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26-mar-2010
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Hola
Encontré este artículo y me quedé colgada cuando lo leí... quiero saber que piensan, nada más. Un abrazo.
Represión
Tras nacer, cuando aprende a hablar, un niño dice lo que se le antoja sin ningún análisis previo. Al elaborar el Complejo de Edipo, la educación “socializa” al infante, le enseña lo que puede y debe decir, pensar, hacer y lo que no. Se le dice: no hay que mentir, la verdad debe ser sagrada. Al mismo tiempo se le dice: ¡eso no se dice!
Por miedo (al desamparo, al desprecio, al rechazo, al Complejo de Castración) una criatura se somete y aprende a “portarse bien”. Hay cosas que no se deben decir. Entonces aprende y comienza a mentir, para mostrar que se “porta bien”. También se va auto convenciendo, se miente a sí mismo.
Así se forma el Inconsciente. Va escondiendo los deseos que no son bien vistos por los otros. Deseos de someter y no ser sometido. Reprime la furia, la rabia, por tener que someterse. Se va auto convenciendo que no tiene nada que ver con esto. Que es “bueno”.
Primero será necesario nacer, y habrá que tolerar por un tiempo los caprichos de la criatura para que ésta tenga ganas de vivir. Una vez logrado esto, fortalecido su narcisismo infantil, empieza la socialización. Para ser aceptado en la sociedad, (y no puede prescindir de ella) tiene que “portarse bien”. Aprende a compartir, a colaborar, a ser solidario, a ser amable, a gratificar el narcisismo del objeto significativo para que éste quiera compartir, colaborar, ser amable, con el sujeto.
La criatura humana intuye su indefensión, por lo tanto, su necesidad de protección. Igual que la necesidad de mantener despierto el interés de los adultos (por lo menos, de algunos) de tener interés de brindar esa protección. El niño se da cuenta que depende del adulto para sobrevivir, es el adulto el que tiene poder. Por lo tanto, se somete a él.
Frente al bebé, en algunos momentos algún adulto se deja someter con gusto para que el bebé tenga ganas de vivir. Pero poco a poco, a medida que el bebé madura y se desarrolla, al demostrar que puede, se le van poniendo límites, la atención que se le brinda ya no es incondicional. Poco a poco se le va aclarando que el que manda es el adulto y que tiene que obedecer, tiene que someterse. Es el momento en que los padres son convertidos y reciben el reconocimiento que se le brinda a un ser superior, un cariño casi incondicional que viene a ser el premio a la protección obtenida.
El infante se da cuenta que son los adultos que tienen el poder, por lo que tiene que estar dispuesto a ser amable, mientras el adulto puede ser caprichoso.
“Portarse bien” es un esfuerzo porque hay que reprimir las ganas de obligar a los otros a someterse a los caprichos de uno. La lucha por el poder consiste en dilucidar quién tiene derechos (de recibir gratificaciones) y quién tiene el deber (de darlas).
El Inconsciente es un archivo secreto donde se oculta el Deseo prohibido de someter a los objetos significativos. Tras la adolescencia ¿buscará la revancha que será tener suficiente poder para someter a otros?
Hay dos circunstancias en que el Deseo destruye los diques morales, sociales, que lo mantienen reprimido y entonces uno decide “portarse mal”:
- Cuando el sujeto siente que tiene suficiente poder sobre los que quisiera someter. En este caso, afloja las riendas que mantienen reprimido el Deseo. Hay suficiente confianza para el abuso y la prepotencia.
- Cuando hay demasiada (según el umbral de cada uno) bronca acumulada. En este caso, destruye los diques que mantienen la represión. La rabia descontrolada, surge destructiva, incontenible. La vida ha perdido sentido, ya no interesa seducir a nadie.
En el Inconsciente ocultamos nuestros aspectos perversos: poder someter, usar y abusar de todo y de todos y que eso “está bien”. El Inconsciente se formó para poder ocultar ese Deseo ante los demás y ante sí mismo, para sentirse “bueno”.
Insight
Pero llegó el psicoanálisis diciendo que el sujeto debe conocerse, debe hacerse cargo de su realidad.
¿Para qué? Conociendo al enemigo, a sus aspectos perversos, se lo puede combatir mejor. Quizás podrá manejar sus aspectos perversos de un modo más conveniente.
