Internet hoy en día es una herramienta más para conocer gente. Antes no estaba bien visto, era como un tabú, pero ahora es lo más natural del mundo, e incluso conveniente, puesto que puedes elegir la personalidad que más te conviene. En la vida real no es tan fácil esa selección, por motivos de entorno y de tiempo. Por Internet puedes ir directamente al alma de una persona (si se deja, lógicamente), y si no te interesa su personalidad o sus aficiones, pues fuera y a por otra. Yo creo que es la tendencia. Pero ojo, estoy hablando de Internet como método para saber que existe una persona y quedar posteriormente, no para enamorarse. Enamorarse por Internet es otra cosa. Eso es lo peligroso. Esas fantasías sólo producen desengaños y frustraciones cuando deciden quedar en persona, si es que quedan algún día. Lo mejor es quedar cuanto antes. Yo conocí a mi pareja por Internet (antes me mostraba reacio a usar este método, por puro orgullo), y la secuencia fue la siguiente: Estuvimos un mes escribiéndonos por el msn, y otro mes hablando por teléfono, que fue el siguiente paso. Esas conversaciones por teléfono fue lo que realmente nos dio la confianza entre nosotros, y cada vez nos llamábamos más y duraban más. Hasta que un día ella me propuso quedar. En ese momento comprendí que esa relación de amistad no podía llegar a ninguna parte si no quedábamos en persona cuanto antes. Se habría quedado estancada. Mi corazón quería quedar, pero mi cabeza no. Un desplante o un despecho me habrían hundido en la miseria. Estuvimos un mes más hablando por teléfono, porque le hice saber sutilmente que me daba vergüenza quedar, pero la chica me comprendió (a veces temí perderla por ese motivo). Hasta que por fin me decidí. Y en el camino hacia su encuentro, iba tranquilo, porque habíamos cogido la confianza necesaria en esos dos meses por teléfono. Algo me decía que iba a salir bien, y así fue. Nos gustamos y demás. Llevo con ella 4 años. Gracias a Internet, tenemos la posibilidad de que nos conozcan primero por dentro y después por fuera, y al hablar de “fuera” no sólo me refiero al físico sino también a las manifestaciones típicas de la timidez patológica, que empañan nuestros encantos. He de matizar que ella no padece de timidez patológica, y también he de confesar que me costó la misma vida enviarle la foto que me pidió en la etapa de msn (me decía continuamente que le gustaría saber con quien hablaba, que le daría más seguridad si le enviaba una foto, porque a ella no le gustaban los tatuajes ni piercings, etc.). Era la primera vez que enviaba mi foto a través de Internet (y de momento la última). Así que os animo a que lo intentéis.
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