Queridos amigos,
Me gustaría hacer mi aportación esperando que pueda ser comprendida por visitantes no técnicos. Como persona que ha tenido la oportunidad de profundizar en la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT), estoy bastante de acuerdo con Espina en que hay una diferencia fundamental entre esta terapia novedosa, clasificada dentro de las llamadas Terapias de Tercera Generación, y las terapias cognitivas más clásicas como la Terapia Racional Emotiva. A la base de ACT está una invitación a la aceptación radical de emociones, pensamientos, recuerdos, y en general cualquier tipo de barrera psicológica, que interfiera a la hora de actuar en la dirección hacia la que apuntan nuestros valores. Es decir, es una terapia centrada en que la persona pueda manterse activa y centrada en las cosas que cada uno considera realmente importantes, a pesar de que estén presentes determinados pensamientos o sensaciones que en ocasiones nos "enredan" y nos alejan del presente, del aquí y el ahora (como los miedos, la ansiedad, los pensamientos negativos, los recuerdos...). En este sentido, a la hora de fomentar la conciencia de las emociones sin intentar modificarlas, observándolas "desapasionadamente" podríamos decir, su filosofía subyacente se aproxima más a determinadas filosofías orientales que a las terapias cognitivas, aunque ACT surge desde un enfoque científico y ligada a la investigación.
En este sentido, se diferencia de las terapias cognitivas y cognitivo-conductuales de segunda generación en que no se centra en modificar los pensamientos o emociones, sobre todo cuando la experiencia muestra que ello es contraproducente, porque no querer pensar, o no querer tener presente un pensamiento, o luchar para disminuir una sensación, paradójicamente lleva a que dicho pensamiento o sentimiento persistan o incluso interfieran todavía más. La terapia es muy experiencial y se centra en el entrenamiento de habilidades orientadas a estos objetivos, y no es por tanto un enfoque racional o teórico, a pesar de que se entronca en la tradición conductual.
Es una terapia que está resultando muy efectiva en multitud de aplicaciones, como los problemas de ansiedad, estrés postraumático, dolor crónico, depresión... aunque dada su juventud, la investigación en torno a su eficacia y sus fundamentos todavía está siendo desarrollada. Las personas interesadas pueden encontrar información en la web del
Instituto ACT, que es un centro pionero en la introducción de esta terapia y está integrado por un equipo de psicólogos clínicos en Madrid.