Muy fea tal vez no, pero fea sí, siempre y cuando por alguna extraña razón me llegue a gustar poco a poco...
El otro día conocí a una jóven alta, delgada, de brazos y piernas largas, con brackets en la dentadura; siempre usa playeras y pantalones de mezclilla.
Ella solía llegar al negocio donde trabajo. Al principio no me gustaba y cuando yo ocupaba una de las computadoras que tenemos, casi siempre se sentaba a mi lado habiendo otras 6 máquinas libres
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Supongo que llamé su atención por alguna razón que nunca entenderé, sin embargo, ella a mi nó y fué hasta después de un tiempo (1 mes tal vez) que empezé a sentir un gusto extraño por ella, veía su sonrisa y me parecía tan tierna que...
Cada vez me gustaba más y más; al grado de que la terminé viendo como una mujer muy ¡Bonita!
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El problema es que ahora sí que me ponía nervioso cuando estaba cerca de mí, quería, es más, sentía la necesidad de hablarle, pero no sabía qué decirle o cómo iniciar una conversación, no sabía nada de ella y no me gusta espiar a los clientes a través del servidor...
Después de unas semanas ella me preguntó si podía ayudarle con un trabajo (creo que era de su hermanito) y alegremente le dije que sí.
Le pasé una silla y enseguida se sentó cerca de mí, tan cerca, que casi no podía ni respirar de los nervios.
Sentía como su mano se encontraba a cada rato con la mía y cuando hablaba la voz me temblaba un poco
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Me preguntó varias cosas sobre mí más que del trabajo por el que me pidió ayuda, pero yo solo acertaba a responder de forma monosílaba, no era capaz de preguntarle nada, debí haberle parecido muy cortante.
Mi comportamiento fué pésimo. Supongo que por eso no volvió a llegar desde entonces y le doy toda la razón, estas son las experiencias que a veces prefiero no recordar porque me llenan de asco hacia mí mismo.