Antonio Or

Disculpad el rollo...

Ni siquiera se poner en palabras como me siento. Ya ni siquiera muy deprimido, más bien sólo desesperanzado.
Muchos verán otra cosa, pero yo creo que mi vida ha sido un completo y total fracaso con mis casi 29 años.
Se suponía que debía estar en otro sitio, de otra manera. He nacido en el primer mundo en una clase media-alta, me han querido, he tenido oportunidades, y he poseído una serie de cualidades que muchos envidiarían.
No sé qué rumbo tiene mi vida, siento que todo lo que vaya a hacer en adelante no tendrá más propósito que mi supervivencia. Paso a paso hacia la decrepitud.
El problema es que cuando tienes 15 o 20 años puedes estar mal, pero te crees o quieres creer determinados mensajes: que ya encontrarás tu camino, que ya conocerás alguna chica que te guste, y que tú también la gustarás y todas las piedras afectivas que lleves en la mochila dejarán de pesar. También que aprenderás a manejar determinados sentimientos que te abruman, y por supuesto que habrá gente que valore la personalidad del chico tímido que eres. En las pelis pasa, el típico chico retraído que tiene algo que una chica maravillosa ve, o el que por una experiencia reveladora encuentra su vocación y hace algo para cambiar el mundo, o aquel en que aparece alguna figura iluminadora, un psicólogo, un maestro, que le ayuda a dar sentido a su vida. El último de los mensaje que me quise creer es el de que el que se empeña en algo lo consigue. La realidad ha resultado ser bastante más dura y ahora soy más descreido.

Ya estoy camino de los 30 y bien, y sigo igual que con 20, sólo que ya hastiado de haber intentado todo y con todas las desventajas añadidas que tiene el hacerse mayor. Diréis que siempre hay miles de cosas por intentar, pero no lo tengo tan claro. Ni siquiera he pedido que alguien me sacase de casa y me arrastrase para enfrentarme a mis miedos y al mundo. Lo he hecho yo mismo. Si hay una sola cosa que sí me gusta de mi, es que no me quedo con los brazos cruzados lamentándome. He intentado llenar mis inquietudes intelectuales estudiando, en total dos carreras, un master y no se cuantos postgrados, he sido consumidor de experiencias conociendo medio mundo viajando, he probado mil trabajos que pudiesen ponerme sobre la pista de mi vocación, he practicado todos los deportes accesibles a una persona normal, me he ido de voluntariado por el mundo para encontrarme a mi mismo, he sido tratado por psicólogos y psiquiatras, me he medicado, me he arriesgado con las chicas que me gustaban, he probado a exponer como me sentía a mis allegados, a ocultarlo, he leído todos los libros de autoayuda que he cogido, a Fromm, a Maslow, a Rogers, me he apuntado a mil cosas para conocer gente, he probado a ser frío, a ser sensible, he entrado en una asociación de superdotados para demostrarme lo inteligente que era, he intentado tener el mejor aspecto físico posible, me he intentado convencer durante años de que ya aparecería algo, me he enfrentado a mis miedos, he escrito un libro, he intentado actuar éticamente aun cuando mis sentimientos me dirigían a otro sitio, tratando de concentrarme en el pensamiento de que a la larga sería positivo. También he probado, como ahora hago, a dejar tiempos de laxitud sin meterme en mil cosas, sin intentar pedirle tanto a la vida.
¿Para qué? Para nada... alguna persona muy cercana me dice que lo que he hecho es un bagaje que me ayudará en el futuro. Agradezco el interés por animarme, pero no lo creo. Y no, no voy a esperar a los 80 años para sentirme bien conmigo mismo, no me vale la postergación barata de que ya aparecerá algo que me ilusione, llevo mucho esperando.

Sigo sintiendo, como lo hacía hace años, que mi trabajo no tiene sentido, que no hago, y ni siquiera está en mi mano hacer, algo de relevancia, algo que sienta que es importante. Me adormecí por las comodidades que me rodeaban, y estuve muchos años haciendo exclusivamente lo necesario para aprobar y sacar los estudios en tiempo y forma, sin destacar. Ahora me arrepiento, me tenía que haber esforzado más, haber destacado, haber estudiado algo que me atrajese más, no lo cómodo para acabar trabajando en la empresa familiar.
Años después, renunciando a parte de mi vida social, he estudiado una master y una segunda carrera que acabo de terminar, esta vez sí con notazas, pero habiéndome dado cuenta de que tampoco era mi vocación. También he estado en todos los departamentos habidos y por haber de diferentes empresas.

