docilman

Sucedió a finales de mayo pasado. Era el último día de un curso de Inglés que estoy haciendo. Sentados en círculo en el aula, esperábamos que el profesor nos fuera llamando uno a uno para que nos evaluara. Como suele pasar en estos casos, cada un@ empezó a hablar con su vecin@ de silla e incluso se formaron grupitos de conversación. También, como siempre me pasa en estos casos, me quedé solo. Todos y todas hablaban entre ell@s, menos yo que empecé a sentirme desplazado. Comencé a sudar, a tener taquicardia, y a sentirme ridículo pensando en que tod@s se estaban dando cuenta de mi situación. Me invadió esa incomodidad, esa sensación de que un humo doloroso se instala dentro de mi pecho. Intenté poner cara de que estaba bien, intenté finjir, aparentar normalidad, pero ni yo mismo me engañaba. Sin duda, pensaba, debían estar comentando sobre mí, sobre mi rareza. Mental y físicamente estaba bloqueado, como tantas veces antes me había pasado en mi vida. Sofocado, solo quería que aquello se terminase, quería escapar de allí, pero era incapaz de hacerlo. Entre la confusión mental, no obstante tuve una ráfaga de claridad. De más joven hubiera deseado que la tierra se abriera y me tragase, pero ahora sabía que aquello acabaría en un rato. Fue todo un avance. Esto, claro, me pasa cuando voy a reuniones de gente, por eso las evito siempre.

espiritulibre

Es que al aceptar la situación, aunque sea la misma de siempre, ya nos sentimos mejor y tenemos otra perspectiva. En un curso que hice de estos que duran unos pocos días, pensé, iré a almorzar sóla... me fui a una cafetería y el primer día estaba ansiosa por estar allí y por si entraba alguien del curso, el segundo día ya me dio igual, lo acepté. Y el tercer día ya vino un chico de la clase a decirme si me apetecía un café... y volví a estar ansiosa , hasta que acepte la nueva situación.

unefesero

Un avance, aunque parezca pequeño, sigue siendo un avance, ¡qué demonios! Ánimo, y la próxima vez mentalízate mejor para superarte a tí mismo un poco más.

FanCioran

La próxima vez intenta intercambiar algunas palabras con los compañeros, seguro que estan más receptivos de lo que crees. Un recurso fácil es hacer preguntas, pues algo tienen que contestar, a no ser que sean unos impresentables maleducados, que también podría ser visto el personal que corre por ahí hoy en día.

Segurísimo que no te criticaban, eso es lo que nos parece cuando nos encontramos en esa situación, pero puede que ni siquiera se hubieran dado cuenta de que te sentías desplazado.

unefesero

En tal caso, tiene que tener cuidado con lo que pregunta. Más de una vez me ha pasado que la ansiedad por iniciar una conversación, y el hecho de que no se me ocurriera nada interesante que decir, me ha llevado a hacer preguntas y comentarios de lo más estúpido, con lo que he dado un primera impresión lamentable.
A veces más vale estar callado y parecer idiota que abrir la boca y despejar las dudas.

FanCioran

Se trata de hacer preguntas neutras, relacionadas con el contexto. Si estás esperando las notas pues preguntar por ejemplo que tal te fue el examen?? lo encontraste difícil?? Diferente es quere entrarle a alguien en una discoteca o bar, ahí la cosa ya es más complicada.