Estoy de acuerdo en que pensar constantemente en los problemas no ayuda a superarlos. El lunes estaba en casa pensando, salí, me encontré a un amigo de la infancia y estuvimos hablando. Después me encontré a una compañera del instituto, y también hablamos. Y me quedó una sensación de que mi vida no es tan patética como si me quedo en casa pensando constantemente. No hay que esperar todo de la vida. Yo si espero mucho, por eso soy bastante exigente y me llevo decepciones, pero en una tarde cualquiera, la gente hace cualquier cosa. Sin más.
Sin embargo, si te quedas pensando, te rallas la cabeza y la reacción ante la gente es diferente.
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