He intentado estudiar una tercera carrera, esta de ciencias, por la peregrina idea de que, siendo como soy "superdotado", primero se me daría muy bien,y segundo podría, pese a empezar tarde, acabar investigando, y hacer algo perdurable. Pero no ha resultado lo que yo esperaba, ya estoy cansado, me obliga a renunciar a otras muchas cosas, no se me da bien, ni creo que vaya a servir de mucho, encima, no sé si causa o consecuencia, no me está gustando como esperaba. He intentado tardíamente también entrar en algún organismo internacional para intentar "cambiar el mundo", Naciones Unidas, por ejemplo. Sé que hay gente que está ahí y lo consigue, en mis años viajando y viviendo distintas experiencias he tenido la suerte, o la desgracia, de conocer gente que sí llega a esos lugares, que sí tiene éxito. Cómo es lógico no lo he conseguido. Lo gracioso de todo esto, es que ni siquiera sé si, caso de haber conseguido ser un Kofi Annan o haberme convertido en un premio Nóbel de ciencias, me hubiese sentido realizado. Evidentemente no lo voy a lograr, así que me quedaré con la duda.

Cuando antes me decían, pese a mis muchos complejos, que era muy guapo, que lo que tenía es un problema de inseguridad, me lo quería creer. Me he tirado desde los 15 años acomplejado porque tenía caida y de cabello y entradas, no era algo salvaje, pero sí se notaba y me ha supuesto bromas, comentarios, días sin salir de casa y lloreras. Ahora ya no le doy tanta importancia, con el paso de los años muchos de mis amigos han empeorado más que yo, pero joder, han sido más de 10 años acomplejado, hundiéndome mi vida afectiva.

En cuanto al amor, otra profunda frustración. Sí que ha habido rollos, que por otra parte nunca he sido yo muy golferas, pero siempre porque ella llevaba la iniciativa o porque yo estaba totalmente borracho y ahogaba mis verguenzas. Ahora, más mayor, ni eso, mis salidas se han restringido, la gente está más emparejada, y los años van cayendo en mi imagen. Hace tiempo que ninguna chica me dice algo en la discoteca, hace tiempo que cuando intento hacer algo me llevo una calabaza. Y lo he intentado, lo prometo, no me he escudado en mi timidez o en mi inseguridad, me he lanzado a situaciones que me generaban muchísima ansiedad, y a la única chica que realmente me ha gustado se lo he dicho.

La historia tampoco es para enorgullecerse, se trataba de una chica que me me dio algo de coba en un viaje de voluntariado en la otra parte del mundo. Como ocurrió hace más de 4 años yo todavía me contaba alguna película que otra, recuerdo que detalles como que fuese la primera persona que conocía que tenía una extraña alergia en común conmigo, o que se llamase y apellidase igual que mi mejor amiga me parecían detalles trascendentales e indicativos de que el destino estaba de por medio. Ahora sólo de pensarlo me siento penoso. Ella tenía novio y yo no tenía claras sus intenciones por lo que intenté poner algo de distancia ante ciertos comentarios que me lanzaba. Por supuesto para ella fue un juego a 8000 kilómetros de distancia de su pareja, un tonteo inicuo, así que cuando me declaré, ya en España, me dijo que no, que estaba enamorada de su pareja, y cuando pocos meses después la dije que en su momento me dio la sensación de que yo a ella la hacía gracia me dijo que tampoco, que me llevé una idea equivocada y que todo era una película que me había montado. Otras personas cercanas me dijeron que sí que tuvo actuaciones malinterpretables, diría que ella incluso lo cree, en cualquier caso el resultado es claro, no lo conseguí. Cerré la relación con ella enfadado y exagerando mi dolor por que me tratase como a un idiota que se había inventado todo, cuando lo que realmente me dolía era saber que nunca iba a poder estar con ella. En el fondo entiendo su comportamiento, no fue grave lo que hizo, solo un pequeño juego normal en este tipo de situaciones, y no se iba a arriesgar reconociéndolo, cuando allí en España la esperaba una pareja desde hace 6 o 7 años. Esto ocurrió hace más de 4 años. Creo que he pensado a diario en ella. Por varios motivos tuve que estar vinculado a ella en actividades comunes esporádicas. Pese a que llevamos casi 3 sin tener ningún trato, en lo más hondo siempre esperé que cambiase algo, que rompiese con su pareja, nos volviésemos a hablar sin frialdad y tuviese mi oportunidad... Hace 2 se casó. No la deseo mal, pero cada vez que la veo en facebook en fotos de amigos en común con su pareja, tan feliz, me destroza. No tardarán en tener un hijo. Le envidió profundamente.

