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23-jul-2004
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Cita:
Iniciado por SergioSSR
De la Nada no puede surgir NAda
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Estoy deacuerdo (con matices) en tu primera observación, pero no con esta que cito arriba. De la nada surgen continuamente y desaparecen continuamente partículas ;). A esto se le llaman fluctuaciones del vacío y tienen unas consecuencias bastante importantes. De hecho según la física contemporánea el vacío absoluto (la nada absoluta) no existe ni puede existir. Es una de las conclusiones más sorpendentes de la física actual, verificada además experimentalmente...
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23-jul-2004
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Cita:
Iniciado por sasho
Cita:
Iniciado por SergioSSR
De la Nada no puede surgir NAda
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Estoy deacuerdo (con matices) en tu primera observación, pero no con esta que cito arriba. De la nada surgen continuamente y desaparecen continuamente partículas ;). A esto se le llaman fluctuaciones del vacío y tienen unas consecuencias bastante importantes. De hecho según la física contemporánea el vacío absoluto (la nada absoluta) no existe ni puede existir. Es una de las conclusiones más sorpendentes de la física actual, verificada además experimentalmente...
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Pues yo Creia ke la nada era el vacio absoluto , ke diferencia hay entre la nada y la nada absoluta? no la veo
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23-jul-2004
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Cita:
Iniciado por jeff_segura
Estimadisimo SergioSSR:
Si correcto, podría ser un sueño, pero solo el hecho de tu mente lo vea como la realidad, pues deja de ser sueño, como dice una película muy famosa... "Como saber si estas despierto o estas soñando".... quien esta seguro de estar vivo o solo ser parte de un pensamiento.... y después de toda la hablada que hay detrás de eso, llegamos a la conclusión de Descartes que dice "pienso, luego existo", entonces nos damos cuenta que en verdad si nos levantamos y ya es tarde para el trabajo, por estar pensando tonteras en vez de alistarme para ir a trabajar....
Pero ojala todo fuera como un sueño...
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De eso de trata, ke parezca real.
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23-jul-2004
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La verdad!!!! a mi la muerte no me preocupa.
He vivido (por desgracia) varias muy cercanas a mi y he aprendido que ahora estas, ahora ya no estas.
A mi lo que me da miedo es a sufrir en vida, para morirte a continuación.
Sin sufrimiento, la muerte no me da miedo!!!!!! porque en el momento que llega dejas de vivir y punto.
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23-jul-2004
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Entoces después de la muerte, aunque no existiera nada, según ustedes, si hay algo... uhmmm ojala fuera este tal fácil.
Pero lo que si sabemos es que si existe la muerte como tal... hacia donde vamos.... entonces va depender de cada quien ese camino... por ejemplo, si es religioso, al cielo o al infierno, si eres científico, vuelves a ser parte del universo, de donde se supones todo partió alguna vez (big bang), si eres cualqueir soplas, no estas pensado en eso, solo cuando llega el asunto, vez que pasa, y si eres político te conviertes en un insecto (rencarnación)....
Pero bueno, la verdad es que entre más pienso en la muerte, más ganas de vivir me da, osea, que rico una cerveza... un cigarro y una hermosa dama para compartir las dos primeras....
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23-jul-2004
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Que es una parte más de la vida ... vamos que es esa letra pequeña que nadie lee cuando firma un contrato :P
Si habrá algo después? Si todo ESTO no tubiese sentido .... entonces sí que "apaga y vamonos". Tanto lo bueno como lo malo que vivamos de algo servirá ... de eso estoy convencida.
No creo en un Dios o ser superior, creo que todo es mental. Eso es lo que somos y seguiremos siendo cuando nuestro body ... se quede sin batería :P
Por lo tanto si nos ponemos más 'espirituales' y pensamos si hay un infierno y un cielito pues .... pensar en que es ahora vuestras vidas y tendréis la respuesta (partiendo de la suposición que todo lo sea mental, claro )
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27-jul-2004
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Todos Estamos en la misma habitación Durmiendo..., Soñando Este Sueño
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28-jul-2004
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Una conversación que puede cambiar una vida:
Todo Conocimiento es Ignorancia
Int: ¿Se nos permite pedirle que nos cuente la manera de su realización?
Mah: En cierto modo fue muy simple y muy fácil en mi caso. Mi Gurú, antes de morir, me dijo: «Créeme, tú eres la Realidad Suprema. No dudes de mis palabras, no dejes de creerme. Te estoy diciendo la verdad —verifícalo». Yo no podía olvidar sus palabras, y no olvidando —he realizado.
