El
tiempo llega a pasar lento cuando se trata de una
situación difícil por la cual se está viviendo y al contrario, cuando se vive momentos felices es rápido ese breve instante de la felicidad.
Y de ahí mi suposición de que la felicidad es efímera, se enciende en la noche como una
luciérnaga sobre la extensa ciénaga en la que vivimos, un pequeño brillo de éstos puede quizás verse como una estrella en el firmamento y es cuando pensamos que aquel momento fue mágico, ya está en el cielo y mira como brilla, tan lejos, tan pequeña y tan inalcanzable.
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Así como los primeros marineros que usaron las estrellas para navegar a través de las penumbras nosotros usaremos de ellas para guiarnos por nuestro camino, camino que algunas personas ya han recorrido, camino que nosotros debemos tomar pero que no sabremos y quizás nunca sea hasta donde parar nuestro largo trayecto.
Sin embargo las cosas
tristes y
traumáticas hacen de las noches largas, los días grises, los colores opacos y los olores pobres, no hay segregación de
serotonina y por lo tanto entramos con los pies sumergidos en fango, cada paso que se da es difícil y pesado, se siente de un viaje pesado y que no se desea continuar, se está solo aún cuando realmente estás rodeado de gente que te aprecia pero por la dificultad de la escena solo centrarse en un punto queda.
Felicidad y tristeza, dicotomía de sensaciones y es sin dudar ésta última mencionada la que nos marcará de por vida.
¿son felices?, yo me ahogo en un vaso de agua medio lleno o medio vacío.
Saludos