"Sin miedos, ni ansiedad, ni nada", eso
es el paraiso, no hay nada comparable.
Yo no haría nada. Me quedaría en silencio
y me reiría del mundo y de mi mismo.
Después tampoco haría nada en particular,
me dejaría llevar por el río de la vida, a
ver lo que pasa, curioseando, como un niño
que descubre el mundo por primera vez,
espontaneo, libre, sin miedo, y sin la "obsesión"
enfermiza de tener que hacer algo.
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