He tenido que dejarlo en la página 54 temporalmente porque, leer determinadas cosas a las tres de la madrugada, en soledad, en invierno y con el ánimo por lo suelos, no es nada recomendable. Me he sentido identificado con demasiadas reflexiones o sensaciones del protagonista, y con su infierno mental en general. El autor ha sabido transmitir demasiado bien.
Algún día tendré valor para retomarlo.