Rever los animes de la infancia es difícil en dos frentes: por un lado está la esperable devaluación que hace la crítica de una mente adulta y quisquillosa de un show infantil, lo cual por sí mismo no sería nada muy grave de no ser porque puede significar la de-sacralización de un montón de impresiones vagamente conservadas en las memorias de aquella tierna consciencia, hoy (casi) irreproducibles. Por el otro, significa afrontar, en pleno anochecer de domingo, el revivir de esa pequeña fracción todavía reproducible de emociones tan intensas, de una dimensión tal que solo es explicable mediante la interacción del potencial dramático del anime con el tierno, profundamente conmocionable sistema emocional de un niño de ~12 años.
Claro que con "Chica Marioneta J" y a esa edad, lo que hoy me parece tremendamente inocente tenía por entonces una carga romántico-erótica brutal. No es sorpresa, ya que es el eje sobre el que gira el argumento, y casi podría decirse que todo elemento del mismo está ahí funcional a desarrollar esa dinámica tan particular del protagonista con las féminas (lo del harem, que se ha visto tanto, sumando dependencia y subordinación absoluta al hombre, más un caso paradigmático* del
"Born sexy yesterday").
Hay un montón de críticas interesantes que se pueden hacer de la trama en torno a su concepción de lo "sexoafectivo" (terminologías de vanguardia xd), sobre todo pensando qué dice de los hombres el hecho de que el pináculo de nuestras fantasías involucre ser el blanco de un amor incondicional absolutamente dependiente y servicial de tres mujeres (una de ellas con literalmente la mentalidad de una niña de 6 años), sin mérito ni progresión alguna. Luego uno se sorprende con lo de las waifus o las sex dolls; ya en el '96 este anime dejó clarísimo cuál es la culminación de esos conceptos.
Es divertido pensar en qué diría un MGTOW radical al respecto, ya que irónicamente se parte de su mundo ideal (sin mujeres, sólo muñecas sexuales perfectamente realistas sin personalidad ni emociones, completamente serviles) y se intenta restablecer el horror actual (lidiar con mujeres auténticas) xd.
Pero bueno, más allá de eso, evoca muchas emociones lindas. Y, como muy frecuentemente me pasa, las más intensas están relacionadas al villano y su redención. De los escasos recuerdos que tenía, uno de ellos era el Führer Fausto castigando cruelmente a sus marionetas. Ahora, los momentos que más me partieron el kokoro fueron cuando al fin se ablandó con Tigresa, Panta y Lince. Se supone que el mayor golpe emocional del final debe ser el retorno de las tres marionetas principales, pero la fugaz visión de Fausto en autoexilio, al fin abierto a amar a sus chicas... </3
¿Será que me identifico con ellos? Villanos de corazón forzosamente endurecido, virtualmente incapaces de alguna bondad o expresión de afecto, detrás de una coraza de desprecio por todo el mundo. Incapaces de ver bondad, de recibir afecto. De bajar sus barreras de hostilidad e involucrarse emocionalmente con otros. Uhm.
Súper fan del opening y sus sintetizadores noventosos.
https://www.dailymotion.com/video/x22aqnv
Qué bueno que tengo "J Again" y "J to X" para seguir.
(*) Ahora que vuelvo a ver el video en cuestión, hay que admitir que este no sería un caso tan serio dado que a Otaru se lo retrata como bastante ingenuo en materia sexual, y definitivamente nada ni remotamente tan malintencionado como "Forbidden Planet" y otros ejemplos cringy xdd.