Int: ¿Pero qué hizo usted de hecho?
Mah: Nada especial. Vivía mi vida, atendía a mi comercio, cuidaba de mi familia, y todos los momentos libres los pasaba recordando a mi Gurú y sus palabras. El murió poco después, y yo solo tenía el recuerdo a quien recurrir. Eso fue suficiente.
Int: Debe haber sido la gracia y el poder de su Gurú.
Mah: Sus palabras eran verdaderas y así se realizaron. Las palabras verdaderas siempre se realizan. Mi Gurú no hizo nada; sus palabras actuaron debido a que eran verdaderas. Todo lo que yo hacía venía de dentro, sin ser solicitado e inesperado.
Int: ¿El Gurú comenzó un proceso sin tomar ninguna parte en él?
Mah: Póngalo como usted quiera. Las cosas acontecen como acontecen —¿quién puede decir por qué y cómo? Yo no hice nada deliberadamente. Todo vino por sí mismo —el deseo de dejar partir, de estar solo, de ir adentro.
Int: ¿No hizo ningún tipo de esfuerzos?
Mah: Ninguno. Créalo o no, yo no estaba ni siquiera ansioso de realizar. Él sola-mente me dijo que yo soy lo Supremo y entonces murió. Yo no podía no creerle. El resto aconteció por sí mismo. Me encontré a mí mismo cambiado —eso es todo. No hay que decir que yo estaba atónito. Pero surgió en mí un deseo de verificar sus pala-bras. Yo estaba tan seguro de que él no podía haber dicho una mentira, que sentí que o bien realizaba el pleno significado de sus palabras o bien moriría. Me sentía com-pletamente determinado, pero no sabía qué hacer. Pasaba horas pensando en él y en su certeza, sin argumentar, solo recordando lo que él me dijo.
Int: ¿Qué le aconteció entonces? ¿Cómo supo que usted es lo Supremo?
Mah: Nadie vino a decírmelo. Ni tampoco se me dijo interiormente. De hecho, fue solo al comienzo, cuando estuve haciendo esfuerzos, cuando pasé por algunas experiencias extrañas; ver luces, oír voces, encontrar dioses y diosas y conversar con ellos. Una vez que el Gurú me dijo: «Tú eres la Realidad Suprema», dejé de tener visiones y trances y devine muy calmo y simple. Me encontré a mí mismo deseando y sabiendo cada vez menos, hasta que pude decir presa de total estupefacción: «No sé nada, no quiero nada».
Int: ¿Estaba genuinamente libre del deseo y del conocimiento, o personificaba a un jnani de acuerdo con la imagen dada por su Gurú?
Mah: No se me dio ninguna imagen, ni yo tampoco tenía ninguna. Mi Gurú jamás me dijo lo que tenía que esperar.
Int: Pueden acontecerle a usted más cosas. ¿Está al final de su viaje?
Mah: Jamás hubo ningún viaje. Yo soy, como he sido siempre.
Int: ¿Cuál fue la Realidad Suprema que se supone que alcanzó?
Mah: Yo fui desengañado, eso es todo. Yo solía crear un mundo y poblarlo —ahora ya no lo hago más.
Int: ¿Dónde vive, entonces?
Mah: En el vacío más allá del ser y del no ser, más allá de la consciencia. Este vacío es también plenitud; no se compadezca de mí. Es como un hombre que dice: «He hecho mi trabajo, no queda nada más que hacer».
Int: Usted está dando una cierta fecha a su realización. Ello significa que algo le aconteció en esa fecha. ¿Qué aconteció?
Mah: La mente cesó de producir aconteceres. La antigua e incesante búsqueda se detuvo —yo no quería nada, no esperaba nada, no aceptaba nada como mío propio. No quedaba ningún «yo» por el que esforzarme. Incluso el desnudo «yo soy» se es-fumó. La otra cosa que notaba era que había perdido todas mis habituales certezas. Antes yo estaba seguro de muchas cosas, ahora no estoy seguro de nada. Pero siento que no he perdido nada con no saber, debido a que todo mi conocimiento era falso. Mi no saber era en sí mismo conocimiento del hecho de que todo conocimiento es ignorancia, de que «yo no sé» es la única afirmación verdadera que la mente puede hacer. Tome la idea «yo he nacido». Puede tenerla por verdadera. No lo es. Usted jamás ha nacido, y jamás morirá. Es la idea lo que ha nacido y lo que morirá, no us-ted. Al identificarse a usted mismo con ella devino mortal. Lo mismo que en un cine todo es luz, así también la consciencia deviene el vasto mundo. Mire bien de cerca, y verá que todos los nombres y formas son solo olas transitorias sobre el océano de la consciencia, que solamente la consciencia puede decirse que es, pero no sus trans-formaciones.
