Creo que uno de los motivos principales es que la persona que nos atrae en un momento determinado de nuestra vida puede no atraernos en otro período distinto.
Es decir, creo que las circunstancias personales (emocionales, sociales, etc...) de un momento concreto de nuestra vida nos hacen más predispuestos a un tipo concreto de persona. Cuando dichas circunstancias cambian, puede que también cambie lo que admiramos del género que nos atrae (porque yo creo que la admiración es el precursor del amor) y nos sintamos más atraídos por otro modelo de persona.
Algo parecido a esto también considero que pasa con la amistad.
En plan específico de pareja estoy de acuerdo en lo expuesto por vosotros: celos, diferentes formas de ver la vida, orgullo, rutina... pueden acabar destruyendo una relación.
Pero a pesar de todo, soy un fiel defensor del amor para toda la vida, pues hay gente con una conexión tan y tan grande, que no hay cambio o circunstancia tan fuerte que provoque la ruptura de estos lazos mágicos.
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