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Antiguo 06-ago-2006  

Hola, por si os interesa voy a poner textos escritos por Jose David Nasio sobre psicoanálisis, subrayo lo que me parece que puede ser interesante.

Fantasias neuroticas

He ahí los tres procedimientos que tienen la misma finalidad, obtener la reviviscencia de un pasado doloroso y esperar calmamente el efecto terapéutico.

Reviviscencia es hacer consciente lo inconsciente. Revivir una emoción olvidada, pero en lugar de emplear el término de emoción prefiero emplear el término de pulsión. ¿Cuál sería nuestra tarea de analista? Siempre siguiendo esta perspectiva de Freud, nuestra tarea consiste en debilitar la frontera que separa la pulsión inconsciente del Yo consciente y el permitirle al Yo recibir la pulsión, sentirla, simbolizarla e integrarla en lugar de excluirla, ya sabemos que un contenido inconsciente se hace patógeno cuando está aislado, excluido y no integrado, más la pulsión soporta la represión, más su capacidad de hacer daño aumenta, a la inversa más si integramos la pulsión en el Yo tanto más disminuimos su virulencia y menos tendrá necesidad de exteriorizarse como síntoma, he aquí el mecanismo de la curación según Freud, mi lectura, de Freud, asimilar, integrar la pulsión en el Yo, nombrarlas con palabras y de este modo apaciguarla, esto es Freud.

Ahora, quiero exponerle mi propia visión del concepto o del proceso de curación. Para empezar una precisión, he identificado el contenido del inconsciente con la pulsión, anteriormente en la época del método catártico, el inconsciente que había que conscientizar no era el pulsional sino que el recuerdo y la emoción de un real acontecimiento traumático, ahora acabo de decirles que es la pulsión lo que hay que conscientizar, la pulsión cuyo impacto es también traumático, no olvidemos que la pulsión puede tener un impacto traumático más fuerte que el de un acontecimiento exterior, entonces cuando la pulsión accede a la conciencia bajo la forma de una emoción la hemos llamado reviviscencia, sin embargo hay que saber que las pulsiones inconscientes se presentan siempre disfrazadas, jamás en el estado bruto de energía pura, disfrazadas de qué, aparecen bajo la forma de escenas imaginarias llamadas fantasías en las que intervienen uno o dos personajes a veces tres, el sujeto frecuentemente un niño y los adultos cercanos, personajes todos ellos que ejecutan una acción en general con contenidos sexuales perversos, perversos en el sentido de situaciones de placer corporal diferentes al placer del coito, seducción, abandono, humillación, etc. Estas fantasías, estas creaciones fantasmales que reinan en el inconsciente desde la infancia y determinan muchos comportamientos del sujeto, estas creaciones fantasmales están alimentadas permanentemente por la fuerza pulsional, y a la inversa la fuerza pulsional encuentra en estas creaciones una satisfacción ilusoria, la fantasía es una satisfacción ilusoria sustitutiva de la pulsión. No olvidemos que la pulsión jamás se satisface completamente, solo parcialmente e ilusoriamente, ahora bien, estas escenas fantaseadas que debemos considerar como manifestaciones de la pulsión son generadoras de sufrimiento, nos hacen sufrir, porque soportan la presión de una represión extrema, les recuerdo que la virulencia de un contenido inconsciente es directamente proporcional a la fuerza de la represión, más una cosa es reprimida más es patógena. Las fantasías son altamente reprimidas y altamente patógenas por consiguiente todo síntoma, toda fobia, toda cefalea histérica, toda conducta repetitiva etc., todo síntoma es la expresión de una fantasía ahogada por la represión. Si ustedes me preguntaran ¿cuál es la causa de un síntoma?, yo respondo la causa de un síntoma, la causa de un síntoma que será necesaria suprimir para que el síntoma se desvanezca, es una fantasía ahogada por la represión.

¿Pero que ganamos con introducir el concepto de fantasía? ¿En qué nos ayuda a comprender mejor el mecanismo de la curación, es decir el mecanismo de la reviviscencia y la pacificación de las pulsiones? Con la noción de fantasía descubrimos la cara perceptible, visible de la pulsión, la fantasía es la pulsión que se ofrece a la mirada, no a la mirada de los ojos sino a la mirada interior. No diremos más que la pulsión se apacigua cuando la emoción que la traduce es revivida, preferimos decir, y esta es mi manera de entender la curación, el mecanismo de curación, prefiero decir que la pulsión se apacigua cuando la fantasía en la que se disfraza es autopercibida por el yo, digamos desde ya que la auto percepción de la fantasía no se opera de una sola vez sino en múltiples micropercepciones discontinuas de la misma escena que se presentan bajo diferentes facetas.

Ustedes ven que hay cuatro términos. Está el Yo, he hecho del Yo un agujero, interpretación analítica, esto no lo he hablado todavía, intervención del analista, produce el efecto que el sujeto, el Yo autopercibe la fantasía, este dibujo así sería la fantasía. Puse a la izquierda la fórmula de Lacan, ese barrido rombo pequeño y luego tres imágenes de sujetos, esa fantasía está, es el disfraz de la pulsión, entonces tenemos tres términos, el Yo que autopercibe la fantasía y la fantasía como máscara de la pulsión, si esto se opera, esto lo vuelvo a repetir, no de una sola vez pero en una serie de sesiones y en una cura ya avanzada, el síntoma disminuye o desaparece. Abajo está escrito, autopercepción de la fantasía, el ojo del Yo orientado hacia el inconsciente, percibe la escena fantaseada, la imagen hace nacer la emoción y la palabra y el síntoma tienden a esfumarse. La pulsión causa la fantasía, la fantasía determina el Yo, y el Yo gracias al trabajo del análisis consigue percibir, autopercibir la escena fantaseada, así la pulsión se apacigua y la fantasía pierde, se desvitaliza, pierde su poder patógeno.
¿Cómo concebir que una tal autopercepción pueda traer como consecuencia la eliminación del síntoma?, Pues bien, porque en lugar de oponer a las escenas fantaseadas la brutalidad de una represión inapelable se le opone la flexibilidad de un Yo que percibe el cual al regular permanentemente el flujo pulsional, retira la fantasía su virulencia como acabo de decir la desvitaliza y consecuentemente debilita el síntoma. Quisiera ser más claro en una fórmula, autopercibir la fantasía significa visualizar mentalmente la escena fantaseada, describir su contenido y vincularlo a las circunstancias de la vida real. Si el analizante a lo largo de varias sesiones llega a representarse y a nombrar la fantasía causa de su malestar, o las fantasías, a veces hay variantes, es muy probable que se sienta aliviado además de esto deberá realizar el analizante otra tarea, además de la autopercepción, otra tarea durante las sesiones posteriores a la autopercepción, me refiero a la elaboración de la experiencia es decir, a la integración progresiva de los contenidos fantaseados hasta entonces reprimidos, es como si el psicoanalista después de haber interpretado le hubiera dicho al analizante, ahora que le he comunicado mi reconstrucción de su fantasía inconsciente, ya vamos a ver del lado del analista lo que pasa, cuénteme usted la escena que percibe y no dude en volver a ella durante las próximas sesiones. La autopercepción por parte del analizante y su fantasía se ve entonces favorecida por la interpretación del psicoanalista, esta interpretación del psicoanalista es forjada por dos cosas, es decir para que el analista reconstruya la fantasía le va a proponer al paciente un esbozo de esta reconstrucción, se lo propone progresivamente por toques, por momentos, por fragmentos, esta reconstrucción por parte del analista proviene de dos cosas, primero, lo que yo llamo la elaboración del esquema director de la cura, eso probablemente hablemos progresivamente en el curso de este seminario, el esquema director de la cura y de la captación de la fantasía del paciente por el inconsciente del analista, es decir el analista le va a decir al paciente la reconstrucción que en él opera gracias a dos factores que intervienen en su propio trabajo, uno el esquema director de la cura, es decir la elaboración que él va haciendo intelectualmente de los fantasmas del paciente a través de la historia del paciente, de los síntomas y además de la percepción que el analista pueda tener en su inconsciente de las fantasías del paciente... es todo lo que hace el analista, decimos que un analista dirige a la cura con Lacan, dirigir la cura significa trabajar, elaborar, pensar, reconstruir los fantasmas del paciente, hacer lo que Freud llama una construcción y eso se hace progresivamente a lo largo de la cura, por eso hay que tomar nota, por eso hay que escribir las sesiones, por eso yo recomiendo siempre a mis colegas analistas más jóvenes que al finalizar las sesiones hay que dejarse tiempo, sentarse y escribir lo que pasó en la sesión y los comentarios que el analista hace, esto es una elaboración, es una elaboración que yo llamo el esquema director de la cura, es un eje, un hilo que va a definir la orientación respecto del paciente y luego hay, por supuesto, los momentos espontáneos, los momentos creativos del analista, los momentos verdaderamente de la interpretación, y entre estos momentos de la interpretación está la interpretación que surge cuando espontáneamente el analista percibe en su inconsciente la fantasía del paciente que escucha.

. El analista percibe en él la fantasía del otro, de esto esta noche no he hablado. El analista hace una interpretación al paciente, esto suscita en el paciente la autopercepción por el analizante

Secuencia de la interacción psicoanalista - analizante de una escena fantaseada, el paciente perlabora, quiere decir que tiene que revenir muy repetitivamente sobre esta escena fantaseada y con suerte y esto pasa, lo que hay es una supresión del síntoma o una disminución del síntoma.

Quisiera una precisión importante, respecto de la escena fantaseada, a mí me costó mucho entender bien esto, les voy a decir que hay que comprender que esta imagen de la escena fantaseada no posee siempre la escena fantaseada bueno esto yo le he hecho como si fuera una historieta, en el caso la mayor parte de los pacientes no tienen, no percibe la nitidez de una fotografía o de un dibujo figurativo . Es verdad que el analizante percibe su fantasía como una película que desfila ante sus ojos pero la mayoría de las veces lo que aparece es otro tipo de representación plástica muy difícil de definir, tan difícil de definir que yo les voy a responder dando un ejemplo de los ajedrecistas profesionales, si ustedes le preguntan, qué tienen en la mente cuando se concentran antes de desplazar la pieza responden diciendo que no ven para nada la forma de la dama o del rey, la imagen figurativa de las piezas en sí le serían más nocivas que útil, lo que se representan, lo que se representa un ajedrecista profesional cuando está en la partida no es el aspecto exterior de la pieza sino su potencia, su alcance y su valor en una palabra su función, un alfil no es un trozo de ébano con una forma más o menos curiosa es una forma oblicua, es una fuerza oblicua, la torre es un movimiento de avanzar en línea recta, el caballo una pieza que salta y se desplaza bajo reglas bien precisa y más allá de las piezas el ajedrecista se representa el conjunto de la partida como una composición de fuerzas o mejor como un tejido de relaciones complejas entre fuerzas aliadas y hostiles, en suma la actividad mental de un ajedrecista es un encadenamiento acelerado de representaciones abstractas y no de representaciones figurativas, esto lo digo porque no podemos escuchar al analizante y esperar las fantasías como si él nos fuera a describir un cuadro, no hay cuadro no hay siempre cuadro, a veces sí pero la mayor parte de las veces no, igualmente diremos del analizante que su visión de su escena fantaseada no es un escena de una imagen pictográfica, sino más bien una impresión de una situación, una percepción de la dinámica de la acción y de las intensidades afectivas. Si ustedes aceptan considerar el mecanismo de la curación como una autopercepción de la fantasía extraerán el corolario siguiente : “ El analizante orientado hacia su adentro, tenso en su esfuerzo de visión interior repite el gesto mental que el psicoanalista efectuó el también cada vez que percibió en sí mismo el inconsciente del analizante”.

Que mejor prueba de una transferencia lograda que ver al analizante ver lo que el analista le enseñó, captar el inconsciente. Por todo esto se comprende que cuando un análisis ha llegado a este punto es un análisis didáctico, puesto que el analizante ha aprendido a operar solo el acto esencial, percibir en sí mismo el inconsciente, y a repetir espontáneamente este acto en el momento oportuno. Progresivamente se va desarrollando en el analizante una inteligencia del adentro, una intuición del adentro que no tiene nada que ver con la introspección obsesiva, la autoobservación paranoide o la sensibilidad hipocondríaca, al contrario, la intuición del adentro es un acto sereno en el que se conjugan ver, sentir y nombrar los tres verbos que decía resumen la experiencia catártica, es un acto de repliegue hacia uno mismo que se repite con toda naturalidad a lo largo de las últimas sesiones y que prepara al sujeto para que una vez terminado el análisis pueda afrontar las crisis, separaciones o angustias de la existencia que ocurrirán inevitablemente una vez finalizada la cura.

