Es mejor que te odien por quien eres a que te amen por quien no eres.
He encontrado esta frase en Internet. Me parece que tiene mucha razón. Para ser nosotros mismos, muchas veces corremos el riesgo de no gustar a mucha gente, quizá a una mayoría. Yo he podido comprovar eso muchas veces sólo por el hecho de pertenecer a determinada religión.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Es mejor ser uno mismo aunque eso conlleve que os odien por ser así, o ser de otra manera sólo para obtener el favor de la gente, que os quieran...y os acepten?