Despertar (prosa poética)
Un nervio desconocido (hasta ahora desconocido era sinónimo de amenaza) te agarra con vehemencia y besa todo tu cuerpo. Bálsamo inquietante que te obliga a tirar la casa por la ventana y desear nadar todo el día, comerte la vida, devorar todo el aire, engullir millas a bocanadas. Comprarte ropa nueva, salir y encarar al sol, hacerte un corte de pelo agresivo, mirar con sarcasmo a la gente, brillar como un trueno mágico y matarlos a todos ante tu paso. A mí solo me importas tú (yo).
Sentada (tirada) en medio de la especie humana, se desgranaba la contundente calma. Una voz redonda, una paciencia infinita, un contenedor de corazones y voces tímidas.
Quizás te vea mañana, amigo del alma. Bebo lugares de criaturas puras acurrucada en la cama. Quizás me muera mañana, amigo sin alma. No te molestes, detrás de las palabras no hay nada.
Soporto mi estructura con columnas de nada, huecos vacíos en mi cabeza. Me deshago de los zombis de personalidad y sentidos, la idiotez y el atraso mental en los seres humanos es algo de lo que me harté hace ya tiempo, ahora solo busco llenar mis huecos. Tan difícil es contener la arena con una mano y con la otra seguir viviendo (soñando).
Los nervios se desinflan y es entonces cuando soy lánguida, cuando el cuerpo y la mente no pueden mas de tanto flash y tanto tormento, tanto esfuerzo del cual ya no me quejo pero me tomo un leve descanso, desconecto, cerebro en off, cuerpo de no-muerta que se desgrana por el pasillo de mi casa. Al menos un capricho que me permite no dar con mis huesos en un centro para robots sin cabeza.
Súbete a mi costado, pájaro pintado, vuela por mi sombra que lleva tu color. Visítame fuera de la noche en la que brillo y me resguardo del día, en la noche no tengo sombra. Entra y sal por mis ojos, cómete mis sueños y escúpemelos luego a los píes.
Imagina un desierto helado, agárrame de la mano y no te olvides de no soltarme, estaremos solas acosadas por la manada, acaso no es horrendo lo desconocido.
Asume tu extrañeza, alma de cristal, asume tu condición diferente a la manada. A caso no es extraño todo lo hermoso.
Seamos hermosas y efímeras en el intento, hermana de alma.
Recuerdo perfectamente cuándo escribí esto, y por qué.
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