Quisiera ilustrar el mecanismo de la curación con un ejemplo clínico extraído de la cura de un pacientito de 7 años llamado Florencio.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Quisiera ilustrar el mecanismo de la curación con un ejemplo clínico extraído de la cura de un pacientito de 7 años llamado Florencio. En este ejemplo veremos en acto la autopercepción de la fantasía bajo la forma de un dibujo. Florencio me consulta porque no duerme bien, le pregunto entonces en qué piensa durante sus insomnios y si le vienen ideas negras, me responde que no y en ese momento me sorprende verlo deshacerse en lágrimas, se pone a llorar. ¿Por qué lloras? Le pregunto, fue muy rápido, la primera sesión a los pocos minutos, “porque me duele aquí”, y curiosamente me señala el hueco de la mejilla, y yo le digo ¿Qué te paso?, Y él me dice, “Marcos y Luis me pegaron ayer en el patio de la escuela”. Poco a poco descubro que Florencio es un chico triste, maltratado por sus compañeros de clase, aterrorizado todas las mañanas ante la idea de ir al colegio, finalmente el insomnio no es sino una manifestación secundaria de su tristeza. Después de este diálogo fuerte con Florencio, concluyo la primera parte de la sesión diciéndole lo siguiente, yo estaba solo con él y le digo: “Florencio tu problema no es la falta de sueño es mas bien tu miedo de que los chicos, los muchachos que no te quieren te peguen y por eso estas triste, por consiguiente, la primera cosa a hacer es cambiar de colegio y si quieres venir a hablar conmigo hasta que te sientas mejor. Ahora vamos a hacer pasar a tu padre y a tu madre”. Ahora porque yo digo esto porque yo siempre recibo al chico solo antes de saber nada y dejo a los padres en la sala de espera que voy a ver luego que haya visto al niño en la primera parte. Ahora le digo al chico, vamos a hacer pasar a tu padre y a tu madre y le voy a decir, yo le digo lo que voy a hacer, Florencio, yo le digo a él le voy a explicar a tu padre y a tu madre: Florencio ya me explicó porque quería verme y ustedes señor y señora por qué piensan que hacía falta que Florencio me consulte. Y procedí siempre dirigiéndome al niño y estando los dos solos, vamos a ver que van a decir. Esto lo hago habitualmente con todos los chicos porque esta manera de proceder permite inmediatamente una muy buena lo que yo llamo estrechamiento transferencial, puesto que se crea entre nosotros una alianza espontánea, él y yo somos cómplice frente a la respuesta de los padres. Fui entonces, después de decirle eso, además el chico le dije: “sentáte en el banquito, vamos a dejar la silla para tu papá y tu mamá”, me levanto voy a buscar a sus padres a la sala de espera y procedo como estaba previsto, siempre delante de Florencio pregunté por el motivo de la consulta. Los padres me respondieron que el problema del hijo era su dificultad para dormir aumentado por una excesiva timidez, en sus palabras, en las palabras de los padres no apareció nunca la verdadera causa del sufrimiento del niño a saber el terror de ser golpeado, el desprecio de sí y la angustia de la escuela. Durante el curso de la entrevista, trasmití a mis padres mis conclusiones, esto es lo que yo llamo la rectificación subjetiva, y convine con Florencio iniciar una cura. Debo decirles que el análisis de este niño terminó positivamente porque Florencio no solo recuperó muy rápido el sueño, sino que se sintió reconocido por nuevos amigos en su nueva escuela, la cura que duró 6 meses estuvo marcada por una sesión decisiva en la cual el niño percibió a través de un dibujo la fantasía que a mí entender provocaba su tristeza.
En efecto en su dibujo apareció un personaje frunciendo el ceño con las manos enormes llevando un perrito atado con la correa. Esta representación me hizo comprender la presencia dominante en Florencio de una fantasía masoquista de humillación que le interpreté. Fue justamente después de esta sesión que el chico recobró su sueño y se sintió mejor. ¿Qué pasó que, es lo que hizo Florencio que se puso mejor? Pienso que ese dibujo, fue el hecho... debo decirlo, no es que pienso eso es una precisión, ese dibujo fue hecho poco después que yo le hablara al chico de una entrevista que yo había tenido con sus padres. Yo recibo siempre padre y madre separadamente una o dos veces cada uno con el acuerdo del niño. Ese dibujo fue entonces realizado en los minutos que siguieron a mi intervención, entre otras cosas le dije que me había dado cuenta que su padre esperaba mucho de él y que probablemente le era fácil sentirse débil y pequeño ante un padre grande y fuerte. Fue entonces que sin decir una palabra que Florencio se puso a dibujar el personaje y su perrito, considero ese dibujo como una verdadera puesta en acto de la percepción de la autopercepción por Florencio de una fantasía masoquista causa de su tristeza, la autopercepción en el niño no sigue un movimiento hacia así mismo como podría ser en el adulto sino un movimiento de proyección de la escena fantaseada sobre la superficie concreta de una hoja de papel. ¿Por que digo fantasía masoquista? Cuando observé el dibujo y vi el personaje con grandes manos, tuve la impresión que el niño vivía bajo el imperio de una fantasía inconsciente de su visión masoquista a un otro sádico, fue entonces que me identifiqué con el Florencio perrito atado con la correa y sentí que para Florencio ser amado, es decir, protegido por el otro significaba estar sometido y maltratado, así identificado con el niño fantasmático, el niño que yo interpreté, pude comunicarle mi interpretación del dibujo. Le dije que el perro debía estar muy contento con su correa aunque su dueño parezca muy enojado, me respondió que sí, que en verdad el dueño era malo pero que el perro lo quería mucho. Ahora bien, bastó con ese diálogo para que Florencio se diera cuenta que ser amado equivalía para él a ser maltratado como un perrito, le expliqué entonces que el amor y la humillación eran sentimientos contradictorios y que normalmente no se ama al que nos rebaja. Como les he dicho después de esta sesión la cura de Florencio entró en su fase terminal, si la interpretación de mi dibujo tuvo efectos positivos es porque el niño ya se había autointerpretado haciendo el dibujo, si Florencio no hubiera hecho su grafismo, es decir sino hubiera abierto la puerta de su inconsciente yo no habría nunca descubierto la emoción vinculada por la imagen del dibujo, nunca habría comprendido el deseo de este niño, era un deseo masoquista de ser humillado para ser amado. Otro factor, quiero decir que jugó a favor de la interpretación es mi propio sentimiento de terapeuta frente al dibujo. La interpretación que le hice a Florencio fue la puesta en palabra del sentir, cuál fue ese sentir al ver el perrito triste sentí lo que podía sentir el Florencio humillado, pasividad y ciega sumisión. Yo no habría podido formular mi interpretación sin estar identificado con el niño maltratado, es así como yo entiendo, lo digo de paso para aquello que conocen la teoría de Lacan, es así como entiendo la formula lacaniana del analista en posición de objeto pequeño a.

El fenómeno de identificación es fundamental en la escucha del analista, una identificación no con el niño tal como lo veo, temeroso, lloroso y desgraciado sino con el Florencio que percibo en mi mente humillado y sometido a su verdugo. Esto lo vamos a hablar mañana.
Para terminar diré que el analista en este caso es un intermediario entre el niño del fantasma que visualizo en mi mente y el pequeño paciente real al que le hablo. Es como si fuera un puente que une a ambos, soy como un mensajero que comunica al niño presente lo que comprendí del niño inconsciente.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Quisiera concluir esta conferencia sobre la curación con una fórmula que resume bien lo que un psicoanalista puede esperar para su paciente, pero antes de decirles la fórmula quisiera decirles algo que no está presente en todo lo que les he expuesto, cada vez que abordaba el tema de la curación el problema que surgía era que inmediatamente nos decíamos, bueno la curación viene por añadidura y con eso con el hecho de decir que el analista no tiene que buscar la curación resolvíamos el problema, pero lo que me preocupaba y es lo que intenté hacer esta noche puedo conseguir intentar, vamos a seguir en el debate, lo que quisiera, lo que yo he querido hacer no es simplemente decir que el analista no se tiene que preocupar de la curación, eso estaba bien decirlo en la época de Lacan en los años 50 cuando todo el mundo quería hacer la curación. Pero el hecho de que no nos preocupemos y que no estemos obsesionados por curar es una cosa muy buena, no nos impide el tratar de responder a una pregunta muy difícil, que no porque los pacientes van mal a pesar de 6 años de análisis es por qué los pacientes van bien cuando hay tres o 4 años de análisis. Lo que me preocupa saber y lo que yo quisiera que tomaran como un camino, como un paso en esta búsqueda es cómo opera el psicoanálisis. Hoy a la noche e intentado dar esta respuesta a través de la autopercepción de la fantasía. Es una hipótesis, probablemente no sea la última pero lo que me anima, lo que me interroga, lo que me tiene atado es tratar de comprender por qué funciona, no por qué no funciona, por qué no funciona tenemos muchas otras interpretaciones, la roca de la transferencia, las dificultades con el analista, las resistencias, etc. , yo lo que quiero saber es por qué funciona, cómo funciona, qué es lo que hace que un chico como Florencio por ejemplo, que es lo que hace que un paciente adulto termine su análisis y me agradezca, qué es lo que hace que un paciente adulto termine su análisis se va, no lo veo más y recibo a los dos años una carta agradeciéndome por todo lo que le ha pasado en la vida después que terminó el análisis. Yo quiero entender, quiero que teoricemos cómo funciona el análisis, qué es lo que hace que los síntomas se modifican, que los síntomas disminuyen o que los síntomas desaparecen, que es lo que hace que los otros analistas que están frente a otros pacientes, qué hemos hecho nosotros, nuestro propio análisis, que nos podamos angustiar eso no nos impide, a mi no me impide la angustia de decirme que gracias al análisis yo puedo estar trabajando con mis pacientes y estar trabajando en una actitud mental estable y relativamente sana que probablemente sin mi análisis no lo habría podido hacer. Entonces lo que yo quisiera es trasmitirle esta incógnita, este enigma, tenemos tantas hipótesis sobre tantas cuestiones es tan basto, la teoría analítica felizmente, felizmente de todas las terapias nosotros los analistas somos los que más hemos producido en elaboración, en conceptualización, en pensamientos, bibliotecas enteras llenas de libros sobre cómo funciona el análisis, pero nosotros no sabemos responder a esta pregunta ¿cuál es el mecanismo que hace que un síntoma desaparece o disminuye su padecimiento?. Termino con esta fórmula a partir lo que el paciente es, esperar lo mejor de lo que puede llegar a ser y favorecer en la medida de lo posible su facultad de autopercepción de su inconsciente Gracias.

Bien, tenemos tiempo para discutir, hay micrófonos en la sala, sus intervenciones cómo esta es una ocasión única de vernos, sus intervenciones pueden concernirse, referirse a lo que yo he dicho esta noche, como a otras cuestiones, no hace falta que nos centremos solo en los problemas que yo he planteado de la curación.

Pregunta: Quería preguntarle a usted qué relación puede haber entre la percepción inconsciente del fantasma del analizante y la posición que usted llamó en algún otro texto de forclusión controlada del analista, y en este sentido que ocurre con el goce de la fantasía del analizante y este vacío que posiblemente la forclusión crea en el analista y que es trasmitido quizás al paciente, de esta manera sustrayéndole el goce a la fantasía del paciente.

