Esta idea de que todos los tímidos podemos coincidir me parece, una vez más, discutible. Por ejemplo, no sé si les ha pasado este tipo de situación en la cual estás paseas por la calle o estás tomándote algo en una terraza y, de repente, aparece otra persona a la que conoces de pasada. Por ser educado, le echas un saludo pero la otra persona gira la cabeza hacia otro lado o te mira mal. Luego, te das cuenta de que esa persona era todavía más tímida que tú y no ha sabido como reaccionar, pero el maltrago te lo has "comido".
Otra escena típica es la de intentar conversar con alguien como tú, introvertido y callado. La incomodidad de que ninguno de los dos diga nada es mortal, y peor es que uno de los dos pregunte y el otro se limite a balbucear, a decir monosílabos o a ignorar tus comentarios.
Todo lo expuesto no quita para que tenga un especial aprecio por la gente tímida y silenciosa, son como yo y eso me tranquiliza. Desde luego los prefiero a los puñeteros extrovertidos y habladores.