Tengo un poco de miedo.
Lo evito o disminuyo de muchas formas:
1. Me digo que duele, pero que tampoco es para tanto. He pasado cosas peores y/o pasaré cosas peores. Es tolerable. No es para tanto.
2. Me digo que el sufrimiento es parte de la vida y debo aceptarlo como tal y ser consciente de que de vez en cuando viene, porque así es la vida.
3. Me digo que aunque sienta dolor, eso no significa que haya un motivo real por el cuál yo tuviese que sentirlo. Normalmente no hay ningún motivo.
4. Me concentro en otras cosas.
5. Me digo que es imposible saber qué me deparará el futuro y que, por lo tanto, no voy a comerme el coco pensando que este dolor no me abandonará.
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