Nasio: Bueno, es una pregunta muy precisa porque usted introduce un concepto que yo no he pasado esta noche que es el de forclusión y más aún de forclusión controlada, yo no me recuerdo si dije controlada o voluntaria, bueno, este término tiene que ver con lo que no abordé esta noche que es, que la autopercepción de la fantasía por el paciente no se puede producir si el analista no bucea en el paciente, es decir si el analista no opera el mismo tipo de autopercepción, pero esta vez no autopercepción de su fantasía sino autopercepción en sí de la fantasía del paciente. Esto que efectivamente he desarrollado en otros textos y en otras conferencias y que no he desarrollado esta noche porque tenía que hablar del paciente y no del analista, en efecto ocurre en el analista para que ocurra este estado que es espontáneo al mismo tiempo hay una parte en él, que es un estado de preparación voluntaria en esta autopercepción en sí de la fantasía del paciente. Y eso, él en esa preparación, en este estado de disponibilidad de la parte del analista y que no ocurre siempre, entiendo bien efectivamente si miramos con una lupa vamos a ver que ese momento de autopercepción en el analista de la fantasía del paciente comporta un mecanismo de forclusión local, de forclusión voluntaria, y digo voluntaria porque el analista es como si se pusiese en ese estado de querer autopercibir en él, la fantasía de su paciente. Algunas personas que no conocen esta manera de pensar pueden sorprenderse y decirme que es esto de autopercepción en el analista de la fantasía del paciente y pueden preguntarse cómo es posible distinguir que el analista cuando percibe una fantasía no sea la suya propia, en su propia vida, de sus propios problemas, y de su propio inconsciente. Esto sería largo de responder, quiero que me hagan confianza que he desarrollado ya en otros momentos en otras condiciones sería largo de hacerlo ahora, las condiciones que permiten garantizar entre comillas que la fantasía percibida por el analista es del paciente y no del analista. Bueno pero usted me ha ido directamente a un tema que es muy, muy preciso, le agradezco porque es así como avanzamos, hoy he querido plantear más del punto de vista del síntoma, del punto de vista de la curación.
Pregunta: “A ver, doctor, esta disponibilidad del analista en tanto usted la plantea como posición de pequeño a ¿no es cierto?, y un tanto usted habla de una captación determinada, es un estado de presidencia analítica en el cual, sería algo así como poner en funcionamiento un inconsciente en común?, ¿Se entiende?, ¿Hay alguna relación con el inconsciente único en este sentido?
Nasio: Su intervención es un poco del mismo tenor que la del colega, veo que conoce bien el texto, voy a hablar así, empecemos por lo más general. Le dije al principio de la noche que mi intención era contarles, darles parte de cómo pienso y de mi propio trabajo y confrontarlo con el de ustedes, porque pienso que cada uno tiene influencias diferentes, teóricas, sociales, etc. Primera cosa importante es que un analista escucha su paciente dividido, esto es Lacan, es el gran maestro que me enseña esto, habla del sujeto dividido, Freud habló de la escisión, de la división del Yo, pero en Lacan el que va a hablar del sujeto dividido en el analista. El analista es un ser dividido cuando escucha, hay muchas maneras de interpretar dividido entre qué y qué, mi interpretación que es una interpretación de querer reflejar mi práctica y probablemente refleja la práctica de alguno de ustedes, es una división entre una parte de uno mismo que se abre, que se dispone al analizante, se dispone a la escucha, se presta a la escucha y otra parte que observa como un profesional que teoriza, que piensa y que mantiene una distancia, yo siempre pienso en los grandes actores, para mí un gran actor es ese que hace olvidar que está jugando un rol, sin embargo ese actor es seguro que esta jugando el rol y al mismo tiempo se está viendo que está jugando al rol, por eso es un gran profesional, el debutante se da todo entero, cuál es ese que no se da en nada, el profesional, el profesional que tiene experiencia, que ha estudiado mucho, que ha visto muchos pacientes, un buen clínico es un ser que se divide, ahora bien. La parte que se da no es simplemente de querer ser humano, no, hay que ser humano, pero no es esa parte de la humanidad, no es el Yo, para hacer la diferencia entre Yo e inconsciente, no es el Yo, es que el analista presta su inconsciente como pantalla de proyección de las fantasías del paciente, cuando el analista presta su inconsciente como pantalla de proyección qué quiere decir esta fórmula, quiere decir que en el análisis bien avanzado ocurre que el analista percibe en sí, como me paso con Florencio verlo humillado, percibe en sí, yo visualizo a Florencio como un perrito sumiso contento de estar con alguien que lo maltrato, no es como yo decía, no es como una percepción de una foto, es la percepción de un ambiente de un estado, como los ajedrecista, no es un cuadro nítido, es una autopercepción en mí de un Florencio sumiso y pasivo que no tiene nada que ver con el chico que yo veo delante de mí. Cuando esta diferencia se da, cuando yo tengo al chico, yo tengo a Florencio delante mío que puede estar bien, que puede estar mal, y adentro de mi cabeza mi inconsciente se me ha ofrecido, se ha ofrecido como una pantalla de proyección donde yo veo a un chico fantasmático con cual me voy a identificar, es decir voy a sentir lo que él siente, no el Florencio que está enfrente sino que el Florencio que está en mi cabeza, es decir que voy a sentir lo que puede sentir alguien que está sometido y humillado, esa parte es mi parte de compromiso, ese es lo que yo llamo el inconsciente instrumental del analista, yo considero que el analista trabaja con su inconsciente como un inconsciente instrumento perceptivo, perceptual. Si ustedes me preguntaran: dígame ¿Qué está trabajando ahora, cuál es el tema que le preocupa? El tema de la percepción. Es un tema que ha sido trabajado ya en los primeros años del desarrollo del psicoanálisis pero no verdaderamente el concepto de percepción inconsciente, el concepto del ombligo de la percepción, Stakel fue el que decía eso, decía que en el analista hay un ombligo en la percepción, es decir un lugar opaco, donde él no puede percibir nada. Ese tema es el tema que me ocupa actualmente. Estoy pensando, estoy tratando de avanzar en esto porque la práctica me muestra que nosotros trabajamos o que yo trabajo y que otros trabajan como yo con esta noción, yo propongo esta noción, yo propongo este término del instrumento de inconsciente instrumental, ahora ocurre que cuando voy a hablarle al paciente y le voy a decir, le voy a comunicare este fantasma que yo percibo, es allí y que el paciente lo recibe, es allí que debemos decir que ya no hay más un inconsciente instrumental propio del analista sino que hay un inconsciente único propio al análisis. Entonces habría un consciente diferente analista - analizante antes de la interpretación y un inconsciente único durante el acto de la interpretación.
Pregunta: “Quería volver un minutito sobre Florencio, me llama en la feliz idea de trabajar sobre el perro, por el lado de los perros dormidos de Freud que de alguna manera representan la pulsión y por el lado de la posibilidad que esa fantasía de sensibilizarse a lo que es la representación que ha estado trasmitiendo, pensaba entonces este perrito humillado sujetado el dolor de la mejilla justo donde está el bozal por otro lado y por otro lado pensaba... por un lado esta percepción de que este perro quería ladrar pues decía que las dudas había que hacerlas hablar a Florencio había que hacerlo ladrar, ayudarlo a que ladre, por un lado esta percepción de un perro que está demasiado amordazado y no puede hablar, en este sentido me parece un trabajo muy interesante sobre esta versión pero a la vez me llama la atención algo que me pareció, que es la inmediata decisión o propuesta suya de que cambie de colegio, me pareció que allí dio, el timing lo habrá arreglado usted de acuerdo a esta autopercepción o heteropercepción de lo que estaba pasando allí, habría que haberle dado, pregunto, a Florencio posibilidad de ladrar en ese corral, desembozarse de alguna manera, esto le favorecería afirmarse a él, o usted percibió que allí no había posibilidad de esto , la sujeción era extrema, que la situación no daba y a veces es absolutamente terapéutico entonces y este chico se va para otro lado, bueno esta es la pregunta.
Nasio: Es una buena pregunta. Quiero decirles que esta es una pregunta importante porque hace a la modalidad técnica del trabajo del analista. Cuando acá, hay una intervención como decimos habitualmente, una intervención en lo real, porque yo he propuesto antes al chico y luego a los padres un cambio importante que es el de cambiar de escuela ¿Por qué? Esto me lo enseñaron mucho unos chicos, el trabajo con niños, cuando yo trabajaba solo con adultos durante una cierta época y probablemente debido a mi propia formación, me mantenía en general muy discreto con respecto a intervenciones en lo real, y creo que todo analista debe mantenerse siempre muy prudente, muy discreto respecto de intervenciones en lo real, más aún cuando un analista duda de intervenir o no en lo real por ejemplo, supóngase decirle a un paciente que tiene que ir a consultar a un médico porque usted tiene la impresión de que no está bien, cuando uno duda de intervenir o no, no hay que intervenir, frente a la duda no hay que intervenir, pero cuando uno está claro y no duda que una intervención en lo real es necesaria y sobre todo con los chicos hay que hacerlo, para mí... este es un tema vamos a hablar de niños mañana también, cuando un chico, cuando yo recibo chicos con problemas escolares, y los padres vienen a esperar que el análisis del niño resuelva los problemas escolares, yo les digo a los padre inmediatamente no es sólo con el análisis que vamos a resolver los problemas escolares, no es porque el niño se analice que mañana va a ser un buen alumno y de la misma manera con Florencio yo pueda hacer sesiones magistrales, luminosas, tener interpretaciones creativas, extraordinarias y si sigue estando en la misma escuela con los mismos chicos que me lo tienen corriendo y que le siguen pegando mi trabajo no tiene ningún valor, entonces pienso que es fundamental crear las condiciones reales para que el trabajo analítico tenga una posibilidad. Cuando yo vi el nivel en que primero había un problema en Florencio que era un deseo masoquista, él estaba muerto de miedo pero también necesitaba, era como si necesitar estar con los chicos aunque le pegaran, era como si dijera, tengo amigos, para tener amigos me tengo que dejar pegar. Bueno yo estoy consciente que es un deseo masoquista, pero no por eso dejo de pensar que tengo que cambiar las condiciones exteriores y proponerle primero al chico, porque empiezo, yo no sé si se dieron cuenta que yo empiezo siempre proponiendo al chico solo, antes de hablarle a los padres, no le digo a los padres antes lo que hay que hacer y después al chico, empiezo hablando con el niño, le propongo lo que pienso, le pregunto si está de acuerdo y después me levanto y voy a reencontrar a los padres la primera vez, los padres que nunca vi, siempre procedo así, con él procedí de la misma manera y ahí le hice la proposición que además fue la primera frase, por eso lo dije: “antes que nada hay que cambiar de escuela”. Además fue, se verificó en la práctica que el cambio de escuela permitió que se hiciera un buen trabajo porque yo estoy seguro que yo no hubiera podido hacer un buen trabajo si este niño hubiese seguido estando en la escuela. En una palabra, creo que hay intervenciones en lo real, que hay que operar a condición de no dudar, quiero decir, de haberlo pensado bien, de tener experiencia, de haber reflexionado, en fin, toda una serie de condiciones, si el terapeuta es relativamente joven prefiero que no haga nada. Prefiero que no proponga nada, que se calle y que espere, si el terapeuta se ha formado y tiene experiencia que lo haga.
Pregunta: En relación a un terapeuta joven, en relación al primer tema, con el ejemplo de las fobias, en tratar de posibilitar que el paciente presente su teoría sobre su síntoma y que la cambie, este, me quedan muchas preguntas sobre que es lo que puede presentar ahí un analista en el sentido o a partir que el paciente muestre su teoría de su síntoma, cómo podría operar el analista, intentando de que pueda cambiar esa teoría y presentando qué cosa.
Nasio: Bueno, depende por ejemplo, tomemos de nuevo el caso de Florencio, cuando Florencio vino, vino con un problema de insomnio, los padres traían a Florencio porque no dormía bien. A ese era el síntoma, mi intervención modificó completamente, hubo efectivamente una rectificación subjetiva porque el problema no era el insomnio, el problema era la tristeza, y de eso no había ninguna conciencia ni en el niño ni en los padres. Rectificación subjetiva quiere decir proponer una perspectiva diferente de qué sentido tienen los síntomas en la vida del paciente, puede ser que por ejemplo esta señora imaginaria de la fobia, supongamos que por la fobia es que esta mujer venga a decirme , que la fobia es el precio que ella tiene que pagar porque ha cometido una falta, pongámosle, supónganse una interpretación así que ella pueda hacer de su síntoma, yo diría que la fobia está cimentada en parte a causa de esta interpretación que la paciente se hace de su propio síntoma. El trabajo del terapeuta joven, si es posible viejo, seguramente es que al final de la primera sesión pudiera devolver, restituir otra visión del síntoma y propongo siempre, aquellos que trabajo les digo, hablen siempre al final de la primera entrevista, vamos a intervenir acá pero antes quisiera darle mi opinión y le dan la opinión, aunque sea pobre, aunque no sepan, aunque sea una repetición casi exacta de lo que él dijo, no importa hay que acostumbrarse a interpretar en el sentido, interpretar el sentido. Dar una visión global, darle al paciente un eco, eso no es fácil de hacer, es una práctica larga y que hay que empezar como todas las cosas, hay que empezar a hacerlo aunque uno no sepa que decir, pero siempre hay que decir algo sea al final de la primera entrevista, sí hay que decir algo al paciente, le tiene que escuchar la voz y le tiene que escuchar una palabra convencida, es así como se instala la transferencia. Y puede ser al final de la primera entrevista o puede ser en la segunda o en la tercera, pero en general es bueno hacer esta restitución de sentido del síntoma.
Pregunta: Quería preguntarle si usted tiene alguna idea, porque yo no, por qué cuando se trabaja en relación a la escena fantaseada que usted la trabajó como la relación entre el sujeto con el objeto, eso produce efectos a nivel del síntoma si usted lo está pensando como metáfora o cualquier síntoma, digo qué relación encuentra usted entre ese trabajo que se hace a través de la escena o la, digamos la construcción de la escena fantaseada como escena de relación del sujeto con el objeto, por qué piensa que produce efectos a nivel del síntoma como si usted lo piensa como metáfora en el sentido de la construcción de un sentido nuevo o si lo piensa desde la afección psicosomática también o sea desde dónde está pensando esa corrección que se hace o esa disminución del síntoma.