Si se le dice a alguien que quiere someter a todo y a todos, puede suceder:
-Que se ponga furioso porque se siente insultado. Es una “buena” persona y no tiene nada que ver con eso.
-Si lo acepta, puede:
-Deprimirse
-Caer en la melancolía
-Entrar en cortocircuito, entre la culpa y el odio, psicotizarse porque si es así, es un monstruo que no merece ninguna consideración.
Para hacer ese “insight” es importante que pueda aceptar que ni es un monstruo, ni el único que tiene tales deseos. Que son deseos Humanos, que pertenecen a la condición humana.
Por otro lado ¿Hasta dónde y hasta cuándo hay que “portarse bien”? La expresión de la rabia ¿nunca es conveniente? Cuándo, dónde, cómo, en qué circunstancias, contra o frente a quién ¿someterse, protestar, o intentar someter? Encontrar las respuestas más “adecuadas” es el arte de convivir en sociedad.
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26-mar-2010
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Doy mi opinión primero...
Al leerlo sentí como que me faltó reprimirme y sigo en ese narcisismo infantil o bien, se liberaron mis deseos en la adolescencia tras haber logrado confianza para hacer abuso; y que a medida logre mejorar puede que sean estimulados por la bronca o el resentimiento.
Al votar dudé..., poruqe con la terapia, el insight o psicoanálisis que hago, creo que mi respuesta fue entrar en cortocircuito, entre la culpa y el odio, psicotizarse porque si es así, es un monstruo que no merece ninguna consideración; así que me cuesta verlo alentador...
Desearía haber aprendido mejor a reprimirme y poder hacerlo ahora, porque está rebeldía me está agotando.
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26-mar-2010
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Con todos mis respetos, cuánta paja mental y qué poca aplicación en el terreno práctico.
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26-mar-2010
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Jajaja se, pero estamos así porque nos falla la cabeza...........-.-
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26-mar-2010
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La primera parte (represión) muestra someramente como el grueso de las teorías psicoanalíticas explican diferentes etapas de desarrollo. Sin embargo, no necesariamente todo lo que se oculta en el inconsciente y que es reprimido es perverso. Por ejemplo: tu podrías reprimir tu fuerza interior porque el medio te condicionó para ello. Hay personas que se sienten débiles no porque sean débiles, sino porque reprimen su fuerza. Lo que quiero decir con ésto, es que en la exploración del mundo inconsciente, pueden surgir aspectos muy atemorizantes, pero también pueden estar allí depositados incontable cantidad de recursos que al reconocerlos y elaborarlos pueden propiciar cambios sustanciales en la personalidad y resolver conflictos. Siguiendo el ejemplo, el que se siente débil deja de temer a su fuerza interior y la asume y eso se convierte en autoafirmación.
Sobre la segunda parte (insight), cuando explica las distintas maneras en que una persona puede reaccionar cuando se le enfrenta a sus aspectos ocultos (por ej. su grandiosidad primitiva, sus deseos inconscientes, su rabia) esas 3 formas de reaccionar son posibles, pero no son las únicas. Es más, no necesariamente el que reaccione deprimiéndose se va a hundir, sino que eso puede ser una etapa previa a un esclarecimiento interior. Son crisis que a veces son necesarias, lo que pasa es que no todos tienen la fortaleza para enfrentarse a ellas, pero cuando sobreviene la crisis no se quedan allí, sino que eso se va depurando y superando. Obviamente, el terapeuta debe saber hasta donde llegar, porque puede haber el peligro de un descompensación que puede llevar a terrenos peligrosos, pero eso forma parte del arte de la terapia. Si la persona no está preparada para enfrentar ciertos aspectos de si misma, simplemente no se le arrincona a hacerlo sino que se espera el momento propicio, es más, generalmente es la persona en algún momento de la terapia la que expone diciendo que es el momento.
Sobre si expresar la rabia es conveniente o no, sería conveniente dependiendo de que es lo que genera esa rabia, la intención con la que se expresa y de si la intensidad con la que se hace corresponde a la situación en si. Esa rabia es necesaria cuando tiene la forma de lo que se llama agresividad autoafirmativa, porque sin ella, por ejemplo, se encuentran dificultades para crearse una identidad propia que permita la defensa propia y el logro de objetivos.
