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12-may-2012
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Zima, creo que deberías llamar a Iker Jiménez. Contigo tiene caso para llenar Cuarto Milenio...
Cerebro: estoy de acuerdo contigo en el hecho de la angustia que experimentamos cuando pensamos en la extinción de la consciencia. He podido experimentar una sensación, no sé si será algo generalizado o exclusivo mío, como un mareo, un repelús, al pensar en que mi apreciado yo (y por lo que veo en algunos miembros del foro y en la sociedad en general, mucho más valorado todavía) dejará de existir, perdiendo esa maravilla llamada la identidad, el fluir de una consciencia uniforme, constante, que mantiene la continuidad de una criatura denominada Verandris, la cual renueva todas sus células de la epidermis en un plazo de 15 o 18 días. Sin embargo, no nos damos cuenta que las neuronas son también células y aunque de mayor aguante, también tienen los días contados.
Sin embargo, para dotar de mayor optimismo a un tema ya de por sí destinado a lo peor, y sin necesidad de forzar ni de malear la verdadera naturaleza de la muerte (soy de los que piensan que es tan enfermo deprimirse y no salir de casa como andar medio colocado en un campo de muertos, léase "La vida es bella"-> joder, eso no es normal, algo no encaja), me doy cuenta de que, como ya hemos hablado, no tiene sentido temer a algo que todavía no es y que cuando llegue ya poco importará. Lo terrible son esos momentos de agonía, ojalá se pudiesen evitar. Si a mi me asegurasen que me voy a meter en la cama y que ya no saldré vivo de allí, firmaría por esa muerte plácida con los ojos cerrados.
Autoobstáculo: yo también confío en la Física como prueba de que tal vez el universo nos tenga reservadas un puñado de sorpresas tras nuestra muerte. Así como en ciertas revelaciones de la filosofía oriental (no he leído a Krishnamurti pero sé que es uno de los maestros de sabiduría oriental más respetados... eso va por Aintzane y Nosomosnadie). Sólo el hecho de pensar en que pueda existir un ciclo eterno de vida y muerte en diversos cuerpos, con un alma como hilo conductor de toda una serie de encarnaciones con el objeto de aprender y conseguir la iluminación, propia de una divinidad que forma parte de nosotros y que la animalidad de nuestros cuerpos no logra disimular, me llena de esperanza y calma.
Yo siempre he tenido profundas convicciones religiosas. Como todo ser humano... y además alimentadas por la religión católica en la institución educativa en la que me destinaron mis padres. De pequeño siempre pensaba en lo siguiente: ¿Acaso la manera de conseguir llegar al cielo podría ser un sistema de puntos (cuando llegó el sistema de puntos como medio de penalización en el código de circulación me hizo mucha gracia) basado en mis buenas o malas acciones? ¿Cual es la tabla en la que están clasificados esos puntos? ¿En qué registro se anotan esas acciones? Nunca hallaba respuesta. ¿Tal vez porque todo era una patraña? Quizás sí o quizás no.
También he tenido un interés prematuro en la ciencia, sin ser esta mi vocación profesional y sin que pueda tratar a las matemáticas con cariño, de hecho las odio. Por ello, admiro a todo divulgador que sea capaz de explicar el conocimiento científico actual usando el mínimo de fórmulas posibles. Ahora mismo tengo cuatro nombres en mente y podían ser más. Carl Sagan fue el primero. Michio Kaku fue ese sucesor que estaba buscando y lo hallé hace unos cinco años. Y Punset, por supuesto, como la figura hispana que tanto necesitaba la ciencia nacional después de otro gran nombre como Manuel Toharia.
¿Y por qué nombrar a la ciencia para explicar algo tan preternatural como la muerte? Pues como bien habéis comentado, a medida que la ciencia avanza va ocupando territorios anteriormente llenos de divinidades, de superstición, de lo innombrable. Sin embargo, la muerte siempre quedará como el gran enigma, el único campo al que las probetas y los instrumentos de medición jamás alcanzarán y, por tanto, terreno ideal para las religiones organizadas pero también para los cultistas, la superchería y la irracionalidad del vendedor de mitos y leyendas.
Aunque siempre nos quedará la esperanza de que como antes el mundo invisible o el de lo muy lejano fueron revelados al ojo atento del científico, quizás algún día esas otras dimensiones y recovecos oscuros, tan remotos que llegan hasta más allá de lo observado por el telescopio Hubble o tan próximos como el corazón y el alma humanos o como esa bandera que ondea y que casi puede ser sentida por el instrumental científico, la bandera de dimensiones a nuestro alrededor que son invisibles a nuestra vista como lo es el cuerpo humano desde la perspectiva de un ácaro o un hipercubo a los ojos de cualquiera de nosotros.
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Última edición por Verandris; 12-may-2012 a las 09:17.
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12-may-2012
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La verdad es que aunque la ciencia siga con sus teorías, como las del Universo holográfico, el cerebro holográfico, el cerebro cuántico de los microtúbulos, las supercuerdas, etc., siempre quedará la duda epistemológica sobre si es posible que un subproducto del Universo, como es el ser humano, es capaz de comprenderse a sí mismo. Es decir, ¿puede el Universo comprenderse a sí mismo?
Hay científicos que sugieren que somos nosotros quienes creamos la realidad, e incluso que todos somos el mismo "yo". Nunca se despejarán esos misterios tan increíbles, y sólo por contemplar esos misterios que nos rodean ya merece la pena vivir.