En la inmensidad de la consciencia una luz aparece, un minúsculo punto que se mueve rápidamente y traza formas, pensamientos, y sensaciones, conceptos e ideas, lo mismo que la pluma escribiendo sobre el papel. Y la tinta que deja un rastro es la memoria. Usted es ese minúsculo punto y por su movimiento el mundo es siempre recreado. Deje de moverse, y no habrá ningún mundo. Mire dentro y descubrirá que el punto de luz es la reflexión de la inmensidad de la luz en el cuerpo, como la sensa-ción de «yo soy». Hay solamente luz, todo lo demás aparece.
Int: ¿Conoce esa luz? ¿La ha visto usted?
Mah: Para la mente aparece como obscuridad. Solo puede conocerse a través de sus reflexiones. A la luz del día se ve todo —excepto la luz del día.
Int: ¿Debo entender que nuestras mentes son similares?
Mah: ¿Cómo puede ser? Usted tiene su propia mente privada, tejida con los re-cuerdos, bien sujetos por los deseos y los temores. Yo no tengo ninguna mente mía propia; lo que necesito saber el universo lo pone ante mí, lo mismo que me sirve el alimento que como.
Int: ¿Sabe usted todo lo que quiere saber?
Mah: No hay nada que yo quiera saber. Pero lo que necesito saber, llego a saber-lo.
Int: ¿Este conocimiento viene a usted desde dentro o desde fuera?
Mah: No se trata de eso. Mi interior está fuera y mi exterior está dentro. Puedo obtener de usted el conocimiento necesario en el momento, pero usted no es aparte de mí.
Int: ¿Qué es turiya, el cuarto estado sobre el cual hemos oído hablar?
Mah: Ser el punto de luz que traza el mundo es turiya. Ser la luz misma es turi-yatita. ¿Pero de qué utilidad son los nombres cuando la realidad está tan cerca?
Int: ¿Hay algún progreso en su condición? Cuando compara al usted mismo de ayer con el usted mismo de hoy, ¿se encuentra a usted mismo cambiado, haciendo progresos? ¿Crece su visión de la realidad en amplitud y profundidad?
Mah: La realidad es inmutable y sin embargo está en constante movimiento. Es como un poderoso río —fluye y sin embargo está aquí— eternamente. Lo que fluye no es el río con su lecho y sus orillas, sino su agua; así también el guna sattva, la armonía universal, juega sus juegos contra tamas y rajas, las fuerzas de la obscuridad y de la desesperación. En sattva hay siempre cambio y progreso, en rajas hay cambio y regresión, mientras que tamas representa el caos. Los tres gunas juegan eterna-mente unos contra otros —es un hecho y no puede haber ninguna disputa con un he-cho.
Int: ¿Debo yo siempre embotarme con tamas y desesperarme con rajas? ¿Qué hay sobre sattva?
Mah: Sattva es la irradiación de su naturaleza real. Puede encontrarla siempre más allá de la mente y de sus múltiples mundos. Pero si quiere un mundo, debe aceptar los tres gunas como inseparables —materia—energía—vida— uno en esen-cia, distinto en apariencia. Ellos se mezclan y fluyen —en la consciencia. En el tiem-po y el espacio hay flujo eterno, nacimiento y muerte de nuevo, avance, retiro, otra vez avance, de nuevo retiro —aparentemente sin comienzo y sin fin; la realidad es atemporal, sin cambio, sin cuerpo, sin mente; la presenciación es dicha.
Int: Comprendo que, según usted, todo es un estado de consciencia. El mundo está lleno de cosas —un grano de arena es una cosa, un planeta es una cosa. ¿Cómo se relacionan con la consciencia?
Mah: Donde no alcanza la consciencia, comienza la materia. Una cosa es una forma de ser que nosotros no hemos comprendido. No cambia —es siempre la mis-ma— parece estar aquí por su propia cuenta —algo extraño y ajeno. Por supuesto está en la chit, la consciencia, pero parece estar fuera debido a su aparente inmutabi-lidad. El fundamento de las cosas está en la memoria —sin la memoria no habría ningún reconocimiento. Creación—reflexión—rechazo, Brahma—Vishnu—Shiva, éste es el proceso eterno. Todas las cosas están gobernadas por él.