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26-mar-2010
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Cita:
Iniciado por Xavier G
La primera parte (represión) muestra someramente como el grueso de las teorías psicoanalíticas explican diferentes etapas de desarrollo. Sin embargo, no necesariamente todo lo que se oculta en el inconsciente y que es reprimido es perverso. Por ejemplo: tu podrías reprimir tu fuerza interior porque el medio te condicionó para ello. Hay personas que se sienten débiles no porque sean débiles, sino porque reprimen su fuerza. Lo que quiero decir con ésto, es que en la exploración del mundo inconsciente, pueden surgir aspectos muy atemorizantes, pero también pueden estar allí depositados incontable cantidad de recursos que al reconocerlos y elaborarlos pueden propiciar cambios sustanciales en la personalidad y resolver conflictos. Siguiendo el ejemplo, el que se siente débil deja de temer a su fuerza interior y la asume y eso se convierte en autoafirmación.
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Es cierto. De hecho, yo entendí que se refería a una teoría de la represión bastante primitiva que tratada con el psicoanálisis puede justamente extraer esos aspectos positivos. Supuse que apuntaba a eso, y ahí yo haciendole la contra
Cita:
Iniciado por Xavier G
Sobre la segunda parte (insight), cuando explica las distintas maneras en que una persona puede reaccionar cuando se le enfrenta a sus aspectos ocultos (por ej. su grandiosidad primitiva, sus deseos inconscientes, su rabia) esas 3 formas de reaccionar son posibles, pero no son las únicas. Es más, no necesariamente el que reaccione deprimiéndose se va a hundir, sino que eso puede ser una etapa previa a un esclarecimiento interior. Son crisis que a veces son necesarias, lo que pasa es que no todos tienen la fortaleza para enfrentarse a ellas, pero cuando sobreviene la crisis no se quedan allí, sino que eso se va depurando y superando. Obviamente, el terapeuta debe saber hasta donde llegar, porque puede haber el peligro de un descompensación que puede llevar a terrenos peligrosos, pero eso forma parte del arte de la terapia. Si la persona no está preparada para enfrentar ciertos aspectos de si misma, simplemente no se le arrincona a hacerlo sino que se espera el momento propicio, es más, generalmente es la persona en algún momento de la terapia la que expone diciendo que es el momento.
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No puedo discutirte la función del psicólogo o profesional que resapalda el tratamiento porque no me he cruzado con ninguno que pueda llamar competente.
Yo creo que la función es guiar, la mayoría está adiestrado en la teoría y poco en la práctica, eso pasa. Perdón el esceptisismo.
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26-mar-2010
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Cita:
Iniciado por Cheza
Yo creo que la función es guiar, la mayoría está adiestrado en la teoría y poco en la práctica, eso pasa. Perdón el esceptisismo.
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Puede que no hayas tenido suerte con los terapeutas, sin embargo, yo pienso que es bueno hacer unas reflexiones sobre el escepticismo, así sea en líneas generales. Es cierto que hay terapeutas que no son buenos profesionales, o que están atrapados en una serie de técnicas rígidas que no funcionan sino para algunos, pero también es cierto que hay que saber ser buen paciente. Así como hay buenos y malos terapeutas también hay buenos y malos pacientes. ¿Qué es un mal paciente? Aquel que va a una terapia con desconfianza, y que irónicamente siente que el terapeuta es un enemigo (esto generalmente es inconsciente ¿ok?), lo ven como alguien a quien se debe enfrentar y derrotar y con quien tiene que tratar porque no tiene más remedio. Es lo que se llama transferencia negativa y es el peor enemigo de una terapia. La transferencia negativa se da cuando el paciente proyecta en el terapeuta alguien de su pasado con quien tuvo una relación hostil. Si el paciente no internaliza al terapeuta como un objeto bueno, es imposible que la terapia camine. Se buscará cualquier vía para sabotear el trabajo y descalificarlo y poder llegar a la salvadora conclusión de que el problema es el terapeuta, no la actitud del paciente frente a la terapia. Por ejemplo, hay cierto tipo de pacientes narcicistas que evitan inconscientemente que la terapia triunfe porque lo ven como un triunfo para el terapeuta. Y son capaces de hacer que la terapia fracase porque su sentido competitivo les dice que el triunfo no es de ellos, sino del terapeuta, a quien ven como un competidor. Y se podrían dar muchos ejemplos de otro tipo de casos. En la FS por ejemplo, puede ocurrir que el paciente está preocupado por lo que el terapeuta llegue a pensar de ellos, y revelarle sus limitaciones es humillante porque ven al tratante como alguien que los va a enjuiciar. A veces es difícil que un paciente vea al terapeuta como un aliado, porque, como escribí antes, lo convierte en una figura de su pasado en quien pretende ajustarle cuentas.
