Día 22: Lotería de Navidad. Una fiesta por sí sola.
Día 23: Solsticio de Invierno/Yule. Quien no lo celebra es porque no quiere.
Día 24: Nochebuena.
Día 25: La Natividad de Nuestro Señor Jesucristo. Que nos la sude no es motivo para no celebrarlo.
Día 26: No hay que ir a trabajar (excepto los que sí tienen que ir a trabajar... un minuto de silencio por ellos).
Día 27: Ídem.
Día 28: Día de los Santos Inocentes. La historia es graciosísima: Herodes mató a un montón de niños, así que para conmemorarlo nos partimos el ojete y nos gastamos bromillas.
Día 29: Es mi santo, pero podéis celebrarlo vosotros también.
Día 30: No vamos a parar la fiesta por un día, ¿no?
Día 31: Nochevieja.
Día 1: Día de Año Nuevo.
Y el día 6 vienen los reyes. Hasta entonces se puede uno empachar a roscón.
Yo voy a celebrar todas esas fiestas desde mi cuarto: en Navidad no puedo salir porque la gente tira petardos y tengo ligirofobia
, pero vosotros que no sufriréis taquicardia si salis a la calle (o al menos en menor medida) podríais aprovechar e intentar moveros un poco a ver qué se cuece por ahí.
¡Ánimo (y manda huevos que os lo diga yo)!