Int: ¿No hay ningún escape?
Mah: Yo no estoy haciendo nada más que mostrar el escape. Comprenda que lo Uno incluye los Tres y que usted es lo Uno, y será libre del proceso del mundo.
Int: ¿Qué le acontece entonces a mi consciencia?
Mah: Después de la etapa de la creación, viene la etapa del examen y de la refle-xión y, finalmente, viene la etapa del abandono y del olvido. La consciencia perma-nece, pero en un estado latente, en un estado de quietud.
Int: ¿Permanece el estado de identidad?
Mah: El estado de identidad es inherente a la realidad y jamás se desvanece. Pero la identidad no es la personalidad transitoria (vyakti), ni la individualidad sujeta al karma (vyakta). Es lo que queda cuando toda autoidentificación se abandona como falsa —la consciencia pura, el sentido de ser todo lo que es, o podría ser. La cons-ciencia es pura en el comienzo y pura en el fin; entre ambos se contamina por la ima-ginación, que está en la raíz de la creación. En todo tiempo la consciencia permanece la misma. Conocerla como es, es la realización y la paz atemporal.
Int: ¿Es la sensación de «yo soy» real o irreal?
Mah: Ambos. Es irreal cuando decimos: «Yo soy esto, yo soy eso». Es real cuan-do entendemos: «yo no soy esto, yo no soy eso».
El conocedor viene y va con lo conocido, y es transitorio; pero eso que sabe que no sabe, que está libre de memoria y de anticipación, es atemporal.
Int: ¿Es «yo soy» mismo el presenciador, o están separados?
Mah: Sin uno el otro no puede ser. Sin embargo, no son uno. Es como la flor y su color. Sin la flor —no hay ningún color; sin el color —la flor permanece invisible. Más allá está la luz, que al contacto con la flor crea el color. Dése cuenta de que su verdadera naturaleza es solo la de la luz pura, y de que tanto lo percibido como el perceptor vienen y se van juntos. Eso que hace que ambos sean posibles, y que sin embargo no es ninguno de ambos, es su ser real, lo cual significa no ser un «esto» o un «eso», sino presenciación pura de ser y no ser. Cuando la presenciación se vuelve sobre sí misma, la sensación es de no saber. Cuando se vuelve hacia fuera, los cog-noscibles vienen al ser. Decir: «yo me conozco a mí mismo» es una contradicción en los términos, puesto que lo que es «conocido» no puede ser «mí mismo».
Int: Si el sí mismo es siempre lo no conocido, ¿qué se realiza entonces en la rea-lización de sí mismo?
Mah: Saber que lo conocido no puede ser mí mismo ni mío, es suficiente libera-ción. La liberación de la autoidentificación con un flujo de los recuerdos y de los hábitos, el estado de maravillamiento ante los infinitos alcances del ser, su inagotable creatividad y total transcendencia, la absoluta ausencia de temor nacida de darse cuenta de la ilusoriedad y transitoriedad de todo modo de consciencia —fluyen de una fuente profunda e inagotable. Conocer la fuente como fuente y la apariencia co-mo apariencia, y a uno mismo solo como la fuente es la realización de sí mismo.
Int: ¿De qué lado está el presenciador? ¿Es real o irreal?
Mah: Nadie puede decir: «yo soy el presenciador». El «yo soy» es siempre pre-senciado. El estado de presenciación no apegada es la consciencia presenciador, el «espejo de la mente». Surge y se pone con su objeto, y así no es completamente lo real. Pero sea cual sea su objeto, permanece idéntico a sí mismo, de aquí que también es real. Participa a la vez de lo real y de lo irreal y por lo tanto es un puente entre los dos.
Int: Si todo le acontece solo al «yo soy», si el «yo soy» es lo conocido y el cono-cedor y el conocimiento mismo, ¿qué hace el presenciador? ¿De qué utilidad es?
Mah: No hace nada y no es de ninguna utilidad.
Int: Entonces, ¿por qué hablamos de él?
Mah: Porque está aquí. El puente solo sirve para un único propósito —para cru-zar. Usted no edifica casas en un puente. El «yo soy» mira las cosas, el presenciador ve a través de ellas. Las ve como son —irreales y transitorias. Decir «ni mí mismo, ni mío» es la tarea del presenciador.