También la corriente terapéutica puede ser decisiva. A algunos les funcionará un enfoque cognitivo, otros gestaltico, otro psicoanalítico más todas las variantes que existen. Todo depende de los recursos internos del paciente y frente a que es más susceptible de reaccionar.
Sin embargo, algo que es clave y que va más allá de la corriente terapéutica, es la calidad de la relación entre ambos. Una buena relación de cooperación y confianza es capaz de obrar grandes cambios, más allá de lo teórico. El componente humano y genuinamente de valoración mutua es el aceite que permite que se muevan muchos engranajes en la terapia y que ayudan a resolver muchos conflictos.
En conclusión: hay que tener confianza y al mismo tiempo ser comunicativo con el terapeuta de cualquier resistencia hacia el y exigente con la terapia dentro de unas expectativas realistas.
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Última edición por Xavier G; 26-mar-2010 a las 17:51.
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26-mar-2010
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Cita:
Iniciado por Cheza
Hola
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Hola, interesante artículo pero que a mi juicio está muy, pero que muy desfasado.
Sólo te diré que hace como unos... 100 años que Freud dio forma al psicoanálisis, y que en esos 100 años la psicología ha avanzado considerablemente. Antes de Freud otros investigadores de la propia psique humana ya habían ahondado, y bastante, en lo que está más allá de lo que uno mismo percibe en un momento dado. Han habido algunas teorías explicativas antes, y muchas otras después de Freud, algunas que corrigen y amplían la propia de Freud, otras que directamente exponen puntos de vista distintos. El psicoanálisis puede resultar esclarecedor desde un punto de vista de la historia de la psicología, puede servir de fundamento a una mayor comprensión de la propia psique, pero desde luego no es la última aportación de la psicología al campo de la propia relación entre psique y realidad.
De hecho, el psicoanálisis concibe como inconsciente todo aquello que provocaría dolor o conflicto de hacerse consciente, formando un subsuelo de experiencias más o menos traumáticas que se han ido acumulando a lo largo de los años, sobretodo durante la infancia.
Es, bajo mi punto de vista personal y el de algunos autores que he leído, una concepción que directamente sesga la realidad que se da en cualquier individuo, pues no menos cierto es que del mismo modo que pasa al plano inconsciente un determinado suceso que se nos hace demasiado doloroso para la conciencia, pueden, y de hecho lo hacen, quedar también allí experiencias enriquecedoras para el crecimiento y estabilidad de la psique del individuo, o incluso haber "algo" allí de antemano que al mismo tiempo que está más allá de nosotros, esta en nosotros. Leí en concreto lo siguiente en un breve ensayo de ese gran pensador (más allá de mero novelista) que fue Aldous Huxley:
"A Freud se le atribuye actualmente el haber hecho al mundo consciente de su Inconsciente. Esto sólo en parte es verdad. Freud logró que el mundo notara sólo un aspecto del Inconsciente, el hemisferio del primitivismo animal. Una visión mucho más completa del Inconsciente la brinda el viejo contemporáneo de Freud F.W.H, Myers, cuya gran cantidad de estudios sobre la "conciencia subliminal" (el equivalente terminológico a la concepción de Inconsciente freudiano), constituye, en palabras de William James, "el primer intento de examinar los fenómenos de la alucinación, el hipnotismo, el automatismo, la doble personalidad y lo mediúmnico" [...] Y prosigue luego Huxley: "Freud subrayó sin fundamento lo que llamamos el aspecto negativo del Inconsciente e ignoró sus aspectos positivos, mucho más importantes. El freudiano tiende a pensar que la casa de la mente tiene sólo dos pisos -una planta baja de conciencia personal, y un sótano lleno de basura y ratas y escarabajos negros-, el inconsciente personal, el hogar de los deseos reprimidos, los conflictos subterráneos, supurando las ruinas de un pasado que se niega a morir. Pero de hecho, como subraya Myers, la casa de la mente es una estructura de muchos pisos, y el subsuelo no tiene piso, y el ático no tiene techo. Como ha sostenido Myers y como todos los maestros de la vida espiritual han sabido por experiencia directa (y añado; esto