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Iniciado por Esquerp
Opino lo que dice Kris_Bcn... uno puede mejorar mucho su aspecto con lo que se ponga sobre la piel (incluidas las gafas ).
No existe la fealdad, existe el "me gusta/no me gusta" y lo que a un@ no le gusta... a otr@ si.
Yo no sé si al resto de la gente le pasa igual pero yo cuando era más joven veía muy pocas chicas guapas mientras que ahora me pasa lo contrario que las veo todas bonitas, cada una tiene su gracia y no hay ninguna que piense que no tiene la suya.
Creo que esto forma parte de la madurez y que cuando somos muy jóvenes nos fijamos solamente en temas muy superficiales y en cosas muy tontas, y no sólo eso sino que encima somos muy exigentes y de una manera muy infantil.
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A mí me ha ocurrido eso último que comentas con las chicas TODA la vida; ninguna me parecía lo bastante fea como para creerla desprovista de todo encanto. Más bien, eran las tipas con aspecto de modelo de revista las que no me daban ni frío ni calor, porque las notaba distantes, impasibles y como inhumanas. Las demás siempre tenían un gesto pícaro por allí o por allá que me emocionaba al sugerirme complicidad, o bien tenían cara de angelitas tan buenas que daban ganas de comérselas a besos, pasando por infinidad de matices. Con esta percepción me refiero a todo su cuerpo, no sólo a la cara.
El único cambio, para mí, ha sido descubrir poco a poco la otra cara de la moneda: igual que ellas SIEMPRE tienen algún encanto para nosotros, nosotros SIEMPRE tenemos alguna tacha capaz de anular el interés de ellas por uno, salvo cuando se produce la excepción de que uno les gusta. En otro foro, una chica dijo, como quien no quiere la cosa, "es que nosotras estamos más buenas que ellos, jajaja...", y creo que tiene toda la razón. Un tiarrón de aúpa debe de ejercer un atractivo comparable al de una chica normalilla para nosotros, y los tipos normales, sencillamente no tenemos poder sobre ellas, salvo que ellas se encaprichen con uno y le pongan toda su ilusión. De ahí —me imagino— que sea ella en la inmensa mayoría de los casos quien se decepcione y sufra si la otra persona no quiere prolongar el contacto más allá de un revolcón.