Te entiendo. Mis sentimientos se encuentran prácticamente extintos, especialmente los que son tenidos por "positivos", como el amor.
Comencé a domeñar este sentimiento en la adolescencia - casi en la niñez - y, aunque he tenido algunos altibajos, podría decirse que aquella efímera emoción siempre me ha sido esquiva. No obstante, es recién hace poco cuando pude percatarme hasta que magnitud me era ajena.
Sí, me enorgullezco de esto. Me enorgullezco de que mi razón subyugue a mis emociones. Empero, reconozco que también tiene sus contras. El problema surge cuando, por algún motivo, me veo en la "obligación de sentir". Al haber casi extirpado estas emociones, no las conozco; y cuando las tengo las percibo impropias a mí, por lo que me muestro confuso y abrumado. Eso me sucedió en la muerte de mi abuela; fui el único que no lloré, ni mostré amargura, ni molestia, solo confusión.
No tengo amistades, ni pareja, pero hace poco llegué a tener una relación de índole romántico por internet. Sucedió algo similar a lo que pasó en la muerte de mi abuela. Al tener que sentir me vi abrumado y confundido, e hice lo que hago siempre, me alejé.
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