Int: ¿Es lo manifestado (saguna) eso por lo que es representado lo no manifesta-do (nirguna)?
Mah: Lo no manifestado no es representado. Nada manifestado puede representar a lo no manifestado.
Int: Entonces, ¿por qué habla usted de ello?
Mah: Porque es mi patria.
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Extraido del libro "Yo Soy Eso".
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28-jul-2004
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Una conversación más breve que la anterior, sobre la
naturaleza de nuestro SER.
La Presenciación y la Consciencia
Interlocutor: ¿Qué hace usted cuando está dormido?
Maharaj: Soy presenciador del hecho de estar dormido.
Int: ¿No es el sueño profundo un estado de inconsciencia?
Mah: Sí, soy presenciador del hecho de estar inconsciente.
Int: ¿Y cuando está despierto, o soñando?
Mah: Soy presenciador del hecho de estar despierto, o soñando.
Int: No le entiendo. ¿Qué quiere decir exactamente? Permítame aclarar
mis términos: por estar dormido quiero decir inconsciente, por estar despierto quiero decir consciente, por soñar quiero decir consciente de la mente de uno mismo, pero no de lo que me rodea.
Mah: Bien, es poco más o menos lo mismo para mí. Sin embargo, parece haber una diferencia. En cada estado usted olvida los otros dos, mientras que para mí no hay más que un solo estado de ser, que incluye y transciende los tres estados mentales de vigilia, sueño con sueños y sueño profundo.
Int: ¿Ve usted en el mundo una dirección y un propósito?
Mah: El mundo no es más que un reflejo de mi imaginación. Todo lo que quiero ver, puedo verlo. ¿Pero por qué debería yo inventar modelos de creación, evolución y destrucción? No los necesito. El mundo está en mí, el mundo es mí mismo. No tengo miedo de él y no tengo ningún deseo de encerrarlo en una imagen mental.
Int: Volviendo al sueño. ¿Sueña usted?
Mah: Por supuesto.
Int: ¿Qué son sus sueños?
Mah: Ecos del estado de vigilia.
Int: ¿Y su sueño profundo?
Mah: La consciencia cerebral está suspendida.
Int: ¿Es usted entonces inconsciente?
Mah: Inconsciente de mi entorno —sí.
Int: ¿No totalmente inconsciente?
Mah: Permanezco presenciador del hecho de que estoy inconsciente.
Int: Usted usa las palabras «presenciador» y «consciente» ¿No son lo mismo?
Mah: La presenciación es primordial; es el estado original, sin comienzo, sin fin, incausado, sin soporte, sin partes, sin cambio. La consciencia es por contacto, un reflejo sobre una superficie, un estado de dualidad. No puede haber ninguna consciencia sin presenciación pero puede haber presenciación sin consciencia, como en el sueño profundo. La presenciación es absoluta, la consciencia es relativa a su contenido; la consciencia es siempre consciencia de algo. La consciencia es parcial y cambiante, la presenciación es total, sin cambio, calma y silente. Y es la matriz común de todas las experiencias.
Int: ¿Cómo va uno más allá de la consciencia a la presenciación?
Mah: Puesto que es la presenciación lo que hace posible la consciencia, hay presenciación en todo estado de consciencia. Por lo tanto, la consciencia misma de ser consciente es ya un movimiento en la presenciación. El interés en su corriente de consciencia le lleva a usted a la presenciación. No es un estado nuevo. Es reconocido inmediatamente como la existencia original, básica, la cual es la vida misma, y también amor y gozo.
Int: Puesto que la realidad está siempre con nosotros, ¿en qué consiste la realización de sí mismo?
Mah: La realización es únicamente lo opuesto de la ignorancia. Tomar el mundo como real y el sí mismo de uno como irreal es ignorancia, la causa del sufrimiento. Conocer el sí mismo como la única realidad y todo lo demás como temporal y transitorio es liberación, paz y gozo. Todo esto es muy simple. En lugar de ver las cosas como las imagina, aprenda a verlas como son. Cuando pueda ver todo como ello es, también se verá a usted mismo como usted es. Es como limpiar un espejo. El mismo espejo que le muestra el mundo como es, también le mostrará su propio rostro. El pensamiento «yo soy» es el paño de pulir. Úselo.
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Extraida del libro "Yo Soy Eso"
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29-jul-2004
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Amén
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