Nasio: A ver, voy a ver si entendí bien, lo que propongo es que la autopercepción de la fantasía reemplaza la represión en el lugar de la represión, aparece la autopercepción, Freud decía allí donde está el Yo debe advenir el Ello, yo habría dicho, allí donde está la represión debe advenir la autopercepción de la fantasía. Es cuando la fantasía es auto percibida que la represión se libera y que el síntoma se desvanece, disminuye o se esfuma. No sé si le respondo lo mejor posible a la pregunta que me hace. Con respecto al sujeto y el objeto yo no he abordado la fantasía en la perspectiva lacaniana del sujeto dividido en relación con el objeto, se puede hacer, pero ese no es el problema, el problema no es la composición misma, decir sujeto dividido, objeto, puede ser perfectamente asimilable a la pulsión se disfraza de la fantasía, habría que hacer una serie de encadenamientos, la pulsión allí sería, la fuerza de la pulsión sería ese objeto a y el disfraz esa escena quién la cubre con la que la pulsión se enmascara sería el sujeto dividido. Una parte del sujeto dividido porque justamente esta dividido, pero a lo que se deriva la pregunta es a la represión tiene que venir la autopercepción. Este es un tema que habría que elaborar, sí que diferencia hay, por eso yo introduzco el tema de la forclusión, efectivamente porque si hay forclusión estamos en una de las formas que yo llamo formaciones del objeto a, es decir hay un elemento alucinatorio, se puede considerar como un elemento alucinatorio o alucinosis.
Pregunta: Bueno doctor, me pareció muy interesante su ponencia, y quisiera preguntarle esta cuestión del analista escuchando al paciente dividido, digamos como conceptualizarlo desde Freud y en que medida esto se articula con el concepto de atención flotante en Freud y si esta cuestión de la percepción inconsciente del analista no tiene que ver con el concepto que hace Freud de contratransferencia, quería saber como usted lo pensaba.
Nasio: Bueno, en Freud, el problema de la atención flotante, para mí esa expresión ha provocado muchos problemas, porque la atención flotante es una expresión que ha prevalido o prevalecido, y que da la impresión que el analista tiene que estar flotando para escuchar casi como dormido, para mí eso ha sido muy negativo, hay fórmulas de Lacan que son revolucionarias y extraordinarias, y al revés otras han provocado muchos problemas. Hay formulas de Freud que también provocan problemas, como la atención flotante. El analista no esta en atención flotante, la palabra atención flotante justamente yo prefiero usar la atención dividida, una altísima atención, nada de flotante, muy concentrado, extremadamente concentrado y al mismo tiempo abierto, casi inocente, casi como virgen, casi como abierto a lo desconocido, por eso prefiero decir atención dividida, por un lado extrema lucidez y el otro lado una extrema inocencia, es muy difícil de obtener esta doble posición. Usted introduce el tema de contratransferencia, y es verdad que habría que introducir también el deseo del analista. Lacan se opuso a la idea inglesa de la contratransferencia, como definición de toda expresión de las manifestaciones conscientes o inconscientes del analista, Lacan prefiere decir contratransferencia solo a las manifestaciones conscientes del analista no inconscientes. Y el piensa y que es mi lectura que todas las otras manifestaciones del analista en relación a su paciente, por ejemplo una manifestación consciente... el paciente que suerte que tiene se fue a pasear a Estados Unidos, Lacan lo cataloga contratransferencia y todas aquellas manifestaciones inconscientes Lacan las cataloga deseo del analista, como deseo inconsciente del analista, pues no esta consciente de ellas, no las controla, no tiene conciencia, si yo tuviera entonces esta autopercepción en el inconsciente, el inconsciente instrumental formaría parte del deseo del analista y no de la contratransferencia.
Pregunta: Yo quería volver al tema del dispositivo técnico o la modalidad que utiliza con los niños, bueno, el caso de Florencio era un niño que podía expresarse por sí mismo, ¿cómo procedería en el caso de que llegara a la consulta, primero por los padres, de un niño más pequeño, pongámosle 3 años, 3 años y medio y que los padres consultan por un retraso en la evolución del lenguaje, en donde es un niño que juega, y no puede expresarse?
Nasio: En general siempre trato de recibir al niño solo en primer lugar, si es de tres años trato, voy a buscar a la sala de espera, abro la puerta de la sala de espera, abro la puerta de la sala de espera, entonces le digo “Miguel”, entonces el niño me mira, los padres se levantan del sillón de la sala de espera y digo: “momentito, yo prefiero verlo a Miguel, yo los llamo a ustedes después”, y Miguel, le digo: “Entra Miguel”; Si él es pequeño pongámosle 3 años, Miguel no viene se agarra a la madre entonces le digo: “ven, entra, las puertas están abiertas”, él me mira, se agarra más a la madre todavía y yo me quedo sin que... Entonces yo le digo “bueno, mira por lo menos te muestro, mira, mira mi consultorio, ven mira mi consultorio, está la puerta abierta”, entro yo a mi consultorio voy a la mesa de juegos y empiezo y hago ruido yo, hago un ruido natural, no es una comedia porque voy ordenando la caja de los juguetes, pongo los papales y veo si el viene a la puerta a espiarme, y a veces ocurre que me espía, el chico se acerca mira y no entra y espía a ver que es lo que yo hago, eso en las mejores condiciones, un chico de 2 – 3 años, a veces estos chicos chiquitos entran, se sienten en confianza y entran, otras veces no entran, lloran, no quieren saber nada, entonces le digo a la madre: “Entre señora, entre señor y los recibo a los 3 juntos. Si es un chico con retardo en el problema de lenguaje eso lo voy a saber después, porque como yo les dije cuando yo recibo la llamada telefónica de los padres o de la madre para consultar no pregunto el motivo de consulta, doy la cita y doy la cita de una manera muy particular, cuando la madre llama yo siempre digo muy bien, fijo la cita, le digo que edad tiene, como se llama, que edad tiene: 3 años, bueno, muy bien entonces le doy la cita, la dirección, etc., yo tomo nota de todo el nombre, la dirección, etc., y le digo “Señora, le voy a pedir un favor antes de cortarle le voy a pedir un favor, le va decir a Miguel que usted llamo al doctor Nasio para pedir una entrevista, el le va a preguntar por qué, entonces yo le digo al teléfono la primera vez, cuando él le pregunte por qué, usted le dice con sus palabras por qué y le quiero pedir que cuando corte a hora lo vaya a ver y le diga por qué, mencione bien mi nombre y diga Nasio, doctor Nasio, o señor Nasio, o señor Pérez, o quien sea y usted le va a decir. Como la cita es dentro de 10 días, le pido por favor que dentro de 4 días usted le diga a Miguel, y todo esto se lo estoy diciendo por teléfono a la señora: “Aha, Miguel, no te olvides que tenemos una cita con el doctor Nasio”, y luego el día anterior a la cita a la noche cuando el chico se va a dormir que la madre le diga: “Aha, mañana tenemos una cita con el doctor Nasio”, y le digo a la señora en el teléfono: “Por favor señora, repita bien mi nombre cada vez por lo menos 3 veces”. Parece un narcisismo terrible, pero no tiene nada que ver con el narcisismo, ocurre que cuando el chico viene, lo recibo solo y la primera cosa que le digo es: “¿sabes cómo me llamo?, y me dicen no sé... muchas veces, a pesar de que los padres le han dicho Nasio. para mí el nombre es fundamental en la transferencia, como lo he dicho en algún lado, Lacan también lo ha dicho, la transferencia es transferencia a un nombre y la primera cosa que ocurre es que no solo estoy creando las condiciones de la transferencia del niño al terapeuta sino que estoy haciendo algo más importante que es crear las condiciones de la transferencia con la madre, porque cuando la madre corta y habló con un terapeuta que le dijo esto, ella se siente ya aliviada porque se dice: estoy con alguien que sabe lo que hay que hacer, que conoce a los chicos y que sabe tratar muy bien a un chico, esta madre ya está ella bien y se lo va a trasmitir al chico, ese teléfono… por eso yo digo la transferencia Lacan, Freud decía que la transferencia comienza desde el inicio, yo diría la transferencia comienza con el teléfono, el teléfono es fundamental y muchas veces los terapeutas no saben hablar por teléfono, no saben recibir mensajes, a veces los respondedores, los contestadores son malos. Yo no sé, me paso el tiempo en Francia llamando a veces, se me ocurre llamar a un colega y decirle… el contestador es un desastre, porque un paciente que llame a un terapeuta y escuche mal en el contestador una música, o se escuche esto, no, no es una recepción, es muy importante el contestador, si hay contestador, yo no tengo contestador, yo no utilizo jamás contestador, en mi consultorio yo no contesto con contestador, cuando me llaman y yo estoy respondo, en general estoy siempre, yo respondo y si no estoy no respondo, yo no quiero contestador, yo quiero que escuchen mi voz, por favor, o escuchan la voz del terapeuta o hay un contestador que sea un contestador receptivo, un contestador humano, un contestador nítido, con una voz acogedora, con una voz que ya comienza a transferencia, es fundamental, la transferencia comienza allí con el teléfono, entonces esto que les digo es ya una relación de transferencia con la madre y más allá con el niño. Eso vamos a hablar mañana con otros casos que voy a presentar.
Pregunta: Yo estoy recién iniciándome en el estudio del psicoanálisis, así que no sé si corresponde la pregunta, lo que a mí me interesaba saber es en el caso de Florencio que es lo que lleva a saber que esta fantasía inconsciente es de Florencio y no suya.
Nasio: Correcto, ésta es una de las preguntas que yo decía recién que sería largo de explicar, que yo dije hacerme confianza, hay varias respuestas, una de ellas, muy importante es que usted sabe que es de Florencio y no suya porque le aparece a usted Terapeuta de manera espontánea, se le impone a usted, no controla, no es el resultado de un movimiento mental, largo; Entiende primero, segundo se confirma que es de Florencio y no mía cuando al interpretarle a Florencio, Florencio el paciente reacciona con un silencio o con un sentimiento a lo que el terapeuta le dice. Cuando la fantasía es del paciente y usted se la comunica al paciente, el paciente reacciona con un… en general si es un adulto dice “¡Ah!, ¡no sabía!”, es típico, y cuando es un niño, usted tiene bien la impresión de que el niño reacciona sea porque continúa el dibujo o por otras manifestaciones, usted se da cuenta de que lo que ha visualizado o ha fantaseado, no es algo que le concierna a usted persona terapeuta, sino que le concierne a él. Pero hay otras respuestas más que le daría, pero esto para responder por el momento.
Pregunta: Bueno, este me pareció muy ocurrente eso de que no hay atención flotante, ¿no es cierto? Y se empieza por no ser flotante como voz decías cuando el analista responde a esto es una vieja tradición en Argentina, vos la conoces bien, decías que se iniciaba la transferencia cuando el analista hablaba con el paciente, bueno yo voy a tomar otra cosa que me hace pensar en lo que vos decías, el analista siempre está dividido en la situación analítica. Hay una parte del inconsciente que se ofrece en la escucha. Ahora yo me pregunto si le damos privilegio a la transferencia, o sea que el analista se ofrece como objeto de transferencia, pero me preguntaba, ¿Cuándo el analista se ofrece como objeto elegido fantasmal, es decir, en qué modo se entrelaza fantasma y transferencia? El fantasma fue algo desarrollado por Lacan y muchos lo tomaron como una formación intrapsíquica, vos lo desarrollaste en el sentido del objeto elegido fantasmático que siempre debe haber para el fantasma, entonces pienso de qué modo se entrecruza transferencia y fantasma en este enigma de la cura.

Nasio: La respuesta que yo doy pero que necesitaría desarrollar es que la transferencia es un fantasma en la que el analista es uno de los personajes o yo diría el objeto mismo del fantasma, la transferencia es un fantasma en el que el analista hace de objeto, hablamos en términos analistas.

Fin
 
Antiguo 06-ago-2006  

La forclusión es una de las defensas del
yo, simplemente establecida por Freud, no con esta palabra.
Forclusión es una palabra que usa Lacan, pero Freud utiliza la
palabra expulsión o rechazo. Aparecen en La psiconeurosis de
defensa y Nuevos aportes a la psiconeurosis de defensa.
Inclusive, ya habla de este tema en un texto previo. En el estudio
comparativo de las parálisis motrices, Freud dice que hay una
representación que es inconciliable dentro de la vida psíquica.
¿Qué quiere decir inconciliable? Que no concilia con todas las
otras. Esta representación inconciliable es una representación
extremadamente cargada de afecto. Está tan cargada de afecto
que puede tener diferentes destinos. Un destino es que ese afecto
sea retirado y desplazado hacia otra representación, como en la
neurosis obsesiva; otro, es que este afecto hipertrofiado se retire
y aparezca en el cuerpo bajo la forma de una conversión histérica,
transformado en manifestación somática; y un tercero, es la
expulsión del afecto, su proyección al exterior, afecto que va a
depositarse en un objeto que se convertirá en fobígeno.

Entonces tenemos el desplazamiento intrapsíquico, neurosis
obsesiva; desplazamiento de lo psíquico a lo somático, conversión
histérica; desplazamiento del afecto de lo psíquico al mundo
exterior: la fobia. Y luego un cuarto movimiento que es una
proyección muy especial, en la que se va a proyectar al exterior
no sólo el afecto, sino la representación también. Freud va a decir:
como si el yo se sacara, se arrancara un pedazo del mismo y lo
tirara por la ventana. Esta es mi lectura. Freud no habla así: como
si el yo agarrara un pedazo de su corazón y lo tirara afuera. Esa
representación, más el afecto proyectado afuera, vuelve a los ojos
del sujeto bajo la forma de una alucinación. Es decir que cuando
un alucinado –de acuerdo a la teoría freudiana– ve una rata,
siente una rata blanca en el hombro y me dice: “mire doctor, ¿la
ve, la ve, la está viendo?, es una rata blanca acá, en el hombro”.
Esa rata blanca, esa percepción alucinada, táctil, visual y hasta
auditiva es en realidad, una representación inconciente, inconciliable,
que ha sido proyectada al mundo exterior y que vuelve bajo
la forma de una alucinación.
Lo que ha hecho Lacan es retomar a Freud, nombrar y
desarrollar ideas de Freud. Para Freud la vida psíquica es representaciones
y afecto. Para Lacan la vida psíquica es red de
significantes, y goce.
Entonces Lacan dice que en esta red de significantes va a
haber un significante que va a ser expulsado de la red y que
aparecerá en lo real bajo otra forma, por ejemplo una alucinación.
El movimiento es el mismo. En Freud es una representación
cargada de afecto que es proyectada al exterior y aparece como
la alucinación; en Lacan es un significante el expulsado del
sistema simbólico y reaparece en lo real. Los nombres son
diferentes, pero la lógica es similar. Un lacaniano me diría: “ah no,
yo no estoy de acuerdo, son totalmente diferentes”. Yo le respondería:
es verdad, nombrar este florero y llamarlo “florero” en un
caso y en otro “vasito de flores”, son dos nombres o concepciones
diferentes. El objeto cambia, pero no cambia probablemente en su
esencia. En mi reinterpretación creo que la teoría lacaniana crea
instancias y lugares nuevos, y da una concepción nueva que
permite una nueva modalidad del trabajo del analista, pero en
realidad hay puntos comunes con la posición freudiana que hace
que estemos en una similitud de lógicas. Lacan le da el nombre de
forclusión, que es un término jurídico.

Susana Bidolsky: Encuentro similar este proceso con la identificación
proyectiva, donde se expulsa la representación y el afecto y aparece en el otro.


