Esta noche abren los museos, así que pienso disfrutar de este evento. Una pena que sólo sea una vez (a lo sumo, dos) al año, porque como plan para un sábado por la noche me parece cautivador
. Mi ciudad tiene un encanto nocturno por sus calles añejas, su temperatura fresca por la brisa, con un entorno clásico de la época anterior a la Conquista. Además, la masa suele ir de bares, así que no hay peligro de mucha aglomeración, cosa que me pone de los nervios.
Confío, incluso, poder tomar algo en una terraza o un restaurante de calidad, aunque admito que esta posibilidad es más bien remota. En los buenos lugares siempre habrá cola. De todas maneras, la noche promete ser esplendorosa. El único peligro es que alguien - cualquiera - aparezca y me la estropee
.