Sí. Sé que todos sin excepción admiráis mi radiante pureza celestial y que estaréis deseando corromperme, pero...
Si fueses la lozana y hebraica madre de un niño milagroso pero el Faraón hubiese decretado la matanza indiscriminada de todos los bebés de tu jodida estirpe, en estas tesituras un tanto peliagudas, ¿tratarías de salvar a tu bendita criatura enviándolo en una cesta a través del profundo río Nilo: un caudal plagado de cocodrilos con bocas llenas de jodidos colmillos afilados como navajas?