Nasio: Creo que eso implica un paso más, porque hay elementos
de identificación, importa la presencia del otro, es un nivel más
complicado.
Durante muchos años se ha explicado la génesis de la psicosis
con este mecanismo de la forclusión. Yo considero que en esto
hay dos errores. Primero, nosotros –los psicoanalistas–, conocemos
muy poco de la psicosis; los neurocientíficos o los
neuroquímicos, y los psicólogos también. No puedo aceptar que
pretendamos, como se pretende a veces, dar cuenta de la psicosis
sólo por el mecanismo de la forclusión. Sin negar su importancia,
probablemente es muy importante en cuanto al desencadenamiento
de la psicosis, es parcial como respuesta, es muy modesto y no
nos contenta como explicación. A partir de Lacan este mecanismo
fue tan generalizado para dar cuenta de la psicosis, que nos
olvidamos que el paciente psicótico está, a veces enfermo y
delirando y, en otros momentos, muy bien, se puede trabajar con
él dialogando como con una persona neurótica normal. ¿Cómo
explica la forclusión el momento en que este paciente no está
alucinado? Hubo colegas que reconocieron esta problemática
clínica y dijeron: “lo que pasa es que la forclusión es reversible,
a veces hay forclusión pero la misma forclusión vuelve atrás”. A
mí esto no me convence. Me puse a estudiar el problema y llegué
a una tesis, que es la de la forclusión local, para dar cuenta de las
manifestaciones clínicas del paciente psicótico, que a veces está
sano y aparentemente normal y en otros momentos está alucinado
o delirante.
¿Qué es esto de forclusión local?, el calificativo de local viene
de una concepción de la realidad psíquica. Decía recién que la
realidad psíquica está compuesta de representaciones y de afectos
o de significantes y de goce. Ahora agrego un elemento que
me parece muy importante: la vida psíquica hay que imaginarla
como una serie de capas, de estratos, de napas, como mil hojas de
realidades psíquicas diferentes. ¿Qué quiero decir con esto?
Quiero decir que la realidad psíquica en la relación con mi hijo no
va a ser la misma realidad psíquica en la relación con mi madre,
y no va a ser la misma realidad psíquica que en la relación con mi
analista, y no va a ser la misma realidad psíquica con el padre
muerto, y no va a ser la misma realidad psíquica si yo cometo un
pasaje al acto, y no es la misma si yo alucino. En fin, nuestra vida
psíquica está compuesta de diferentes realidades psíquicas coexistentes,
en la que una puede dominar en un cierto momento y
dejar que otra domine en otro.
Susana Bidolsky: ¿Estos distintos niveles tienen para usted el
status de distintas estructuraciones?
Nasio: Exacto. Es decir que hay realidades psíquicas en las que
la operación dominante es la represión y otras donde la operación
dominante es la forclusión. Estas realidades psíquicas yo las llamo
realidades psíquicas locales puesto que son locales, son
circunstanciales a un cierto tipo de relación.
Es una tesis para discutir. Ha hecho pensar a mucha gente
desde que la formulé en un libro llamado Los ojos de Laura
(1987). Han pasado casi diez años y esta contribución ha sido
discutida en muchos artículos, algunos colegas la han adoptado.
La posición es que hay una forclusión que está inserta y es la
operación dominante en una realidad local, que es coexistente a
realidades diferentes, donde la operación puede ser la represión,
de allí el concepto de forclusión local.
Este es un aspecto de esa tesis, hay otros más. No sé si vamos
a poder desarrollarlos, por ejemplo el concepto del significante del
nombre del padre. Lacan tenía la idea de que la forclusión no
concierne a cualquier significante, sino al significante del nombre
del padre. Esto me planteó un problema. El significante del
nombre del padre es un significante particular, siempre el mismo.
Pero el significante del nombre del padre es un lugar, es un puesto,
es un cargo, es una función; en ese cargo, en esa función, en ese
puesto puede venir cualquier significante. Acá hay una señora
que nos sirve la mesa, ella juega el rol de doméstica, de mozo...
pero puede haber otras personas que jueguen ese rol. Lo mismo
pasa con el significante del nombre del padre, pero en Lacan no
está así explicitado. Entonces lo explicité a mi manera, diciendo
que el significante del nombre del padre es un lugar en el que
pueden instalarse diferentes significantes, es decir, diferentes
aspectos de la realidad que juegan ese rol. Un significante del
nombre del padre puede ser –por ejemplo– la voz de una azafata
en el avión, que me dice: “póngase el cinturón de seguridad”,
puede ser la presencia de mi esposa, puede ser una casa, o el
puesto que me dan como supervisor en el correo... Muchas cosas
pueden ser función del nombre del padre. Tendríamos que ver –
no lo vamos a hacer en esta entrevista– cómo definimos la función
del nombre del padre. Lo que quiero decir con esto es que la
forclusión local no es solamente la expulsión de un significante
particular, sino de todo aquel significante que esté ocupando el
lugar del nombre del padre, a tal punto que en realidad tendríamos
que decir “los nombres” del padre. Es el nombre del padre en
tanto que función o los nombres del padre desde el punto de vista
de todos aquellos que vienen a ocupar este lugar. Yo digo: “todos
los señores que han ocupado el rol de mozo”, o yo digo: “el mozo”.
Son precisiones que aclaran mucho y permiten avanzar en la
teoría psicoanalítica. Bueno, este es el segundo aporte: el tema de
la forclusión local, de las realidades locales y de la importancia
para trabajar clínicamente con pacientes psicóticos, reconociendo
la diversidad de manifestaciones que tienen.
El punto siguiente tiene que ver con lo que llamo formaciones
del objeto a. Es una tentativa de contribución que parte del
concepto de objeto a, de Lacan. Es una tentativa de contribución
para responder a ese vacío que existe en lo teórico, donde
estábamos hablando siempre de formaciones del inconciente.
Jung fue el primero que utilizó esta expresión en 1913, pocos lo
saben. Para completar la pareja de formaciones que se manifiestan
en el ser, están no sólo las del inconciente, sino también
formaciones del goce. La vida psíquica está compuesta de dos
grandes pilares: el inconciente, en tanto que estructura significante,
y el goce, en tanto que –llamémoslo así– energía, afecto,
tensión interna. Me pareció importante que no sólo haya manifestaciones
del inconciente, que son formaciones significantes. ¿Qué
quiere decir formaciones significantes? Son formaciones en las
cuales uno puede ligar aquello que aparece, con otra cosa. ¿Qué
es un significante? Un significante es todo objeto, cosa, persona
o valor que yo formalizo en una cadena. Un significante es el
nombre que doy a un objeto si lo incluyo, lo inscribo en una cadena.
Si yo digo “este florero me hace acordar al florero de mi mamá,
y voy a tener un florero así porque me gusta, mañana me lo
compraré”, estoy haciendo una cadena: antes, hoy y mañana, esto
es significante. Si yo digo “en este florero, ¿cuáles son los átomos
que lo componen?, ¿de qué está hecho?”, no es significante, es
goce. Puede ser una cadena histórica o no. Puedo decir “este
florero se parece a otro florero, salvo que la forma es diferente y
lo voy a dibujar” (soy un dibujante de floreros), entonces empiezo
a hacerlo. Esto es un significante, porque estoy tratando de
encontrar figuras nuevas.
La palabra significante designa una formalización. Lacan
formaliza a Freud, es un formalizador del psicoanálisis.
La palabra significante es una manera de formalizar los acontecimientos
para inscribirlos en una cadena. Un significante
nunca está solo, siempre está ligado a otro significante. Para que
esto sea un significante como expresión del inconciente, necesito
no sólo ligarlo, vincularlo a otro significante, sino además, tengo
que caracterizar el acontecimiento que llamaré significante como
un acontecimiento que ha sido la expresión de algo en el sujeto.
Ha sido un acontecimiento –llamémoslo así– que viene a superar
el saber y el querer del sujeto.
En una palabra, un significante es toda expresión humana que
manifiesta un más allá del saber o del querer de un sujeto,
vinculada con otras manifestaciones anteriores, posteriores o en
una relación vertical. En una relación horizontal, histórica o en
una relación vertical, presente.
A todas estas manifestaciones las llamamos manifestaciones
significantes. Por ejemplo, si mañana cometo un acto, me caso
con una mujer; es el tercer casamiento y esta manifestación repite
algo, las tres mujeres tienen el mismo nombre. Esta repetición es
significante puesto que marco, digo: “una, dos, tres”; no digo que
son idénticas, sino que son parecidas, pero están ligadas en una
cadena.
Hay un elemento de cadena, pero para que sea inconciente y
significante tiene que expresar algo que va más allá de mi querer
y de mi saber, sino no es inconciente. Puede ser que lo llamemos
significante y podrá ser estudiado por un lingüista. Para que sea
psicoanalista quien lo estudie tengo que instalar el sujeto. El
psicoanalista siempre tiene que partir de la inocencia, tiene que
partir de lo humano en su inocencia, si no, no hay inconciente. El
inconciente es una expresión de un saber que se impone a la
inocencia. Si no, no hay inconciente, y si no hablamos de lo
humano, no somos analistas. Me llamó la atención un material
clínico que me presentaron ayer. Un material muy elaborado, muy
trabajado por una colega. Pero no me preguntó nada. Cuando
alguien presenta así, los que escuchan no se identifican, porque la
identificación entre el que presenta y los que escuchan se favorece
si quien presenta nos refleja en nuestra inocencia. La colega
no tenía inocencia, presentó un trabajo muy elaborado y nadie se
identificó.
Retomo el tema del significante. Esos actos vistos en su
encadenamiento son significantes. El significante forma parte de
una estructura, por eso no hay significante solo, siempre el
significante –como dice Lacan–, es significante para otro significante.
Además, completando la fórmula lacaniana, representa al
sujeto. ¿Por qué representa al sujeto? Porque ese significante,
este acto dice de mí lo que yo soy realmente, más profundamente.
Si nos equivocamos decimos: “pero cómo no aprendo, siempre
vuelvo a hacer lo mismo”. Quiere decir: primero, que algo no
controlable se impone en mí y segundo, que esa equivocación que
cometo habla mucho de mí, me representa. De allí la fórmula de
Lacan: un significante representa al sujeto para otro significante.
Esta fórmula que a veces es muy complicada o aparentemente no
se entiende tiene un valor que yo quiero resaltar, un valor
dramático, porque a mí me interesan los conceptos que hagan
vivir, y no que estemos en algo intelectual que pase por encima de
nuestras vidas personales.
[b]Las formaciones del inconciente, de acuerdo a Lacan, son
formaciones significantes, y yo me encontraba en la clínica con
otro tipo de formaciones, o manifestaciones. Conductas que,
como un suicidio, no se vinculan con nada. Puedo vincularlo,
puedo decir “sí, este sujeto intentó suicidarse antes, pero ahora
realmente logró realizar su acto último o su último acto”. Pero hay
algo en los casos del pasaje al acto, de acciones muy intensas, hay
algo en las manifestaciones del cuerpo psicosomáticas, que es
invinculable, no relacionable. Algo que no se inscribe en ninguna
cadena, que es heterogéneo, radicalmente heterogéneo, que es
casi el no sentido absoluto y todo nuestro intento de vincularlo o
aquel que el propio sujeto realice, es de una resistencia absoluta.[/b]
Llamé a estas manifestaciones radicalmente heterogéneas, no
significantes, formaciones del goce, porque consideré que eran
manifestaciones puras, brutas, del goce sin ninguna docilidad a
dejarse enmarcar en una red significante. Las llamé formaciones
del goce, formaciones del objeto a. El objeto a es el nombre que
Lacan da a una de las variantes del goce.
No puedo entrar ahora
en toda la teoría del goce pero quería simplemente mostrarles cuál
era mi aporte que responde a la clínica. Son manifestaciones que,
como las llamo en un libro, están “en los límites de la transferencia”.
Enrique Alba: Los juegos de niños pequeños, como el laleo y
el balbuceo, donde lo que importa no es lo que dicen sino encontrar
cierta repetición, como el poner y sacar, acercar y alejar, ¿se
acercarían más a las formaciones del goce?
Nasio: Cuando usted habla de repetición ya estamos en lo
significante, porque usted introduce cortes y repetición, semejanza,
va, viene, como en el fort-da. Lacan siempre habla del fort-da
porque es un ejemplo extraordinario de pareja significante. Se
acerca, se aleja, ya estamos en lo significante. En el caso de un
pasaje al acto, de una defenestración, hay algo brutal, no hay
repetición. Cuando tengo una persona que tiene una colitis
hemorrágica, una enfermedad de Crown, es algo brutal, son
manifestaciones del goce.
Federico Urman: En la clínica de las adicciones, ¿usted
hablaría de formaciones del objeto a?
Nasio: La adicción, como la bulimia, sería un ejemplo de formación
de objeto a. Entendámonos, ¿qué es la formación del objeto
a? Son todas aquellas manifestaciones psíquicas en las que el
goce domina, en las que domina la emoción o el afecto de un modo
tan brutal y masivo que aparece como una manifestación heterogénea.
Es como una especie de explosión, de brote. La palabra brote
es muy linda, porque se habla del brote psicótico. Es un brote
masivo, espontáneo, imprevisto y brutal del goce.
En el caso de la adicción yo considero que es mucho más
importante el estado de ansiedad, de la espera por la droga, que
la ingestión de la droga. Esta es otra hipótesis. Para mí el objeto
a no es la droga en sí, sino el estado en el que está antes de la
droga. Como si el drogadicto necesitara vivir ese estado de dolor,
de espera y de ilusión de ese momento preacto. La ingestión de la
droga releva del placer, el estado predroga releva del goce, y esa

sería la formación del goce, el estado de tensión previo, que llama
a la ingestión imperiosa de la droga.
El objeto a no es la droga, el objeto a es la necesidad imperiosa
de la droga.
Susana Bidolsky: Esto plantea también la cuestión del dolor
psíquico.
Nasio: Sí, por eso el dolor es otra figura del objeto a. La del dolor
es una tesis completamente nueva porque sobre el dolor psíquico
no hay mucho escrito y lo que hay son aproximaciones que repiten
lo que ha dicho Freud. He trabajado mucho para llegar a la simple
conclusión de que el dolor psíquico es la expresión de un derrumbe
del fantasma y no de la pérdida del ser querido, la pérdida del amor
o la ruptura de una relación amorosa, con nosotros mismos, con
nuestra imagen, con nuestro cuerpo, con el ser querido o con el
amor de este ser. Entonces, ya sea un dolor de abandono, un dolor
de duelo, un dolor de amputación, o un dolor por humillación, todas
esos dolores en realidad no son debidos a la pérdida, son debidos
a la consecuencia que la pérdida introduce. El verdadero motivo,
la verdadera causa del dolor, es el derrumbe del fantasma que se
produce cuando se da esta pérdida. Entonces hay dos causas: la
causa desencadenante del dolor es la pérdida, y la causa material
del dolor es el derrumbe del fantasma.
Susana Bidolsky: ¿Cómo piensa en los niños el tema del dolor?
Porque en ellos el fantasma está en estructuración, y hay fenómenos
traumáticos de separación.
Nasio: Así es, este es un punto que queda a trabajar, a investigar.
No tengo respuesta... Le dejo a usted la posta, retómelo
porque sería muy lindo si usted retoma mi tesis, que el dolor es una
fractura del fantasma e investiga qué pasa justamente con el dolor
en aquellos casos en que el fantasma no está estructurado. Es una
linda pregunta. Es un tema que recién termina de cocinarse y está
aún asentándose. Hay mucho para trabajar aún, como el del dolor
en los niños, en los que hay separaciones brutales y no está
establecida aún la estructura del fantasma. Está también el tema
del dolor en la psicosis, en la alucinación.
Andrés Fractman: En el texto de Freud que citaste anteriormente,
él usa el verbo werwirt para denominar esa acción
defensiva, del que deriva Werwerfung. Dice que se arroja, se
eyecta un pedazo de yo. Allí hay violencia, hay dolor.
Nasio: Exactamente. Me gusta mucho esa frase en la que dice
que eyecta, se arranca un pedazo de sí mismo. Como si se
arrancara los pelos, como si el yo, en su desesperación, arrancara
algo interno y visceral y lo arrojara afuera. Esto implica mucha
violencia, como lo advertimos en la alucinación. Cuando el sujeto
está alucinado parece tenso, ansioso, implica una ruptura
traumática de una intensidad extrema, de mucho dolor. Cuando
empecé a trabajar con pacientes psicóticos muchas veces me
decían: “doctor tengo una rata, tengo una rata”; yo les contestaba:
“bueno, no haga ruido, déjela, déjela tranquila... no importa,
sigamos hablando”. No me daba cuenta que ese hombre estaba en
un estado de extremo sufrimiento, que era como un herido, un
herido en la ruta.
Bueno, esta entrevista se hizo larga. Quisiera agregar que
escuchándome hablar en función de las preguntas que ustedes me
han hecho creo percibir dos orientaciones en todos estos trabajos.
Primero, un respeto por la clínica, que la teoría responda a una
presencia de la clínica. Por ejemplo en el tema del psicótico, en su
doble presencia de estado alucinado y de presencia normal; la
realidad de la clínica en la transferencia, las manifestaciones
clínicas brutales que no responden al significante. Todas son
tentativas de responder a la evidencia de la clínica. Segundo, abrir
el campo del psicoanálisis, tratar de teorizar todo aquello que son
desafíos que nosotros levantamos. Cada uno de nosotros, cuando
escribe un texto, cuando enseña, trata de decir algo nuevo, trata
de levantar un desafío. En mí, lo intencional no ha sido contribuir
al psicoanálisis (uno no sabe en qué contribuyó sino muchos años
después), sino levantar desafíos. Al preocuparme del tema del
odio, del tema del dolor –que ha sido tan poco trabajado– ,el tema
de las formaciones del goce, o de la forclusión o del inconciente
único, he intentado levantar desafíos teóricos que animan la vida
que es la mía, animan la vida del enseñante que soy, o del teórico
que trato de ser, o del clínico que soy.



http://www.apdeba.org/publicaciones/...entrevista.pdf
 
Antiguo 06-ago-2006  

Cuestiones Conceptuales: - Como trabaja un Psicoanalista.