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12-may-2012
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Cita:
Iniciado por Auto-Obstáculo
La verdad es que si hacemos caso de las diferentes teorías cosmológicas incipientes, como la del Universo ciclico, los infinitos universos paralelos, la Teoría M, etc., entonces podemos decir que existimos de forma perpetua porque, aunque muramos, la sensación subjetiva de existencia del "yo" tendría una continuidad. Es decir, muero ahora, y dentro de x millones de años vuelve a formarse la combinación de moléculas que permiten existir a mi "yo".
Además, quizá a ciertas escalas, el concepto de entropía deja de tener sentido y el tiempo es reversible e incluso simultáneo. A lo mejor, yo existo en este mismo instante y también cuando tenía cinco años.
Confiemos en la Física!
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También yo he pensado en el Multiverso, los ciclos, etc, y el hecho de que para un muerto la eternidad es menos que una millonésima de segundo, y los dados podrían caer de nuevo en la posición que permitió nuestra existencia. ¿Podría la consciencia "repetirse"? ¿Podría estar muerto en un universo y vivo en otro universo paralelo? La verdad es que si mi "otro yo" en un universo futuro, pasado o paralelo no me deja ninguna impresión ni recuerdo o esperanza, se me escapa cómo podría ser "yo" o servirme de algo. La verdad es que se me escapa el tema. Ni siquiera ahora soy capaz de entender por qué motivo yo soy yo y no soy tú, y tú no eres yo. Pero eso no me tranquiliza. No puedo evitar preguntarme dónde está el "yo" de una persona con el cerebro dañado y en estado vegetal. ¿Sabe que existe?. Si no sabe ni cómo se llama, ni sabe dónde está, ni siente, ni recuerda, ni padece, ni piensa, y todo por una causa conocida como una lesión o enfermedad en el cerebro.. ¿No demuestra eso una relación muy estrecha entre el cerebro y la consciencia? ¿Y no es la destrucción del cerebro y los sentidos el final del yo?
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12-may-2012
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Cita:
Iniciado por GARAITEZIN
También yo he pensado en el Multiverso, los ciclos, etc, y el hecho de que para un muerto la eternidad es menos que una millonésima de segundo, y los dados podrían caer de nuevo en la posición que permitió nuestra existencia. ¿Podría la consciencia "repetirse"? ¿Podría estar muerto en un universo y vivo en otro universo paralelo? La verdad es que si mi "otro yo" en un universo futuro, pasado o paralelo no me deja ninguna impresión ni recuerdo o esperanza, se me escapa cómo podría ser "yo" o servirme de algo. La verdad es que se me escapa el tema. Ni siquiera ahora soy capaz de entender por qué motivo yo soy yo y no soy tú, y tú no eres yo. Pero eso no me tranquiliza. No puedo evitar preguntarme dónde está el "yo" de una persona con el cerebro dañado y en estado vegetal. ¿Sabe que existe?. Si no sabe ni cómo se llama, ni sabe dónde está, ni siente, ni recuerda, ni padece, ni piensa, y todo por una causa conocida como una lesión o enfermedad en el cerebro.. ¿No demuestra eso una relación muy estrecha entre el cerebro y la consciencia? ¿Y no es la destrucción del cerebro y los sentidos el final del yo?
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Quizá la consciencia sea una ilusión, al fin y al cabo. ¡Menos mal que siempre nos quedarán misterios irresolubles!
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13-may-2012
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Ahora, para los interesados en el tema, especial monográfico sobre el más allá en "La Rosa de los Vientos", el programa de radio nocturno de Onda Cero.
Muy recomendable, aunque es necesario tener un poco de espíritu crítico para disfrutarlo mejor.
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13-may-2012
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Bien... debo decir que hay cierto tipo de coincidencias que me estremecen. Cuando mencionamos tópicos de universos paralelos, de la relatividad del tiempo, de ciertos lugares en el espacio donde este podría repetirse en una eterna e infinita sucesión (agujeros negros).
Y digo me estremece, por que, surgen las preguntas que algunos en el pasado se han hecho. ¿ Todo se repite ? Nietzche mencionaba: Esta vida, tal como ahora la vives y la has vivido, tendrás que vivirla una vez más e innumerables veces más; y no habrá nada nuevo en ella, sino que cada dolor y cada alegría y cada suspiro y cada pensamiento y todo lo indeciblemente pequeño y lo indeciblemente grande de tu vida ha de retornar para ti, y todo en la misma serie y sucesión, e incluso esta araña y este claro de luna entre los árboles e incluso este instante y yo mismo. El eterno reloj de arena de la existencia es vuelto siempre de nuevo y tú con él, partícula de polvo entre el polvo”.
Cada setecientos años florece el laurel. No otro laurel, si no el mismo ¿ Todo se repite? ¿ Habré escrito antes estas mismas palabras, estas mismas ideas ?
Si es que lo he hecho. Estoy convencido que hay una finalidad. Aunque no la comprenda.
En estos comentarios de Nietzche, me parecen bastante similares algunos conceptos relativos a la física cuántica. Tal vez las concepciones de pasado, presente, futuro son lo mismo, simplemente hablamos de la consciencia que se desplaza. El tiempo como ilusión, el ser como ilusión.Encerrados ambos en la cosnciencia eterna.
Jorge Luis Borgues mencionaba: En la escala de lo cósmico toda la física moderna nos enseña que sólo lo fantástico tiene probabilidades de ser verdadero.
" El mundo no es absurdo ni difícil. Ni el espíritu inepto para comprender. Al contrario, es posible que el espíritu humano haya comprendido ya el mundo. Aunque no lo sepa todavía".
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