría sexual" explica ya claramente la diferencia entre instinto y pulsión: pulsión designa al impulso provocado ante una exitación y una tensión corporal, tensión que tiende hacia diversos objetos y que si accede a ellos sólo se descarga momentáneamente; la pulsión -a diferencia del instinto- nunca queda satisfecha completamente.
En 1910 Freud introduce el concepto de pulsión sexual (la teoría psicoanalítica "clásica" siempre ha enfatizado lo libidinal de las pulsiones) por semejanza con el concepto de "pulsión de nutrición" (en efecto, nada casualmente, en alemán la palabra Lust tiene los significados normativos de "hambre", "apetito", "ganas", "inclinación", "gusto"). Sin embargo será clave el uso por parte del mismo Freud de otra palabra alemana para denominar y conceptualizar a estos impulsos metainstintivos, el uso de la palabra Trieb que lluego corresponderá llamar pulsión.
El problema conceptual
Trieb, substantivación del verbo alemán treiben, tiene el significado (Bedeutung) de brote, afloración, expresión, ganas, rumbo, fluctuación, constricción, puesta en movimiento, impulso. Su raíz es la misma que la de la palabra española deriva y que la inglesa drive(2).
Empero, tal cual ya se ha señalado, en las versiones a otros idiomas (especialmente en las "traducciones" al inglés) es frecuente el error de traducir "Trieb" por "instinto" (instinct) o -en el "mejor" de los casos "motivation"-, tampoco resuelve el tema la "traducción" instinctual drive.
De este modo se provoca una errónea interpretación y un desconocimiento de la teoría psicoanalítica: Al existir una mala interpretación ésta da lugar a dos posturas: La declaración de "no cientificidad" del psicoanálisis, o, si es aceptado, su tergiversación conceptual.
Lo primero suele ocurrir entre conductistas, egopsicólogos y los llamados psicólogos cognitivos. La segunda postura ha sido y es frecuente entre los "psicoanalistas" de habla inglesa o los que "aprenden" de las vulgarizaciones de la teoría psicoanalítica, con tal deformación conceptual se llega a creer que la problemática con la cual opera el psicoanálisis es una cuestión instintual que se "resolvería por la mera satisfacción de los instintos".
Momentos y dimensiones de las pulsiones
Freud distinguió a partir de 1915 diversos momentos y "dimensiones" de una pulsión.
1 La fuente que tiene su origen en lo somático y que se traduce por una tensión, una suerte de impulso (en alemán: Drang).
2 El Drang mismo, es decir la tensión interior que se traduciría en Trieb (pulsión).
3 La meta que se puede encontrar en un estado pasivo o activo.
4 El "objeto" de la pulsión, que en lo real es un medio, un medio bastante accesorio ya que sólo sirve para disminuir temporalmente la tensión inherente a la pulsión.
Fases (o estadios) pulsionales
En la teoría "clásica" freudiana, originalmente todas las pulsiones se concebían como derivadas de una pulsión basal (casi totalmente instintiva): la Pulsión de vida cuyo objeto es la autoconservación del individuo (luego, se verá, el mismo Freud evolucionó y modificó tal opinión).
La posibilidad de que ocurran los estadios o fases pulsionales son unos de los factores genéticos involucrados en las pulsiones, en efecto, se dan por etapas según va madurando el sistema nervioso de cada individuo, en cada etapa se produce un desarrollo neurológico específico en áreas formarán partes focales del conjunto de las zonas erógenas.
Derivada de la pulsión de vida, es la pulsión por nutrirse, sin embargo las derivaciones más complejas e interesantes son las que aparecen en fases o estadios, y estas son las siguientes:
1) Fase oral -ocurre entre el nacimiento (3) y los 18 meses; la zona erógena casi exclusiva es la boca (el neonato recién comienza a "centrar" su psiquismo en un objetivo: nutrirse.
2) Fase anal Entre los 18 y los 36 meses: Debido al desarrollo del control de los esfínteres anales el ó la infante goza al poder tener un cierto primer control de su cuerpo, el de poder retener o expulsar los excrementos (4).
3) Fase fálica (o -mejor- uretral): Ocurre entre los 3 a 6 años, el niño o la niña pueden en esta etapa controlar sus esfínteres uretrales y será un esbozo anticipatorio de la fase genital. Freud nota que en la fase fálica se da la constitución definitiva (aunque no su terminación ya que el edipo existe activamente durante toda la vida del sujeto) del edipo de cada sujeto.
4) Período de latencia: Entre los 6 años y la pubertad existe una fuerte sublimación espontánea de los sentimientos libidinales, el período de latencia (por razones evolutivas existe para facilitar una integración cultural del sujeto).
5) Fase genital: Desde la pubertad en adelante cuando se encuentra ya configurado el edipo; en esta fase se desarrollan y devienen en cada sujeto los intereses sexuales ya determinados ("inclinaciones sexuales" etc.).
Posteriormente Jacques Lacan observa dos pulsiones más, tal cual las expresa a partir de su Seminario XI(6).
Estas son la:
6) Pulsión escópica: Centrada en la mirada, relacionada primordialmente a Lo Imaginario, la pulsión escópica se configura a partir del estadio del espejo, cuando el sujeto posee la capacidad de percibir imágenes -y sobre todo- percibirse a "sí mismo" como una unidad. Es la base de la capacidad estética de cada sujeto.
7) Pulsión invocante: Asociada al momento de suficiente desarrollo de las áreas cerebrales del lenguaje y de síntesis. La pulsión invocante es la pulsión dirigida a la voz de palabra inteligible, de este modo el deseo (7) del Otro llega al sujeto principalmente mediante el soporte de la voz.