· El Psicoanalisis con Niños.

· Formacion del Analista.

· El dolor.

AP: Dr. Nasio, a mí me gustaría preguntarle algunas cuestiones conceptuales : Por ejemplo ¿ Qué piensa usted acerca de cómo trabaja el psicoanalista?

Dr.N: El psicoanalista... trabaja...le diria...dos repuestas: El psicoanalista trabaja con su inconsciente. El inconsciente, y este es un tema sobre el que estoy pensando y escribiendo, es un instrumento, en el psicoanalista es un instrumento. Es decir, que el psicoanalista está disociado de su inconsciente, y se sirve como órgano de escucha. Esta es una posición, una teoría en la que estoy trabajando, que no contradice la proposición del inconsciente único, diría sí que la completa. Entonces... ¿cómo trabaja un psicoanalista? Trabaja con su inconsciente, es la primer repuesta que daría. La segunda es una repuesta más pragmática, trabaja en primer lugar observando: el psicoanalista tiene que ser un excelente observador, y esto lo digo, porque muchas veces, nos hemos olvidado que el psicoanalista, es alguien que observa. Como si se creyera que el psicoanalista, no ve, no escucha, no siente. Esa frase, "atención flotante", ha sido a mi entender muy perjudicial, para la formación del psicoanalista porque, se hace creer que no tiene que hacer nada. No!, no!, El psicoanalista es un ser eminentemente activo y en primer lugar observador. Va a buscar al paciente a la sala de espera y observa, va a buscar al niño a la sala de espera y observa, al niño, a los padres, observa a la madre, observa que esta jugando, tiene que observar y observar... al inicio va observar estando consciente, intencionalmente, consciente como si fuera una especie de alumno aplicado, y luego va observar de manera natural, espontanea. No se va a dar cuenta que esta observando, pero tiene que ser un excelente observador, ya sea deliberadamente o naturalmente, esa es la primera acción activa, el primer gesto activo es : observar. El segundo gesto activo es entender el sentido de las palabras o del dibujo, o de la plastilina si es un niño!!, del movimiento del cuerpo ya sea un adulto, o no!, En fin... tomar sentido, dar sentido, el psicoanalista es un generador de sentidos. Cuando no se sabe que hacer con un paciente hay que dar sentido, cuando un paciente, viene y dice: tengo SIDA", la repuesta del analista luego de su silencio, es: dar sentido!. Lentamente, con tacto, cuidadosamente, con mucha delicadeza, con tiempo, pero: dar sentido. Cuando vino Clemencia, la mujer que mencionamos del libro del dolor y del amor, cuando vino a anunciarme que su hijo había muerto, dar sentido!, pero el dar sentido es, se podría decir, la menor de las acciones.

La acción más importante no es dar sentido. Hay que observar, luego hay que dar sentido, pero en realidad, ni observar, ni dar sentido es lo central. Observar y dar sentido, no son mas que preliminares que conducen a la acción, al gesto que va a ser culminante, y decisivo y que va definir que este operador es un psicoanalista. Ese gesto, es el gesto de una escucha muy concentrada, en el fantasma que habita el paciente. ¿Que quiere decir una escucha muy concentrada en el fantasma que habita el paciente?, Quiere decir que el analista ha comenzado por observar, ha seguido por dar sentido, para llegar a ese punto en el que él, esta mas allá del sentido, trasciende al sentido para percibir, quizás en un primer tiempo, inconscientemente, y luego conscientemente, percibir los fantasmas, que son la producción del inconsciente del paciente: Esto es, para mí, lo esencial del acto analítico.

AP: La sorpresa cumple una función ahí, tal como lo menciona en su libro "Cómo trabaja un psicoanalista ?"

Dr. N : Efectivamente, la sorpresa, tiene una función, porque el analista, pasa del "dar sentido", a esta " escucha del fantasma", a través de "un destello que lo sorprende". En general, algo pasa que lo hace cambiar de posición, cambiar de posición, o subir de posición, o bajar de posición; como usted quiera, según la imagen que tenga, pero en realidad, lo que hay es que, a partir de un cierto momento, por un destello, como digo, una luz, como una especie de... como un incidente por el que el analista cambia de posición. Puede ocurrir que el paciente se ponga a llorar, puede ocurrir que el paciente se equivoque, puede ocurrir que el paciente se mueva en cierto sentido, puede ocurrir que, algo que dijo el paciente hizo asociar al analista, en fin. Hay una serie de combinaciones significantes, que llevan a que el analista se sorprenda, y en la sorpresa, cambie de posición y en ese cambio de posición se traduce por un ajuste casi, casi perfecto, nunca perfecto, casi perfecto, un ajuste armonioso, fluido con el fantasma, del paciente, hay ahí, como un contacto adecuado, como un acuerdo, esa es la palabra que buscaba, como un acuerdo!, ajustado, entre la escucha del analista con su inconsciente y el fantasma del paciente. Esto que describo, lo describo con la mayor claridad que puedo, pero debo hacer dos reservas: primero que no llego a explicar con palabras claramente, aquello que he tratado de teorizar aún mejor en diferentes libros, y que voy a seguir teorizando. Segunda reserva, que para entender esto, hace falta haber hecho la experiencia. Es decir que un lector, que lea mis palabras, va a comprender mejor, si ha sido analizado, si se analiza o si es analista, esto es, en términos generales, como pienso que debe trabajar un psicoanalista.

AP: ¿Y en el caso del trabajo con niños, como es posible pensar esto que usted teoriza?

Dr.N: Es muy difícil ¡, Esto que acabo de describir, este proceso... es mucho más difícil, con un niño, que con un adulto. ¿Porque?, porque el niño, distrae al analista, hace falta mucha concentración para poder entrar en esta dirección, como decirlo.... "ponerse en el camino", es muy difícil si es un niño porque el niño, juega, se mueve... y el analista tiene que tener muy desarrollada, justamente, tiene que ocuparse de todo lo que es... la relación concreta con el niño.

Yo digo que hay dos realidades de escucha, con el paciente. Una realidad, un plano de escucha que es un plano concreto y material de la sesión, donde se habla, se escucha, se entiende, mejor dicho, se ve al niño, se ve si se mueve, uno mira el dibujo, habla con los padres después de la sesión, en fin. Es toda la realidad concreta y material del intercambio con el paciente, ya sea adulto, ya sea un niño. Si es un niño,esa realidad material ocupa mucho lugar. Luego, tenemos la segunda realidad, que es la realidad silenciosa, abstraída de la realidad material, es la que el analista al mismo tiempo, simultáneamente, como en otro plano, escucha con su inconsciente el fantasma del niño. Esta segunda realidad, se desarrolla y se instala mas fácilmente cuando se trata de un adulto, que cuando se trata de un niño. Porque, con el niño la realidad material ocupa mucho, mucho espacio. Es muy difícil concentrarse con un chico, mejor dicho es más difícil concentrarse, con un chico que con un adulto. Cuando viene una mujer a hablarme de su sufrimiento, me ofrece mas fácilmente la cara de su sufrimiento, me presenta sus quejas y el síntoma está como delante mío. Por supuesto, ya es difícil, pero el material esta allí, casi no queda mas que me concentre para ir mas allá del síntoma. En el caso del niño, el niño no se queja, explícitamente, y si se queja, no lo hace de manera muy desarrollada y entera.Se podría decir que lo hace... lo hace de manera ... parca, lo hace de manera simple, cruda, directa, y... cuando lo hace... y la mayor parte no lo hace, lo hace a través del dibujo, utiliza mucho los intermediarios... eso es lo que yo decía, y esto hace que la escucha sea mas, ardua, y que haya que tener....... Por eso Doltó, decía que un buen psicoanalista de niños, tiene que ser antes que nada un buen psicoanalista de adulto y que en realidad no hay psicoanalista de niños. La palabra psicoanalista de niños....yo hago mío esto, ¡!! no existe!!. No hay psicoanalista de niños. Yo soy psicoanalista de niño, pero no soy psicoanalista de niños!, No soy psicoanalista de niños porque soy psicoanalista de todo aquel que viene a hablarme.

" Niño", la definición "psicoanalista de niños", es una definición según un criterio, que es el criterio de la edad real de aquel que me consulta. Pero si yo tomo el criterio de mi escucha, de la calidad de mi escucha, del proceso que se instala, el otro no tiene edad, el otro es virtual es un inconsciente sin edad, es un fantasma muy íntimo, pero fuera del espacio del tiempo. Por eso no hay psicoanalista de niños, es una denominación buena para lo social, pero desde el punto de vista del trabajo con el inconsciente, no hay psicoanalista de niños!

AP: Usted diría "Hay un psicoanalista que escucha".

Dr.N: Exacto!.. nada mas ...... Dicho esto, la formación de un psicoanalista es mejor que no comience con chicos, ah... no!, por favor!, Comience trabajando con adultos. Yo le diría así a aquel joven que hoy quiere comenzar a trabajar y algún día imagina, trabajar con niños: "Por favor comience trabajando, con psicóticos y segundo trabaje con adultos, neuróticos y después comience con chicos". La gente hace al revés, comienzan con chicos y luego pasan a otra cosa, es un error!, Comienzan con chicos porque en realidad no escuchan a los chicos, porque es fácil estar con los chicos sin escuchar, es decir con el niño es más fácil esconder su ignorancia, con el niño pero, todos los que sabemos, y somos todos aquellos que trabajamos con niños, sabemos que con el niño es muy difícil, mucho mas difícil. Por eso yo aconsejo siempre comenzar con adultos y en particular con psicóticos. En realidad, generalizo mi consejo, mi sugerencia. Para ser un buen profesional, psicoanalista hay que ir al hospital, y conocer y trabajar con los psicóticos, y en ultima instancia, trabajar con niños.

AP: ¿cuales serian entonces, los pilares de la formación del analista según su entender y cuales son los dispositivos que usted propone en ese sentido?

Dr.N: En primer lugar, esto que acabo de decir, una excelente formación en el Hospital. Ir a ver pacientes psicóticos, tener miedo, sufrir, tener miedo de estar loco, dudar, querer renunciar, volver, dudar, dudar del inconsciente, dudar de todo, ... hacer la experiencia, caerse, subirse, como con la bicicleta. Uno sube a la bicicleta, se cae, se hace mal en la rodilla, se vuelve a subir, etcétera. Mucha práctica, mucha practica con pacientes psicóticos, excelente!, Hay que ser un excelente clínico, en psiquiatría, cualquiera fuera la formación, psicólogo, no psicólogo, médico, no médico, hay que tener una excelente formación psiquiátrica. Y a los psicólogos les digo: por favor! sepan más de psiquiatría que los propios psiquiatras. Luego hay que tener una muy frecuente, y como diría... frecuente y regular, "actividad de lectura". Leer mucho, mucha filosofía, leer mucha literatura, leer mucho psicoanálisis, ser un apasionado del pensamiento. Tercero, analizarse... por supuesto! Cuarto tener una vida personal relativamente estable,.... deseemosló!, Usted me pregunta las condiciones ideales, no! (sonrisas)....

AP : Si, si! ( risas )

Dr.N: Y bueno... las condiciones ideales, tratar de no tener, demasiados problemas en la vida personal. Si un analista está trabajando, y se separa de su mujer, le puedo asegurar que durante esa separación no está en condiciones de trabajar, no podemos negarlo. Si ve que un analista está recibiendo pacientes, y tiene un grave problema, un accidente personal o alguien de su familia, muere sorpresivamente, en fin... todo hecho que de la vida personal intervenga, es posible que le desestabilice el trabajo. Obviamente, ninguna vida es estable, todas las vidas son inestables, es la definición, la vida es inestable!, Pero... bueno tratar de estar bien con uno mismo. Yo no puedo estar escuchando una pareja, y de pronto tener problemas demasiados importantes en la mía. Problemas graves, quiero decir.

Como decirlo, ... Se puede, se puede... Ana Freud ha sido una de las más grandes Psicoanalistas de niños y no ha tenido hijos; Melanie Klein, ha sido una de las grandes Psicoanalista de niños, y su primer, es el caso de su propio hijo.Melanie Klein ha sido una gran psicoanalista de niños y sin embargo jamás he conocido un caso de un odio tan grande como el de su hija Melita, hacia la madre. Es decir que, no con esto estoy diciendo que... no quiero hacer de esto ninguna ley moral. Ahí están las contradicciones entre, la ausencia en la vida real y la extrema competencia en la vida profesional. Sin embargo mi experiencia personal, de los colegas, de los pacientes, y en mi vida, me muestra que... en general es mejor, deseable, tener una vida relativamente, regular, estable, para poder tener la fuerza de soportar este trabajo, que no solamente es apasionante sino... también es insalubre ¡! Es un trabajo muy insalubre, ... Cuando uno baja a una mina de hierro y vive en la mina de hierro, el minero sabe que es insalubre. Acá los analistas que recibimos pacientes, no nos damos cuenta que es insalubre, pero es insalubre, es un trabajo insalubre. Y una de las condiciones para que estos perjuicios, este daño, que pueda ocurrir, no sea insidioso, es importante que pueda por lo menos tener una contrapartida que sea la de una vida personal familiar. que sea relativamente positiva.

