El agresor, identificado como Wellington Menezes Oliveira, de 23 años, disparó de forma indiscriminada contra los estudiantes de la escuela, dejando doce alumnos muertos y 18 heridos, y después se suicidó con un tiro, ante el cerco policial.
En declaraciones a medios locales, el coronel Djalma Beltrame, comandante de la Policía Militarizada de Río de Janeiro, dijo que la nota de suicidio era "confusa" y "no tenía lógica".
En el texto, Oliveira aseguraba que estaba infectado con el virus de inmunodeficiencia adquirida (VIH) y además hizo referencias a la religión musulmana, según la policía, que no divulgó el contenido íntegro de la nota.
Una hermana adoptiva del pistolero, Rosilane Oliveira, dijo a la radio Band News, que él solía hablar de "cosas de musulmanes" y aseguró que era "muy reservado".
"Él era algo raro. Vivía solo. No salía ni a la calle ni tenía amigos, a no ser que fuera en internet. Pasaba todo el tiempo en el ordenador", comentó la mujer.
Rosilane Oliveira confirmó la versión policial de que Wellington Oliveira era un exalumno de la escuela municipal Tasso da Silveira, localizada en Realengo, un barrio humilde de la periferia de la ciudad brasileña.
Según el relato de testigos citados por las autoridades, el agresor entró al centro educativo bien vestido, asegurando que era un conferenciante que iba a participar en un seminario celebrado con motivo del cuadragésimo aniversario de la escuela.
Oliveira habló tranquilamente con por lo menos una profesora que lo reconoció, antes de dirigirse a un aula en el primer piso del edificio, donde sacó dos armas y efectuó los disparos contra los estudiantes.
El gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, aseguró en una rueda de prensa que Oliveira estaba equipado con un cinturón en el que llevaba dos armas de fuego, que describió como "un tipo de armamento profesional". El gobernador definió al asesino como "psicópata" y "animal".
Dos niños, que habían sido heridos, huyeron siguiendo la orientación de una profesora y alertaron a un agente de policía que estaba en los alrededores de la escuela, según relató el propio gobernador.
El policía encontró a Oliveira subiendo las escaleras en dirección al tercer piso, le propinó un tiro en la pierna y le pidió que tirara las armas.
Viéndose herido, Oliveira se suicidó de un tiro en la cabeza, según una nota oficial de la secretaría de Seguridad de Río de Janeiro.
En el centro educativo había cerca de 400 alumnos en el momento del ataque, que ocurrió cerca de las 8.30 de la mañana