es, verdad revelada y no dogma aceptado a través de la fe, tal y como se suele dar hoy en día en la mayoría de grandes religiones, y, lo que me resulta más curioso, tal y como la mayoría de los ciudadanos de a pie aceptan la inmensa mayoría de conocimientos científicos, mediante la fe, no mediante una comprensión clara y directa de esos conocimientos, y esto en pleno siglo XXI), ambos (el subsuelo y el ático de la casa de la mente) se abren al infinito de lo que William James llamó la conciencia Cósmica (este término de conciencia Cósmica que usa Huxley en 1956 de boca de Myers hoy en día está tan trillado, ha sido tal su abuso, que a nosotros nos mueve más a hilaridad o desconfianza imaginándonos dicho término en boca de toda una panda de pordioseros, estafadores e hipócritas en general que se han llenado la boca con él para llenarse luego los bolsillos. Sin embargo con un poco de esfuerzo cabe imaginar que dicho término se ajusta muy bien a lo que quería explicar Myers), lo que los místicos llaman la cabeza de Dios, el Atman-Brahmin, la Luz Cristalina, el Vacío... [...] "
Júzguese para valorar lo que decía, que esto lo escribía Huxley allá por el año 1956, a medio camino entre Freud y nosotros por así decir; en la actualidad no sólo siguen siendo esclarecedoras las palabras de Huxley, sino que se afirman, en general, aún más en un ajuste a los hechos que se ha ido haciendo gradualmente desde entonces más evidente y preciso, me parece.
Por todo esto, la segunda parte de ese artículo, en la que se habla del Insight, me parece un enfoque de actuación que inevitablemente será incompleto, pues no podemos tomar al Inconsciente como el enemigo a vencer, como un simple saco que ha ido almacenando toda la porquería que de ser consciente tal como está ahí almacenada (inconscientemente), sería una enorme traba para el ir viviendo.
No sé si se capta pero la pretensión de ese Insight consiste en una reacción ante algo destructivo, no es un movimiento que surja de una comprensión y vislumbre de por sí equilibrada, sino que el inicio de esa pretensión de aceptación es ya un montón de porquería, ese sótano lleno de ratas, escarabajos y porquería. ¿Qué clase de aceptación y mediante qué extraño y enorme esfuerzo saldrá entonces de ahí? Creo que inevitablemente, para aceptar mediante ese insight freudiano la porquería que según el psicoanálisis es lo único que forma el Inconsciente, se tenderá a racionalizar todavía más la propia percepción consciente, se tenderá a reafirmar todavía más el propio ego consciente, la parte de la consciencia que de nosotros mismos captamos, negando la posibilidad de comprendernos no como un Yo aislado y único, absoluto en su completa autopercepción consciente sino como un todo que va más allá de mí mismo, de mi Yo; negando la posibilidad de integrarnos en algo que nos trasciende y que sin embargo no nos niega, sino que nos engloba, diluyendo así el conflicto que nos creamos ante la perspectiva de la negación de la propia conciencia que implica entender todo el asunto desde la perspectiva dualista y contrapuesta entre Iconsciente-porquería-oscuridad y consciente-claridad-sano.
Y, por último, quiero añadir que todo esto que yo haya escrito no es desde luego la última palabra que uno puede decir al respecto. Es más, uno ha de intentar comprender cabalmente lo que diga y lo que lea o escuche, y cuestionarlo sanamente, esto es, sin remilgos ni prejuicios, sin una excesiva fijación en un aspecto emotivo concreto de aquello que cuestione.
Un saludo. Como siempre, en mi línea de mega-tochos... xD Más allá de halagar mi vanidad, espero que al menos a alguien le resulte curioso o estimulante lo leído para adentrarse por sí mismo algo más en esta tarea tan fascinante que es el comprenderse a uno mismo
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Última edición por duhkha; 27-mar-2010 a las 19:25.
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26-mar-2010
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Hmmm, bueno, en líneas generales y siendo algo más concreto y por así decir tocando más con los pies en la tierra, Lo que dice Xavier G es lo que quería decir yo, más o menos xD Mucha gente digamos lega en la materia sólo ve a Freud en la psicología, pero la verdad es que Freud está bastante superado (no en sentido peyorativo)
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