AP: Me gustaría que nos pueda comentar algo acerca de su teorizacion reciente, expuesta en su el libro "Del dolor y del amor" ¿cual es su concepción sobre el dolor?, ¿Que nos puede decir de esto?

Dr.N: El dolor es una reacción, es un afecto reactivo, es el afecto reactivo que sucede a una pérdida. A una pérdida brutal, inesperada, brusca, es eso, es la reacción, el afecto reactivo, la reacción afectiva a una perdida brutal e inesperada. Esto define el dolor en general, aún el dolor corporal, puesto que el dolor corporal, también es una reacción a una pérdida, es la perdida de un equilibrio, es la perdida de una integración: Si en este momento que hablo con usted ocurre algo que me provoca dolor será, seguramente algo que ha provocado un cambio en mi sistema. Pero es una definición que corresponde sobre todo, para comprender bien el dolor moral, el dolor psíquico. Puesto que el dolor psíquico, es el dolor que ocurre cuando perdemos algo al que estamos apegados, no solamente un sistema, sino que es definido por una relación, de amor, una relación de apego a algo, cuando hay una ruptura de esa relación de apego, cuando la ruptura es brusca inesperada lo que sigue es el dolor. Ahora bien, tenemos cuatros tipos de relaciones de apego fundamentales en la vida: Una, es el apego a la otra persona, al otro elegido, al otro que amamos, al otro que sea que es tan parte nuestra que, lo odiamos, lo amamos, pero que nos es absolutamente indispensable. Que, sin él, todo se desequilibraría en nosotros, puede ser un perro inclusive, que para una señora de 75, 80 años que vive sola, el perro es fundamental. Si ese perro muere el dolor viene, este es el primer vínculo de amor, de apego, que es al otro elegido. Luego tenemos un segundo tipo de apego, es un apego no solo al otro, sino al amor al otro, es curioso, es difícil decirlo pero tengo que decirlo porque es así. Una cosa es que yo este apegado al otro, otra cosa es que yo este apegado al hecho de vivir el amor con el otro, porque el amor es una necesidad, diría física, necesitamos amar y necesitamos ser amados y a veces puedo perder al otro (como puede ser que muera) y a veces puedo perder mas que nada, mas que al otro, perder la posibilidad de amar, es decir alguien que me deja. Una mujer es abandonada por un hombre, entonces el hombre se va, la mujer sufre y sufre no tanto por el hombre que se fue, pero sufre porque esta sola y no tiene mas, alguien que la ame y a quien ella pueda amar, entonces el segundo tipo de apego es al amor mismo. Tercer tipo de apego es el apego a la imagen de nosotros mismos, nosotros amamos, estamos inconscientemente atraídos por mantener siempre, lo más intacto posible, preservar la imagen de nosotros mismos, entonces es un apego a la imagen de sí. Y el cuarto tipo de vínculo, de apego, es el apego a la integridad corporal, yo amo mi cuerpo, pero no es que ame mi cuerpo, no es que ame que tengo hermosos cabellos eso... si!, eso es el narcisismo, pero el narcisismo es algo más profundo también y es el amor a la integridad de mi cuerpo, es decir: Yo amo estar caminando mientras hablo con usted. Y es un amor inconsciente, es un amor del que no tengo conciencia, pero si de pronto, me resbalo y me caigo y me rompo una pierna, evidentemente ahí voy a sufrir el dolor de la ruptura de la integridad de mi cuerpo. Entonces : hay cuatro tipos de apego, el apego al otro elegido, el apego al amor, el apego a la imagen de sí y el apego a la integridad del cuerpo. Cualquiera de estos vínculos de amor, si se rompe de manera brusca e inesperada aparece el dolor. Así hay cuatro tipos de dolor moral o dolor psíquico. El primero es el dolor, duelo por perder al otro que muere; el segundo es el dolor del abandono por perder el amor; el tercero es el dolor de la humillación cuando mi imagen, la imagen de sí, mi propia imagen ha sido lastimada, alguien me ha ofendido; y el cuarto en relación al apego a la integridad del cuerpo, es el dolor del cuerpo cuando pierdo una parte mía, que puede ser un dolor de una amputación, de haber sufrido algo de mi cuerpo, lo que ocurre con aquellos sujetos que pierden un órgano, o que quedan inválidos en una parte del cuerpo.

AP: Cuando usted hablaba, evocaba el caso de un niñito que tiene SIDA.Es un niño que estoy atendiendo y cuyos padres murieron justamente por estar enfermos de SIDA. Cuando lo recibí, hace un tiempo, él tendría cinco años, estaba en un estado de absoluta devitalización, deprimido, sin deseos de jugar, ni de reír, estaba como en un estado, le diría, de parálisis absoluta. Tenia un rostro completamente inexpresivo, y una mirada muy triste....

Dr.N: Cuándo habían fallecido los padres ?

AP: Habían fallecido primero el padre cuando él tenía dos años, y después muere la madre, un par de años después. Yo lo recibo a los pocos meses de haber fallecido la mamá, y él estaba viviendo con los abuelos maternos, y estaba así en un estado de absoluta pasividad, desvitalizado, sin deseo de jugar, de reír....

Dr.N : Y le resultaba evidente que ese chico estaba triste, y mostraba el dolor del duelo, un dolor mayor, por haber perdido a sus padres.

AP: Exacto!, Pero, lo que más me llamó la atención, es como el niño salió de ese estado doloroso.En un momento, la abuela paterna lo llevó a vivir con ella, y allí vivía un primito de su misma edad, y tuve la inmediata impresión, de que a partir del contacto con este primo, empezó a salir de ese estado en forma casi instantánea ...Empezó a reír, a jugar, y a tener un rostro sumamente expresivo y alegre, saliendo de su estado de dolor tan intenso, a partir de dicha relación, Es cierto que al mismo tiempo empezó a hablar de su mamá y a dibujar temas alusivos a la muerte, pero mi impresión es que esa relación con su primo cumplió una función fundamental para su mejoría...

Dr.N: Claro!, Claro, sin dudas! Porque le servia de otro con el cual podía identificarse, y esto forma parte del duelo, el duelo, es así! Es un trabajo de reintegración,de re-descubrimiento de sí, y para esto es muy necesario el otro, así que no sorprende que haya habido una buena reacción del niño a partir de esa relación.



Nuevo Milenio : - Año 2000 y El Porvenir del Psicoanalisis.

AP: Dr. Nasio, si le parece, para ir terminando,quisiera preguntárle lo siguiente: A veinte días del cambio del milenio, ¿Cómo observa usted la situación social actual de fin de siglo? Que impresión tiene usted de lo que parece ser un incremento importante de patologías relativas a la adicciones, a las anorexias y bulimias, a las fobias . ¿Cómo observa usted esto que vino ocurriendo hacia final de este siglo? Y ¿Cómo ve el porvenir del nuevo milenio? Y junto a esto ¿cómo ve el porvenir del psicoanálisis? Y Cuales debieran ser las cuestiones a las que debemos abocarnos los psicoanalistas según su opinión?

Dr.N: Bueno... voy a decir una frase, y si le parece, terminaríamos con esto: Yo creo que... no! No empezaría por yo creo (sonrisas).Le diría lo siguiente: El principio que me guía cuando escucho a un paciente, el principio que me guía cuando estoy frente a una situación nueva, es que la realidad depende en gran parte, en gran parte nada más, de mi propio deseo. Es mi deseo el que le va a dar fuerza y presencia a esa realidad, sentido a esa realidad, no quiero decir con esto que mi deseo determina la realidad pero, si determina el sentido que esa realidad tiene. Tampoco quiero decir que siempre es posible esto. Cuando yo escucho a un paciente y le propongo que haga usted la experiencia y a todos aquellos que nos leen, que hagan la experiencia, escuchen a un paciente y piensen que, la manera de escucharlos en silencio, determina la palabra del paciente: Escúchelo de la manera A y el paciente le va hablar de una manera A, escúchelo de la manera B y el paciente le va hablar de una manera B. Alguien me va a decir, pero como! Usted quiere decir que: ¿Es usted el que determina la palabra del paciente?. Yo diría que soy yo, mi escucha la que determina la vibración, la que determina el porte, el peso que toma la palabra del otro. Y bueno, diría así, generalizando, que este siglo que nace,va a ser lo que nosotros queramos que sea, va a ser el siglo que va a depender de nosotros, y lo que usted me está haciendo ahora con su pregunta, ya está determinando el tipo de siglo que va a ser....por lo menos el inicio.

Es decir, que el siglo va ser según como nosotros queramos que sea. No quiero con esto decir que él va a ser según lo que nosotros decidamos que sea. no! sino, que va a ser según, diría... va a tomar la orientación de nuestro deseo. Por eso, digo que... la pregunta no es ¿qué piensa del siglo próximo?, Preguntémonos ¿ qué es lo que nosotros vamos a querer en este siglo que nace? No se ocupe... yo le diría así,... no nos ocupemos de la realidad, ocupémonos de nuestra realidad interna: ¿Con qué esperanza acogemos este siglo que nace?, ¿Qué ideales tenemos, que ambiciones nos empujan y nos llaman? Y es allí que el siglo se va constituir y se va hacer. Para eso vamos a tener que esperar al próximo milenio, o al año 2010 para hacer el primer balance de los años.

AP. Y ¿cómo ve el porvenir del psicoanálisis?

Dr.N: De la misma manera, con la misma idea. Mientras haya entrevistas como la que estamos haciendo ahora, el porvenir es bueno, no porque es una entrevista conmigo, el porvenir es bueno porque usted está interesado, está haciendo una revista para Internet, es psicoanalista de niños... Está ... está abriendo, usted hace una revista que va a nacer en el año 2000. Para mí eso es un buen signo del porvenir del psicoanálisis, mientras haya proyectos como ese, mientras haya entrevistas como la que estamos haciendo usted y yo en este momento, y debe haber en este instante mismo en el mundo tres entrevistas más que se están haciendo del mismo tenor.... entonces, digo,que el porvenir es bueno!!

Articulo para suscriptores en la revista Fort Da.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Ud. habla de las formaciones de objeto donde hay una falta del Nombre del Padre, cuando habla del pasaje al acto, las lesiones de órgano y la alucinación. Yo entiendo que en la medida en que no lo podemos ubicar como lesión de órgano, con lo que coincido, es decir no dentro de las psicosomáticas, no podríamos pensarlo, en el sentido etiológico, como formación de objeto. Ahora, una vez que está instalado el cáncer, para el psiquismo, por como impacta en el psiquismo, ¿se puede pensar en ese orden?, ¿cómo formación de objeto?

J. D. N.: No, tampoco. Para mí la formación de objeto a es un producto psíquico, caracterizado por una alta toxicidad del goce del sujeto. ¿Qué quiere decir una alta toxicidad del goce?, quiere decir que la persona está corporalmente enferma, porque hay una tensión, una alta tensión psíquica en ella, debida sea a una pulsión de muerte que está revertida, vuelta contra ella, o sea porque ha habido un duelo no hecho. En fin, hay un elemento que ha desbordado, hay una tensión psíquica desbordante, que se ha convertido en tóxica. Y ahí la llamamos formación del objeto a. Esta expresión es para indicar que es una formación en la que lo que domina no es el símbolo, no es el lenguaje, sino que lo que domina es la toxicidad del goce, de una tensión psíquica...

¿Que supera la capacidad de procesamiento del aparato?

J. D. N.: Exacto, que desborda el aparato psíquico.

Ahora, cuando Ud. decía, por ejemplo en el caso de su paciente con hipertensión, que la hipertensión le había robado su lugar de analista, porque la dominancia del objeto no estaba en el lugar del analista sino inscripta en el cuerpo...

J. D. N.: Es cierto.

Si uno tiene un paciente que de pronto se enferma de cáncer, ¿hay una analogía en ese caso?, ¿no la hay? ¿Cómo puede trabajar un terapeuta con un paciente con cáncer?

J. D. N.: Sí, sí... Para trabajar con un paciente con cáncer, el terapeuta lo primero que tiene que hacer es escuchar al paciente si él se queja del cáncer, pero no hablar del cáncer, no abordar el cáncer en sí. Trabajar con el paciente en todo lo que es el movimiento positivo del cuerpo, considerar que el cáncer es una enfermedad debida a una falla, a una pulsión de muerte que se ha hecho excesiva.

¿Cómo sería eso?

J. D. N.: La pulsión de muerte no es que busca la muerte, la pulsión de muerte - es mi teoría y es una teoría de la que me hago cargo -, es una pulsión que busca regenerar al cuerpo. Como limpiarlo de todas las escorias inútiles, de todo lo que es inútil en el cuerpo, como regenerarlo, como limpiarlo, como sacarle todos los restos. Y en el caso del cáncer, es como si ese movimiento de regeneración se hubiera convertido en un movimiento tan excesivo que está produciendo una alta proliferación de células nuevas.

Entonces, lo primero que hay que hacer como terapeuta, es pensar que ese cáncer es como si el cuerpo se hubiera ido al otro extremo en la regeneración, como un exceso de regeneración, de nacimiento.

¿Y en ese punto sí lo relacionaría con la pulsión de muerte?

J. D. N.: En ese punto lo relaciono con la pulsión de muerte. Pienso que no es una enfermedad psicosomática el cáncer, pero es una expresión de una pulsión de muerte desviada, derivada, desbordante, excesiva, embalada, como un caballo enloquecido.

Entonces, con respecto al paciente, lo que hay que hacer es: Primero escucharlo quejarse si se queja; segundo, no abordar el problema del cáncer, no hablar del cáncer, no decir nada del cáncer. El terapeuta no habla del cáncer, habla de todo lo que es el cuerpo en la historia del paciente. El cuerpo de niño, el cuerpo de adolescente, cuándo apareció la menstruación, cuándo aparecieron los pechos, cuál fue la primera eyaculación, cuáles fueron las operaciones que tuvo, cuándo estuvo hospitalizado, cuándo se acuerda de que su mamá lo cuidaba porque había estado enfermo de gripe o de varicela. Toda la historia del cuerpo sano y enfermo, pero no hablar del cáncer de hoy.

