Soñé que...
soñaba la realidad y lo que imaginaba no eran sueños, era la vida.
La luz entraba por la ventana de mi habitación e iluminaba los rincones más oscuros donde antes me escondía.
El viento soplaba con tanta fuerza que se llevaba lejos las sensaciones extrañas que atacaban mi corazón, los pensamientos que aturdían mi cabeza.
La lluvia limpiaba las palabras hirientes que existieron hasta que desaparecían sus rastros y consecuencias.
El fuego quemaba toda huella de tristeza, dolor y sufrimiento
Soñe que...
Era un árbol más del bosque, de diferente color y forma, pero que contribuía a dar sombra a aquellos que la necesitaban.
Era un ave con las alas impecables, alzando el vuelo hacía la libertad.
Era parte de las raices que están ahí, alimentando, auque su presencia sea discreta.
Era una ola golpeando sobre el acantilado, rugiendo como las demás.
Pero al despertar...
los sueños fueron sueños y...
La luz se esfumó dejandome en tinieblas
El viento aullo con un sonido ensordecedor
La lluvia indundó todas mis esperanzas
El fuego quemó mis ideales
Fui el arbusto más insignificante del bosque, cubierto por el resto
Me cortaron las alas y con ello mi libertad
Fui una raíz inexistente, oculta y pisoteada
Fui una ola que nunca llegó a romper, una ola muda
Y soñe que... me quedaba en sueños