Soledades
Ha estado lloviendo toda la noche, pero no he tenido miedo. Ella ha estado a mi lado, he podido sentir su respiración, a veces entrecortada, otras se revolvía entre la almohada y la cama buscándome. Nos hemos abrazado, hemos hablado pero no hemos hecho el amor, esta noche no hacía falta, por que solo éramos uno. Me he sentido feliz. Le he contado cosas que nunca le había dicho a nadie, supongo que hoy me conoce un poco mejor que el resto del mundo, cada palabra que le decía se reflejaba en sus ojos, me miraban con ternura, como si supieran que por fin han destapado ese bote que llevaba tanto tiempo sin poderse abrir. Ella sabe que le ha costado y por eso se regodea en su propio triunfo.
Estoy nervioso, me siento vulnerable, pero de algún modo extraño lo intuye y no para de acariciarme y decirme que me quiere, suena música de fondo pero no sé cuál es.
He tardado en dormirme, ella lo ha hecho antes y ha sido maravilloso sentirla tan cerca de mí, como si el mundo allá fuera hubiera parado, hoy no pasa el autobús a las ocho, hoy no hay universidad, no hay despertadores, el tiempo es más relativo que nunca, sólo depende de nosotros, dos incógnitas de una misma ecuación....
El Reloj marca las siete menos veinte, mi cama está fría, estoy enroscado en una especie de fortaleza de sábanas y mantas, fuera llueve mucho, quizá demasiado para un día ya de por sí triste, en diez minutos suena el despertador y volveré a mi vida de siempre, media hora de camino a la universidad, últimos bancos para no llamar mucho la atención, escribo algunos garabatos en un folio en blanco, números sin sentido que me recuerdan donde debería estar y sonrío pensando que he tenido uno de los sueños más bonitos de mi vida.
Esto es para mí la soledad.
Hola a todos, soy nuevo.