¿Eres tímido o tímida? ¿Te crees "raro" o "rara"? ¿Es difícil para ti a hablar a la gente y eres capaz de desmayarte si tienes que hablar en público?
Si lees este artículo posiblemente no lo podrás superar de la noche a la mañana pero con seguridad podrás entender mejor lo que te pasa y encontrarás algunas pistas que te pueden ayudar.
Comenzaremos por desmentir un par de mitos:
Mito 1: La timidez es un mal, un "desorden" psicológico que debe ser "curado".
Creer esto equivale que más o menos la mitad de la humanidad está psicológicamente enferma, la realidad es que simplemente no somos iguales, desde la prehistoria existían diferentes tipos psicológicos definidos ya por los filósofos de la Antigüedad y cuyo estudio fue desarrollado en nuestros tiempos por Carl Gustav Jung , psicólogo suizo que indicó que podríamos dividir a todos los seres humanos en dos grandes categorías:
extravertidos que son personas sociables, de fácil trato, algunos líderes por naturaleza
y los introvertidos que tienen predisposición hacia su mundo interior, sus pensamientos y sentimientos.
El introvertido normalmente está satisfecho con propia compañía y con pocos amigos cuidadosamente seleccionados (que suelen ser para toda la vida), no le gusta el bullicio de una fiesta y en su interior considera que los extravertidos son unos tíos pesados e inmaduros.
Es íntimamente compenetrado con su vida interior, que suele ser muy rica y abundante en imágenes, a menudo los que le rodean lo consideran un "intelectual", una persona dotada de cierto carisma y sabiduría pero en el fondo el introvertido no está contento y siente cierta envidia de los extravertidos, está muy consciente de su torpeza social y a veces cree que si fuese igual a ellos la vida sería más fácil.
Pero es una apariencia: en realidad los aparentemente bien adaptados extravertidos también suelen tener sus problemas, por ejemplo, no soportan la soledad, si su teléfono no suena durante una hora se sienten fatal, y un fin de semana sin una fiesta puede llegar a ser su peor tormenta.
Y ambos tienen razón: todos debemos desarrollar un poco lo que nos falta: los introvertidos deben explorar su extraversión (y es que sí que la tienen pero está sepultada en su inconsciente) y los extravertidos su lado introvertido para estar a gusto con ellos mismos y conocerse mejor.
Mito 2: La timidez puede "superarse".;
Ya lo probaste de todo y te sientes mal, te consideras incapaz porque tu timidez sigue ahí.Pues es absolutamente "normal", es tu naturaleza introvertida que no puede cambiar pero sí, puede complementarse si desarrollas tu lado extravertido.
Sí: eres también un extravertido aunque no lo sepas porque esta faceta tuya esta en tu inconsciente, probablemente hasta te persigue en tus sueños como una sombra, entonces, la tareas es comprender esta faceta e integrarla en tu vida pero esto no cambiará tu naturaleza profunda.
Si no me crees, basta con que leas las autobiografías de muchos famosos: lideres políticos que encendían a las muchedumbres con sus discursos, jefes de Estado, actores y actrices famosos, muchos confiesan que son tímidos e introvertidos por naturaleza.
Parece contradictorio, ¿verdad? Pero también es verdad que un tímido-introvertido una vez que haya comprendido y sobre todo aceptado su naturaleza puede ser capaz de hacer las cosas que ahora te parecen imposibles: tener muchos amigos, una agenda muy apretada e incluso (aunque no me lo creas) disfrutar hablando en público.
Bueno, ahora que comprendiste que no eres un "raro" ni que necesitas curarte pasaremos a una parte práctica. Definitivamente si te sientes insatisfecho con tu modo de ser actual hay que hacer algo. Aquí van algunas alternativas, dependerá de tu personalidad cuál es mejor para ti:
1. Psicoterapia - bueno, no es solo la cosa para "locos", puede ser útil si encuentras un terapeuta con el que puedas establecer una relación de confianza y cuyas ideas sean afines con tu modo de ser. Existen unas cuantas escuelas psicológicas, pero tu terapeuta no debe pertenecer necesariamente a una escuela en especial, actualmente existen muchos que no están afiliados a ninguna de ellas pero tratan de reunir lo mejor de cada una, la escuela de tu terapeuta no tiene tanta importancia como la relación de confianza que pueda establecer contigo.
2. Asistir a un curso de teatro o de oratoria puede ser tan bueno como una terapia: de hecho, los actores y oradores profesionales recurren a las mismas técnicas que los psicoterapeutas profesionales.
3. Posiblemente el camino más difícil pero igual de estimulante: trabajar a solas. Esto implica la capacidad de leer mucho, pensar mucho, de sincerarte con la gente (porque eso sí, si trabajas a solas sin un terapeuta o un profesor que te asista necesitas más que nadie ponerte en contacto con la gente). Puedes comenzar por las personas en las que más confías y poco a poco tratar de mostrarte tal como eres a los demás. Puede parecer duro, a veces te sentirás incomprendido pero después esto te ayudará a comprender que es imposible agradar a todo el mundo y si alguien no acepta tu manera de ser esto no te quita valor, resumiendo: aprenderás a amarte a ti mismo, que es el primer paso para comenzar a amar a los demás.
Suerte!