Las Putas Romanas (3 de 7)
TERENCIA
Fue la liviana esposa de
Mecenas, el cual destaco como patrocinador de grandes literatos de la época, para quienes la inteligente y bella
Terencia fue una inspiración. Además aquel también sería, junto con el general
Agripa, uno de los principales consejeros del hipócrita emperador
Augusto. Poco antes del final de la guerra civil que enfrentaba a este, el futuro primer emperador romano, llamado entonces
Octaviano, con
Marco Antonio; inicio un amorío con la cónyuge de su notable amigo, pese a ya estar casado con una mujer embarazada que arrebato a su marido. Como su tío abuelo
Julio César, tenía debilidad por las casadas, y no es de extrañar que mantuviera paralelamente a estas relaciones otras tantas con diversas matronas. El que tomara a Terencia como su amante favorita, era un secreto a voces, tanto que el cornudo Mecenas se hacía de la vista gorda para no incomodar a los adúlteros. Todo iba de maravillas hasta que su cuñado
Murena, fue involucrado en un complot contra el césar. Entonces Mecenas le confió a su infiel compañera que su bizcochito pretendía castigar a su hermano, sin prever que esta indiscreción le valdría el repudio de su poderoso amigo, quien lo expectoro de su lado, además de finiquitar su, ahora, inconveniente idilio con Terentila, como cariñosamente la llamaba. Tal vez fuera para congraciarse póstumamente con el Divino Augusto; que cuando murió Mecenas, en su testamento le lego toda su fortuna.
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