Esta mañana he estado leyendo "El fuego fatuo" de Pierre Drieu La Rochelle por mi manía de pretender leer los libros antes de ver sus adaptaciones fílmicas (incluso si no tienen nada de adaptación o son anteriores, chorrader, y muchas veces sin verdadero interés, más bien por algo cercano a una obsesión que trato de distraer, a menudo, por suerte, infructuosamente), en este caso por la de Louis Malle, y estoy flipándolo, maravillada, etcétera. Genial, en serio. Sin más detalles concretos que me da pereza buscar las palabras y ni siquiera lo he terminado, sólo venía a compartir mi alegría rudimentaria pero sincera(mente), por si cayera la breva de que alguien lo hubiera leído o yo qué sé, lo de siempre.
PD: Ernesto, sí.
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