En primer lugar mis saludos a tod@s,
[email protected], en segundo, disculparme por no haber escrito antes.
Antes de nada y después de haber leído desde el principio, me he dado cuenta de una falta de ortografía por mi parte: "relevado" y no "relebado" como puse, quizá debido a a que ambas letras están juntas en el ordenador.
Sí, en efecto soy Paco, quién tiene la fobia social y, en efecto, ya tengo 67 años....han pasado muchos años desde que entré en este foro. Os he leído a tod@s y os agradezco vuestras palabras, aunque algunos de vosotros, no sé si con fobia social o no, parece ser que tenéis opiniones algo discutibles...pero no por ello voy a dejar de responder o aclarar, mejor, mi actual situación.
Continúo con la FOBIA SOCIAL en la actualidad que, según me dijo una psicóloga era para toda la vida, aunque se atenuara a lo largo de la misma. Exactamente me dijo: "Paco, ten presente que tu cuadro va para largo largo, tendrás que acostumbrarte a tener un "brazo menos" durante toda tu existencia"...y, éso está ocurriendo, la FOBIA NO CESA. Físicamente, y a pesar de mi edad, estoy magníficamente bien: fuerte y con muchas ganas y deseos de vivir.
Sin embargo, como ya os comenté, estoy viviendo y acostumbrándome a "vivir sin ese brazo", es decir, sigue la FOBIA pero desde luego muy atenuada, gracias, creo yo, no a ese "mal llamado efecto placebo" que alguno ha nombrado, sino a a Dios, "REAL Y VIVO" que diariamente me pone unas "tareas" y que intento cumplir a rajatabla aunque, a veces, como hombre que soy falle estrepitosamente...pero me levanto rápidamente y vuelta a empezar.
Ya tengo un nieto de 11 años y me vuelco con él todo lo que puedo, ensenándole cuánto sé y mi capacidad da de mí.
En cuanto a mi esposa e hijos, todo ha cambiado, es decir, atrás quedaron las "bebidas alcholicas y los juegos" (creedme, tapadera de la FOBIA SOCIAL, sin duda)...y, ellos se sienten felices de mi cambio, aunque como ya os digo, la FOBIA está ahí, siempre a "tiro de piedra"...no se aleja, no se marcha, permanece. Los míos han comprendido mi enfermedad y me dan todo su apoyo, algo que me llena de orgullo y sastisfacción al poseer tan GRAN TESORO como es la familia.
No quiero quitaros más tiempo y, por ello, ya me despido de vosotros, esperando, a los que tienen esta enfermedad que tengan a su lado primero a Dios, si es creyente y, sino a su familia...ambas son necesarias, según mi parecer, para la obtención de un mejor rendimiento en estas casi incomprensibles enfermedades.
Os saludo desde Alcalá de Henares, enviándoos un abrazo, si me lo permitís.
Si alguien quiere escribirme por e.mail, que no lo dude, que lo haga y hablamos.
Paco