Nosología
Los estadios o fases antes reseñados son perfectamente verificables empíricamente; más dificil es aseverar que una fijación (una estagnación o un estasis) de la actividad psíquica inconsciente de cada sujeto en determinado estadio dará por resultado "automáticamente" un determinado carácter del sujeto o -en casos graves- una determinada nosología, un determinado cuadro patológico. Tal opinión errónea por su mecanicismo es la que se observa en varias obras (o, por ejemplo -hasta el presente: julio de 2006 en la esquematización simplista del tema en la Wikipedia editada en inglés).
A lo sumo puede decirse que la fijación edípica de un sujeto en un determinado estadio pulsional tiende a incidir en su actividad psíquica; por ejemplo una fijación en la pulsión oral puede estar relacionada con ciertas actitudes adictivas (aunque dificilmente sea el origen de una adicción)-se da el ejemplo del fumar, beber, la bulimia, o el caer en actitudes pasivas (tal cual el neonato es "pasivo" cuando está lactando). Del mismo modo puede ser opinable el supuesto según el cual una fijación en la pulsión anal genera conductas de avaricia, ya que el avaro estaría inconscientemente haciendo una reminiscencia de la retención gozosa de las heces (tal cual ocurre en los niños pequeños) al retener en su adultez las riquezas (que le metaforizarían a las heces), o que la fijación en la pulsión anal genera conductas sadomasoquistas etc. Lo cierto es que las fijaciones inconscientes en ciertos estadios pulsionales resultan en cuadros bastante más variables y complejos, menos puerilmente esquemáticos.
El destino de las pulsiones
El psicoanálisis "clásico" ha considerado que muchas de las afecciones psíquicas se deben a una "fijación" del edipo en un determinado estadio pulsional antes del período de latencia; si esto es cierto también es cierto que resulta algo esquemático.
Lacan devela una dinámica de las pulsiones: Toda pulsión es originada a partir de una "falta original" (de objeto instintivo), falta que es representada por el objeto a. Desde tal momento de "falta" el deseo se traduce en pulsiones, cada pulsión se dirije a una momentánea meta (o goal) que está gravitada por el objeto a, de este modo la pulsión intenta alcanzar al objeto a pero solo hace un rodeo en el cual puede acceder a objetos momentáneos de satisfacción momentánea, luego la pulsión -siempre insatisfecha- vuelve a reiterar el proceso recién descripto.
Por su parte Freud hacia 1920 abandona el llamado "optimismo pulsional", reconoce el descubrimiento de una discípula (Sabina Spielrein) que le habla de pulsión de muerte como contrapeso de la pulsión de vida. Y es a partir de su célebre obra Jenseits der Lustprinzips ( traducida como:Más allá del principio del placer)que replantea los destinos pulsionales: a la pulsión de vida (V: Eros), que propende a la unidad, la organización de sistemas complejos y asociaciones proactivas se opondría una pulsión de muerte (V: Thánatos), que tiende a la disgregación, la disipación, el retorno a lo inanimado; pero, si la pulsión de muerte es (como luego explica Lacan) una (dis)torsión de la pulsión de vida, en cuanto tal distorsión tiene connotaciones de violencia; es el mismo Freud quien hipotetiza una salida a tal derivación violenta de lo pulsional, aunque esta salida tampoco es optimista (al menos no en el sentido vulgar); en última instancia -piensa Freud en los últimos años de su vida, mientras padece la agonía- el destino de las pulsiones parece resolverse en un principio de Nirvana, en algo que pareciera paradojal: "el deseo de cesar de desear", aunque la paradoja se resuelve si se entiende que el principio de nirvāna postulado por Freud es el deseo de dejar de estar adherido al goce, en una disipación ya exenta de conflictos y, por ende, de sufrimientos.
Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Pulsión
 
Antiguo 07-ago-2006  

Tengo un problema sexual, un serio problema problema sexual:
SOY UNA BICICLETA....
Perdonen mi irreverencia pero me gusta más el espiritismo que la secta psicoanalítica, je je je.
Ahora pregúntenme por mis relaciones con papá y mamá.
 
Antiguo 07-ago-2006  

Interesantisimo isaver.
Lo proximo que se me ocurre es si una pulsion,excesiva se entiende,no sera como una especie de huida,(enmascaramiento) de un trastorno mas severo.
 
Antiguo 08-ago-2006  

Alguien cree que el psicoanálisis , a parte de para fantasear y escribir cuentos, sirve para curar ??? Mi respuesta y experiencia es rotunda: NO
 
Respuesta


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