En toda mi vida ha habido otra chica que creo que me ha gustado realmente, no tanto como la anterior, pero es que sabiamente no me he expuesto a otro chasco. A esta ni siquiera se lo dije, porque lo peor de todo es que voy viendo como mi atractivo decrece con el tiempo, y así como a la primera la hice gracia, esto pasó hace un par de años, y yo ya resultaba invisible a estos efectos para ella. Otro amigo mío la consiguió, y también la veo en facebook felizmente emparejada. También me hace sentir fatal.
Cierro este capítulo afectivo con mi única novia. Como bien he dicho nunca he conseguido a una chica llevando yo la iniciativa, salvo rolletes nocturnos con unas copas de más. Pues bien, aquí pensé que me había tocado la lotería con ella cuando se declaró, que eso que pasaba en las pelis de que la típica chica guapa, inteligente y encantadora se fijase en el chico tímido efectivamente ocurría y realmente y me había tocado. Fue hace 5 o 6 años y había truco claro, que esta chica, al igual que a mi, había tirado los tejos a 300 otros chicos antes, que era una engreída que no quería parejas sino sirvientes, que flirteaba con propios y extraños, y que si tu no pasabas por el aro no iba a tener ningún problema en pasar ella por encima tuyo. Así fue, a los dos días de haber roto oficialmente conmigo, se lío con unos de mis mejores amigos, cuyo comportamiento "extraño" frente a ella, me había costado varias broncas con ambos. Ya sé que me diréis que una chica así no la quiere nadie, que no tenía porque haberme dolido, pero joder, al principio pensé que me había tocado la lotería.

Ha habido otras chicas, que si bien no me han embargado como las dos primeras, sí que he pensado que podían llegar a gustarme... ha dado igual, porque todas me han dicho que no. No me malinterpretéis, he tenido ligues nocturnos, pero es que aquellas que conocía en el día a día, que realmente me podían gustar, y que tras, creedme, enormes esfuerzos por superar mis verguenzas, me lanzada a pedirlas quedar a tomar algo, siempre se apañaban para rechazarme...

Si juntas en la balanza que no eres una persona que le guste todo tipo de chicas, sino muy poquitas, sino te puedes quitar de la cabeza a aquella de la que siempre te has creído enamorado pese a su matrimonio y a haber pasado ya 4 años, si aquellas que te pueden hacer gracia ya, o no las ves o están cogidas, si encima cada vez que lo has intentado no ha lo has conseguido, si cada vez te haces más mayor por lo que eres bastante menos atractivo que con 20, si en tu grupo ya se te empieza a colgar el sambenito de solterón con todas las asociaciones negativas que ello conlleva... pues lo veo bastante negro, la verdad.
Todo el mundo ha tenido fracasos, eso lo sé, pero joder, mis amigos sí que han conseguido cosas que se han propuesto, han tenido que pelear por ello pero lo han conseguido. Yo nunca. Mis condiciones ahora son peores, pero en el pasado no entiendo qué he hecho tan mal, soy una persona a priori de lo más normal. No sé si existe algún tipo de justicia universal, pero creo que de así ser me merecería que me pasase algo bueno...

Pero lo peor de todo esto es el profundo desprecio que siento por mi mismo. Sobre mis sentimientos egoístas, sobre haber hecho tantas cosas pensando que al final me repercutirían positivamente, por los malos sentimientos que cada vez me dominan, envidia, pesimismo, tristeza, sobre mi cobardía por haberme planteado el suicidio y tener un pavor terrible al dolor físico que ello conlleva, sobre mi debilidad, sobre mi familia cercana por haberla hecho partícipe de mi tristeza y malestar, sobre el hecho de saber que el fondo lo que me ha hundido no han podido ser pequeños defectos físicos e inseguridades que todo el mundo tiene, sino mi pobre espíritu, sobre la verguenza que siento por saber que en situaciones muchísimo peores que la mía hay mucha gente y yo me siento tan mal con menores motivos, sobre no haber sido capaz de haber afrontado los reveses de la vida porque en el fondo siempre he sido un niño mimado, sobre todas las posibilidades que hubiese tenido sino tuviese esta personalidad que me ha destrozado.

Yo me siento así, intento que mi pensamiento rija mi sentimiento, pero yo me siento así, yo soy así, y no sólo no he conseguido cambiarme, sino que pensar que estaba en mi mano hacerlo y no haberlo conseguido tras tantos intentos ha destrozado mi autoestima. Llevo muchos años intentándolo y estoy cansado.
Me he apuntado a clases de tiro en Enero, no sé en qué quedará la cosa pero mi idea es sacarme una licencia de armas para tener la opción de poder acabar con esto, sin tener que enfrentarme a otras formas de acabar con mi vida bastante más dolorosas. Quiero tenerlo fácil si tomo la decisión.

Creo que lo único que me queda es dejar una buena imagen de mi, no tengo 20 pero todavía tengo 30, y teóricamente no ha empezado la real cuesta abajo todavía, esa cuesta en la que ya te has quedado atrás consiguiendo tus sueños, en la que todo lo que logres a nivel afectivo no serán más que parches para evitar la soledad, y en la el vigor y el atractivo para la sociedad del joven atormentado dejan paso al pesimista cansino. Yo no quiero que me recuerden así. No quiero que mis sentimientos puedan afectar a mi familia, tampoco quiero que sea tan evidente que he fracasado.

A lo mejor ni siquiera tengo el valor y al final acabo así, viejo sólo y amargado, como tanto desprecio, o a lo mejor, ojalá, mañana me levanto viéndolo todo iluminado, quedándose esto en una mala racha. Tristemente lo dudo, son muchos años así y apenas tengo ya esperanzas.

Gracias por escucharme.