¡Me vuelven locoooooooooooooooooooooooooo a veces!
Los ruidos artificiales son lo que más me enloquecen. Por ejemplo: bocinas, música alta, teléfonos, gritos, alamas u otras cosas similares. Antes era un poco más tolerable a todo eso, ahora cada vez me molestan más.
Disfruto en cambio cuando voy al campo o algún pueblo tranquilo; la hora de la siesta silenciosa, el ruido de los pájaros, el fluir de algún arroyo, el viento, la lluvia, etc.