Tercera posición: Escucharlo con algo en la cabeza, escucharlo con la idea de que la pulsión de muerte se ha embalado, que algo sano, un movimiento sano, que se llama desgraciadamente esta palabra muerte, que es una cosa... es siniestra, pero bueno, es así, en nuestro código, en nuestros términos, pero que algo sano, un movimiento sano de regeneración se ha embalado y ha producido el cáncer. Esto es lo que hay que tener en la cabeza en silencio, mientras el paciente es canceroso y lo sabe.

Cuarto: Si es un paciente avanzado de cáncer, con un cáncer terminal, con metástasis en el pulmón, en el cerebro, en los huesos, entonces hay que estar preparado para que él hable de lo que es morir, de lo que es dejar este mundo, de lo que es irse de este mundo, de lo que él hubiera querido ver que no va a ver, de lo que para él es importante como momentos en su vida, todos los momentos importantes de su vida. Pero no hacerlo en tono de punto final, hacerlo con una escucha dúctil, natural, llevarlo a ese diálogo de manera discreta, con tacto, con respeto, no apurarse y no dramatizar.

Esto es lo que yo le diría al terapeuta que trabaja con pacientes con cáncer. Si tiene suerte, ese terapeuta, lo que va a lograr es que el paciente tenga dos beneficios posibles: Primer beneficio, quizás que el cáncer se detenga y la vida se prolongue. El segundo beneficio posible, es que si él tiene que morir, muera lo mejor posible. Si se tiene que ir, que se vaya en las mejores condiciones.

Por lo que Ud. me dice, entonces, tratándose del cáncer Ud. no haría un proceso de significar, ¿Ud. lo dejaría, al cáncer en sí actual, vacío de sentido?

J. D. N.: Sí, al cáncer de hoy yo no le doy sentido, pero sí lo estoy significando, trayéndolo en la historia, hablando de la historia.

¿Rodeándolo?

J. D. N.: Claro, rodeándolo. Para darle sentido a una cosa, no hace falta necesariamente darle un sentido directo. Yo puedo darle sentido a una cosa, solamente inscribiéndola en una línea histórica, en una trayectoria de vida.
 
Antiguo 06-ago-2006  

El Nasio sobre todo de dos textos: “Los ojos de laura” y “La mirada en psicoanálisis”. En ambos textos Juan David Nasio intenta penetrar en aspectos de la experiencia analítica que del modo clásico resultan impenetrables: “vi unos ojos llorar” es el inicio de una interpretación/construcción que llevará al autor a proponer formaciones y mecanismos diferentes de los habituales: las formaciones de objeto a son un intento de dar respuesta a esas cosas que no tienen para él nombre desde la teoría clásica.

Y en la mirada en psicoanálisis dice, acercándose aún más a lo propuesto por los Botella: “cuando el analista está escuchando y de pronto se le impone una imagen, esa imagen que se le impone es también algo olvidado del paciente”...”supongamos que esta imagen en el analista es el retorno visual de lo reprimido, traumático y olvidado en el paciente. Diría mejor, es el retorno bajo la forma de la mirada de aquel dolor reprimido en el paciente, como si el dolor olvidado se convirtiera en mirada vista, en mirada que aflora; el dolor se olvida y la mirada aflora. El dolor viene a ser el retorno bajo la forma de una imagen que capta al analista y le roba la mirada”.

Y, ya por ultimo, en el dolor de la histérica escribe: “el analista mira lo que escucha, percibe visualmente el origen inconsciente de lo que oye”. Esto recuerda mucho lo que los Botella llaman la figurabilidad como luego explicaremos.

De otro lado, Joyce Mcdougall con su una mente para dos; Nicolás Abraham y Maria Torok con su transmisión transgeneracional; Christopher Bollas con lo sabido no pensado; y por terminar citaré a Julio Moreno que con su crítica al logocentrismo y a lo representable y a los efectos de las representaciones irrepresentables, que recuerdan muchas de las teorizaciones de los Botella alrededor de la memoria sin memoria.

Pero vayamos al texto, recopilación de ensayos a lo largo de 20 años. La línea que vértebra el texto parte de Freud, de las teorizaciones de Freud, de donde Freud las dejó y va mas allá aunque con un respeto absoluto por los desarrollos del maestro.

En el texto explican como la representación está en el centro mismo de la obra freudiana y que esta es una teoría adecuada para los casos de psiconeurosis pero que no sirve para los llamados casos límite.

Y entonces los autores dicen ”toda teoría que no tenga en cuenta la estrecha relación de representación, percepción y alucinación no está en condiciones de explicar globalmente al psiquismo” y partiendo de esta premisa exploran el texto de construcciones de Freud dando tres razones para considerarlo un texto capital del que ellos partirán para realizar sus propuestas teóricas. Las razones que dan son:

(1) la relativización de la rememoración como solución de la neurosis y la convicción como capaz de producir los mismos cambios estructurales. (2) el reconocimiento de la existencia de un pasado que no puede volver bajo la forma de representación-recuerdo, sino únicamente bajo forma alucinatoria, y (3) el análisis como trabajo de dos psiquismos: el analizado debe ser llevado a rememorar…el analista a construir lo que ha sido olvidado.

Los tres: la convicción, el retorno de un pasado no representado y el análisis como trabajo de dos psiquismos, son para ellos signos de una nueva teoría psicoanalítica. La propuesta de los Botella derivada de allí consiste en no limitar la teoría analítica al modelo único del conflicto y los mecanismos de defensa, para pensarla en una globalidad a partir del modelo del sueño.

Modelo muy querido por ellos y que pone en primer plano la importancia de la vía progrediente y regrediente y lo que se desprende de ellas, la articulación representación-percepción-alucinación. Y haciendo de ello el otro eje complementario y de igual importancia que el del conflicto psíquico.

De este modo los autores quieren poner en primer plano algo que para ellos es conocido pero olvidado. Que el aparato psíquico está dotado de dos direcciones, que como dice Freud: “en el sueño la excitación sigue una vía “regrediente”, en lugar de transmitirse al extremo motriz, se transmite al extremo sensorial y finalmente al sistema percepción.

Podemos llamar “progrediente” a la dirección en que se propaga el proceso psicológico al salir del inconsciente en estado de vigilia. Una hacia lo alucinatorio la otra hacia la representación, ambas son complementarias e inseparables. Las dos vías están en actividad simultáneamente día y noche, se entremezclan y relacionan estrechamente, No es una diurna y otra nocturna. Esta es la gran novedad que proponen.

Además, a la concepción de las vías surgidas del estudio del sueño como realización de deseo conviene añadir dicen los autores un elemento que cuestiona su validez.

Este elemento es el sueño de la neurosis traumática que no es ya realización de deseo sino repetición de percepción. Los Botella proponen (como Laplanche) para entenderlo, que el esquema de la interpretación de los sueños, el peine del aparato psíquico que Freud construye allí como representación grafica, se pliegue sobre sí mismo dando lugar a una vía distinta, no la vía regrediente de formación del sueño sino otra que llaman vía directa.

Vía directa a la vez alucinatoria y equivalente al reflejo motor. “un atajo en el que lo que esta figurado emergerá directamente de la percepción”. es, dicen, el sueño de la neurosis traumática en el que solo podrá figurarse una repetición idéntica de lo que había en el origen. Vía corta en el límite de la tópica; la más primitiva y en todo momento potencialmente activa.

Definición nueva a partir de aquí de lo alucinatorio como potencialidad normal y permanente que se despliega en la vía regrediente. Una tendencia, un estado de una cualidad psíquica constituido por la continuidad, la equivalencia, la indistinción percepción representación.

La diferencia entonces entre lo percibido y lo que se percibe, lo figurado y el que figura se borra; la representación de objeto que viene del exterior hace una unidad con la representación de la pulsión que emana del soma; que se cumple.

El yo diurno lo frena, lo regula, por medio de la prueba de realidad relativizando su potencia. Se producen elementos sensoriales muy vividos que no desembocan a algo exterior: es la figurabilidad, los sueños diurnos, la vivacidad de las representaciones y de los recuerdos (el amarillo de las flores del recuerdo de Freud). Sentimiento de evidencia, de convicción…

Dicen los autores que ellos buscan un abordaje autoperceptivo dentro de las reglas del análisis y el encuadre que permitan al analista una regresión formal de su pensamiento.

La atención flotante conduce al analista a los limites de las asociaciones de las representaciones y desemboca en un cuasi-alucinatorio, lo mas frecuente bajo la forma de una imagen visual, o palabras sueltas que emergen de la aproximación, de la captación de una zona de no representación del paciente.

Esto es, dicen, una herramienta indispensable para el analista, para abordar cierto tipo de traumas infantiles que tienen la particularidad de no haber tenido acceso nunca a la cualidad de representación. Mas que hacer consciente lo inconsciente se tratará de “hacerse (devenir) consciente”.

En conclusión: cuando el pasado no puede volver bajo la forma de recuerdo representado, su tendencia será la de tomar la via regrediente bajo la forma alucinatoria, con la mayor frecuencia en los sueños, o incluso bajo la forma acto o de afecto invasor. El trabajo del analista consistirá en saber servirse de sus propias potencialidades regredientes y/o de su experimentar contratransferencial a fin de facilitar el advenimiento de este pasado no representado.

Proponiendo entonces una interpretación con características diferentes de la interpretación clásica: creadora de sentido más que reveladora de sentido; sobre la vía regrediente mas que sobre la progrediente; formulada según la segunda tópica y no la primera; tomando como modelo el trabajo del sueño más que su interpretación; del lado del orden visual mas que del lado de la representación

Confrontado a lo desconocido traumático el analista tendrá tendencia a solucionar la situación gracias a un trabajo de figurabilidad y podrán surgir en él interpretaciones intuitivas, que abran el camino a lo irrepresentable inaccesible de otro modo al análisis.

Esta figurabilidad tendrá raíces a la vez en el inconsciente del analizado y en la capacidad del analista de crear según el modelo de las teorías sexuales infantiles. Pudiendo constituir el reflejo, el complemento del funcionamiento psíquico del paciente.

El trabajo en doble opera así entre dos psiquismos: uno refleja en sí lo que es sólo potencial en el otro. La complementariedad (A.Green) es tal que el objeto psíquico sólo está completo en la unión del trabajo de dos psiquismos.

Trabajo en doble. Capacidad, fuera de los órganos de los sentidos, de percepción primitiva, inmediata, de otro psiquismo, comparable a la figurabilidad, a la percepción endopsiquica de un sueño, momentos telepáticos de transferencia de pensamiento que casi asusta. Pero si se supera el miedo pueden dar lugar a llevar el análisis más allá y a resolver parones que no podrían resolverse de otro modo.

la tesis queda enunciada en estas breves líneas, la obra desarrollada con artículos que van sucediendose a lo largo del tiempo es rica en casos clínicos que dan vivacidad y verosimilitud a lo enunciado. La apuesta, fuerte y arriesgada, abre nuevos caminos al análisis, una ciencia que toma la tradición de su pensamiento y en manos de los autores no teme avanzar.

¿Olvidaremos al asustarnos o acompañaremos a los autores más allá en su apuesta por conseguir hacer avanzar el análisis?. La apuesta esta hecha, la respuesta …en cada diván.
 
Antiguo 06-ago-2006  

Evidentemente no me he leido todo el texto,(podriamos estar todo el mes )

Sobre el psicoanalisis una cosa. El hombre a intentado dos imposibles intentar cambiar el pasado, el psicoanalisis, y predicir el futuro, el tarot, oraculo.
Los dos son imposible porque ni el pasado ni el futuro existen. Lo unico cierto sobre el futuro es que es incierto nadie sabe lo que va a pasar en el proximo momento.
El futuro nunca llega siempre es hoy y el pasado ya no existe, es como una burbuja de jabon, solo existe en tu mente solo esta en tu memoria como una pelicula.
Lo que hace el psicoanalisis es , bueno tienes un problema pues vamos al pasado arreglemos todo el pasado, arreglemos una burbuja de jabon. Tu problema tiene que venir del pasado en futuro nunca llega no puedes crear problemas y en el presente es imposible no hay espacio, asi que los problemas nacen en el pasado.
Vamos 10 años a atras o mas cuando tenias 6 años un poco mas cuando tenias 3 años.

Si quieres arreglar tu problema centrate en el presente. Arreglalo desde el presente lo demas es una perdida de tiempo
 
Antiguo 06-ago-2006  

Cita:
Iniciado por isaver
no olvidemos que la pulsión puede tener un impacto traumático más fuerte que el de un acontecimiento exterior
Hola Isaber, son muy interesantes los articulos que has enviado. Gracias por haberlo hecho. Los acabo de leer muy rapido pero estos textos requieren leerlos lentamente y despues pasarse un tiempo reflexionando sobre ellos, asi que los he guardado en mi ordenador para releerlos.
Ahora tan sólo queria comentar esas lineas que he extraido. Siempre me ha llamado mucho la poca trascendencia que da el psicoanalisis ( y otras corrientes que no tienen nada que ver con el, como la psicologia cognitiva ) a los acontecimientos exteriores. Mi opinión es que esos acontecimientos sí que pueden tener una gran capacidad traumática. El mismo Freud me parece recordar que admitia que algunas neurosis podian tener un origen exclusivamente traumático.
Un saludo.
_________________________________
Grupo Alicantino de Ayuda Mutua
http://www.mioforo.com/ansiedad
 
Antiguo 06-ago-2006  

Cita:
Iniciado por socrates
Si quieres arreglar tu problema centrate en el presente. Arreglalo desde el presente lo demas es una perdida de tiempo
No sólo el psicoanalisis considera importante el pasado para arreglar un problema, la medicina por ejemplo lo hace también. No sé si te habrás dado cuenta de que cuando vas al médico ,después de escucharte, lo primero que hace es leer tu historial clínico. Lo que te ha sucedido en el pasado ( a nivel orgánico ) puede que provoque efectos en el presente. El médico no lee tu historial clínico para arreglar lo que te sucedió en el pasado ( o sea, los traumas orgánicos que sufriste ), sino para comprender lo que te está pasando en el presente.
Un saludo
 
Respuesta


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